Publicado el 2020-03-08 In Vida en alianza

Nueva casa sede, al este de San José – un espacio para crecer como familia de Schoenstatt

COSTA RICA, Clara Hidalgo •

Hace pocos días, la familia de Schoenstatt de la zona este de San José vivió un día lleno de alegría. Después de mucha espera y muchos trámites, se abrió la nueva Casa Sede del Movimiento de esta zona, en la misma ciudad pero a una hora y media o más en coche desde el santuario. Al conocer la noticia, las personas del exterior o los más nuevos y jóvenes de esta familia de la zona este, entre alegría y orgullo, preguntan: “¿Y cuándo habrá santuario?”. Aún no… hace falta un crecimiento no sólo en número, sino también en compromiso y salida misionera, pero los testimonios recogidos muestran que siempre hay que soñar a lo grande. —

La oportunidad a crecer

Nos sentimos acogidos por el abrazo de la Mater. Desde que nos dieron la noticia, nos emocionó la idea de aportar un granito de arena en esta nueva aventura, que nos brinda un espacio en el cual podemos crecer como parte de la familia de Schoenstatt.

Tenemos poco tiempo de conocer el movimiento, pero sentimos un amor fraterno y sincero al ver a todos los miembros de las distintas ramas unidos por la misma meta: “conquistar una nueva casa sede para que sea el punto de encuentro de todos los corazones que amamos a Jesús y su santa Madre”.

¡Le damos gracias a Dios por la oportunidad que nos da crecer, fortalecer nuestro matrimonio y nuestra vida de familia al lado de personas tan especiales!

 José Miguel y Andrea.

Por mi parte, mi casa y yo serviremos al Señor

“Por mi parte, mi casa y yo serviremos al Señor” Josué 24,15.

Ese ha sido el anhelo desde que decidimos formar una nueva familia, nuestra constante oración a Dios para saber cómo hacerlo.

¿Qué podemos ofrecerle si todo cuanto tenemos le pertenece? Él ha ido respondiendo nuestras dudas y convirtiendo nuestros temores en muestras de misericordia. Nos sentimos acogidos por una gran familia, que camina con y por María. El domingo, en la inauguración de la nueva casa, no dejamos de sorprendernos y dar gracias por llamarnos a servir: asombrándonos y lanzándonos a sus brazos ¡como niños!

Vero y Luis

Nos alegra ser parte de este movimiento

Estrenar casa siempre es una alegría y más cuando se trata de una que es para nuestra Mater. La experiencia de este evento nos “cargó las pilas” y nos llenó espiritualmente al ver a tanta gente poner de su tiempo y dedicación. Eso nos alegra y llena de orgullo. Tantas manos juntas trabajando solo nos hace pensar que, como comunidad, somos capaces de lograr lo que sea que nos propongamos.

Como matrimonio, nos sentimos emocionados de haber podido aportar para que la pasada fuera exitosa. Nos alegra ser parte de este movimiento. Desde ya, nos hemos propuesto ofrecer nuestras manos para ayudar a que la voluntad de Dios y la Virgen se haga realidad.

Orlando y María

Un paso más cerca de un santuario en el oriente capitalino

La inauguración de la nueva Casa Sede del este, constituye un paso más en la construcción de un sueño en constante evolución. Entiéndase un paso más cerca en la obtención de un santuario en el oriente capitalino, con todo lo que esto implica. Mi esposa y yo, como matrimonio joven y recientemente incorporado al Movimiento de Schoenstatt, pudimos aprender que el avance de dicho sueño es producto de una labor humana basada en el servicio y de un aporte divino que nace de la oración y de la intercesión de nuestra Mater, la tres veces admirable Madre de Dios y Madre nuestra. Asimismo, observamos que la participación de tantas personas para que la inauguración fuese una realidad, evidenció un escenario notorio de fraternidad. El momento central de la inauguración se dio con la celebración de la Santa Misa, ocasión en la cual, aquellos que participamos pudimos alimentarnos del cuerpo y la sangre de Cristo, pero también de su palabra. Con relación a esta última, rescatamos la necesidad imperiosa de un sentido de gratitud permanente a nivel de todo el movimiento y de sus miembros; así como la obligación de ver siempre hacia lo alto, en busca de la santidad, y de ir siempre hacia el frente para evitar caer en zonas de confort, que comprometan el cumplimiento de aquel “jamás retroceder” al que estamos llamados como personas, como cristianos y como movimiento. Nosotros, como matrimonio, damos gracias al buen Dios y a la Virgen Inmaculada, nuestra Madre, por darnos la oportunidad de ser parte de Schoenstatt, porque efectivamente, es un “lugar hermoso”, que nos permite acrecentar y fortalecer nuestra vida cristiana.

Georgina y José Manuel

Fruto de la oración

La nueva casa sede nos permite ver el fruto de la oración. Es poder compartir con las familias un lugar donde se vive el amor y el anhelo del grupo, dónde se desea aprovechar al máximo el potencial de la casa para todos los distintos grupos que ofrece el movimiento para la comunidad.

Mónica y Yorzoa

 

Un lugar hermoso, lleno de colores, de flores, de campos verdes

El domingo 01 de marzo tuvimos la grata experiencia de conocer la nueva casa sede del este del movimiento de Schoenstatt. Teníamos gran expectativa de conocer dónde era y cómo era, pues en nuestra oración le pedíamos a la Mater que los planes de la nueva casa pudieran concretarse. Ella se lució con su nuevo hogar. Es un lugar hermoso, lleno de colores, de flores, de campos verdes, con un aire de paz y libertad que invita a silenciarse y a reflexionar. La casa es muy grande, y tiene muchos salones, como muchos son los hijos que recibirá cada día. Sin duda, Ella lo sabe, el movimiento crecerá y por eso, nos ha alcanzado una casa donde pueda acogernos a todos sus hijos. Gracias a su intercesión se nos han abierto las puertas. Con gran ilusión recibimos este regalo del cielo, esperando que sea un lugar de santificación y formación de nuestra espiritualidad y nuestras familias, con el compromiso de mantenerle como una “casa viva”, signo de la Iglesia peregrina de su Hijo.

Gaby y Oscar

La casa se llenó

Fue precioso poder estar en la bendición de la casa nueva de Schoenstatt del este.

Llegué con mi esposa justo antes de terminar el desfile y el rosario, y me impresionó ver a la Mater desfilar sobre los hombros de tres matrimonios, escuchar los cantos, ver las banderas de todas las ramas y la emoción desbordante de la gente. Los jóvenes llenaban de emoción el desfile.

Todos estábamos impresionados del salto gigante de la casa sede anterior a lo que la Mater necesitaba para estos tiempos: un lugar perfecto para rezar por su gran amplitud y belleza de los jardines.

La casa se llenó, y la misa al ser en punto la 4pm fue como siempre extraordinariamente celebrada por nuestro asesor nacional, el padre José Luis Correa, quien nos invitó a no dar un paso atrás y luchar por llenar de vida la casa de noche y de día.

La verdad es que fue un día regalo de Dios.

Tony Gazel

 

La Mater se manifestó

El día escogido por la Mater, para trasladarnos a nuestra nueva casa sede del sector del este, fue un día esplendoroso y radiante. El cielo se veía azul, no había una sola nube, aunque el pronóstico del clima era de un frente frio, oscuro y ventoso.

Hace un mes no teníamos nada seguro, solo la ilusión y la espera de que los contratos se llegaran a formalizar entre las partes. Hasta cierto punto, dudamos de que esa negociación se fuera a dar, por el tamaño y belleza de la propiedad que nos están prestando.

La organización, antes y después, todos los preparativos, manos de todas las edades colaborando, lo importante era acudir al llamado. Los chats no paraban. Realmente fue algo contagioso lo que se vivía. Mensajes motivadores, alegrías, risa y ofrecimientos al capital de gracias. Mucha confianza en lo que estábamos haciendo participando toda la Obra familia del este.

Salimos de nuestra casa caminando de la mano, junto a la Virgen peregrina. En nuestro corazón llevábamos una gran ilusión, al sentir que nos invitaba a su nueva casa.  No tenemos en esta zona un santuario, pero lo llevábamos en nuestro corazón. Nos hemos dado cuenta que no hay plazos establecidos.  Que cuando llega el momento oportuno, su momento, la Mater se manifiesta.

Ver a tantas personas   congregadas acá para un evento de Schoenstatt, nos demuestra que ésta ha sido una ocasión muy especial para unirnos como una sola comunidad.  Ese sentido de pertenencia se ha manifestado, ella lo ha hecho.

Entre los detalles que más nos impresionaron, destacamos que a medida que la Mater se iba acercando para entrar a la casa, el corazón nos latía mucho más fuerte, la alegría se mezclaba con las lágrimas, era una felicidad que nos contagiaba a todos. Nos consagramos ante ella, antes de que entrara, y los aplausos y abrazos se hicieron presentes.

“Hemos sentido su presencia, Ella quiere establecerse acá…”, era el sentir general de todos los presentes.  Era un positivismo colectivo. Fue un día que no se nos podrá olvidar, y que nos hace comprometernos mucho más con Dios y la Mater en las tareas que nos asignen como sus instrumentos que somos.  Solo Ella sabrá qué es lo que viene.

Jorge Manuel y Gaby 

 

Dones son tareas

Nos parece mentira que tan solo hace unos 4 años, tímidamente estábamos bendiciendo las oficinas que muy amablemente nos cedieron Oscar Esquivel y Marina Peña, para usarse como Casa Sede del este y así poder comprobar la necesidad de tener un sitio de reunión para la familia de Schoenstatt del este…

El domingo, al ver a la Mater entrando a esta nueva sede, nos parecía un sueño…  ¡Es increíble ver cómo la Mater se va manifestando y va conquistando corazones!

Nos encantó ver a toda la familia schoenstattiana trabajando y disfrutando juntos.  Ver personas de todas las edades, ramas y vocaciones, Cartago, Este y Oeste, dándole vida a esta nueva casa era estar disfrutando un “pedacito de cielo”.

Ahora, como bien lo dijo el padre José Luis en su homilía, tomando palabras del P. Kentenich, “Dones son tareas”.  Nos toca a todos mantener e incrementar esta vida y corresponderle a Dios y a la Mater por tanta generosidad.

Los Font Cruz

No importó si había cansancio

Nosotros llegamos a contribuir unos días antes para la mudanza. No importó si había cansancio luego de un día lleno de trabajo en el proyecto o en la oficina. El afán de poder contribuir con el movimiento, y sobre todo, con la MTA que tanto nos da todo el tiempo, nos motivó a hacer nuestro mejor esfuerzo y servicio.

Este sentimiento de que la nueva casa es nuestra responsabilidad, y el deseo de regresar un poco de todo lo que nos brindan la Mater y el movimiento, fueron suficiente para dar ese poco más aún con el cansancio.

Ir y ayudar en lo que fuera que necesitaran, desde poner rotulación hasta jalar sillas y muebles, es solo un pequeño gesto de cuán agradecidos estamos nosotros de que llegaran a nuestras vidas.

PD: Julián si amaneció arratonado (NR: acalambrado) pero feliz

Julián y Gabriela

Fotos y video: Carla Hildalgo

 

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