El Santo Rosario, un medio de alianza solidario en medio de la crisis sanitaria.

PARAGUAY, José Argüello •

El sábado 14 de marzo de 2020, a las 17:00 horas, los grupos pertenecientes a la Rama Familiar (Arquidiócesis y Diócesis de San Lorenzo), estaban convocados a Tupãrenda, para la realización de la Jornada de Arranque. En los planes terrenales, la expectativa era de una convocatoria multitudinaria ya que la invitación era a todos los matrimonios e hijos incluidos. Sin embargo, por la situación de emergencia sanitaria a nivel mundial, las autoridades gubernamentales del Paraguay se adhirieron con severas medidas de prevención, para evitar la propagación del covid-19. A esta medida, por supuesto, se adhirió la iglesia universal, y a nivel local, se decidió desconvocar la tan anhelada jornada de arranque.—

¿Y ahora qué?

Pareciera ser la pregunta que interpeló a los principales dirigentes de esta Rama, quienes no se quedaron de brazos cruzados. Con la reflexión del asesor espiritual, el Padre Martín Gómez, invitaron a todos los matrimonios, a todas las familias a unirse en la oración del santo rosario, a las 17 horas, en coincidencia con el honorario de convocatoria de la Jornada de Arranque.  A esta invitación, acompañó la homilía predicada por el Padre Martín Gómez, el segundo viernes de cuaresma (13 de marzo del 2020), el cual se trascribe seguidamente.

Prédica del P. Martín Gómez (pdf)

Aislamiento si – vinculación solidaria, aún más

Alrededor de las 17:00 horas, las reacciones e interacciones de los matrimonios y familias rezando el rosario, no tardaron en llegar. De manera individual, en pareja, en familia… en reuniones remotas, con aplicaciones o videollamadas, los integrantes de los distintos niveles de la Rama Familiar se las ingeniaron, para acompañar esta iniciativa de oración y hacer frente a esta situación de emergencia sanitaria, con el arma más poderosa que nos regaló la Santísima Virgen María: el Santo Rosario.

Que este tiempo de aislamiento social y de incertidumbre generalizada, no nos haga perder la vista de lo esencial, el amor a la familia, el amor conyugal, el amor al prójimo, la salud en general. Y que en el rezo del Santo Rosario encontremos la fortaleza para sobrellevar todo.