Nueva helvecia

Publicado el 2017-07-28 In Vida en alianza

Un encuentro en el primer Santuario filial

URUGUAY, Horacio Chávez Tottil •

Peregrinamos como matrimonio al Santuario de Nueva Helvecia desde Paraguay. Surgió ese anhelo de visitar el primer Santuario filial en el mundo y así agradecer a la Mater en su santuario por las gracias recibidas, la salud de nuestras hijas y familiares más cercanos.

De Buenos Aires a Colonia del Sacramento y desde allí a Nueva Helvecia

De Buenos Aires a Colonia del Sacramento y desde allí a Nueva Helvecia.  Llegando a este pueblo tan pintoresco preguntamos donde queda el santuario y nos indican la dirección del colegio que las Hermanas de María administran en esta ciudad. Llegamos tan rápido y con tanta ansiedad y entusiasmo…

Pasando el portón de acceso, admiramos lo hermoso de la propiedad y el jardín para acceder al interior del santuario. Estallamos de alegría y sentimos el abrazo fuerte de la Mater, porque traíamos  cansancio y ganas de llegar.  Ella nos contuvo, nos cobijó y lloramos de emoción frente a Ella.

Después de un buen rato admirándola, decidimos tomar una foto. Un hombre se encontraba también rezando el rosario y presenció nuestra llegada, percatándose de nuestra emoción. Le solicitamos que nos tomara unas fotos con nuestra Aliada y así empezamos a charlar.

Peregrinando por una promesa

Atuel Reynoso estaba peregrinado desde Paraná para cumplir una promesa que le hizo a la Mater. Tiene una amiga que quedó embarazada y estando en cinta su bebé sufre un problema muy grave de salud y necesitan operar al niño dentro del vientre de la madre. Una cirugía muy arriesgada para ambos. Se hace cadena de oración en varios grupos en su ciudad y él le reclama a la Mater que le dé una oportunidad a esta familia, que obre un milagro.

Y así fue. La Mater obró el milagro de sanar y continuar con la vida de este pequeño, dando esperanza a una familia. Atuel, en agradecimiento a la Mater, reza en el Santuario rosarios  durante dos días y más, agradeciéndola en la tierra que años atrás fue alfombra de flores para las huellas del padre fundador.

Se despide de nosotros, expresando que él no puede explicar con la lógica y la racionalidad, el actuar de la Mater. Sólo los milagros de amor y la fe en su Hijo, hacen posible que uno viva la lógica de la esperanza y así dos historias se cruzan en Nueva Helvecia guiadas por el mismo amor y agradecimiento.

 

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