Publicado el 2017-07-12 In Vida en alianza

“Cuestiones de Género” – entre feminismo y feminidad

ITALIA, Chiara Lombardi •

Finalmente, un templado rayo de sol veraniego se metió tímidamente entre los árboles en el gran jardín del Santuario de Schoenstatt en Roma. Es 17 de junio y el calor ya está a las puertas. El entumecimiento que abandonamos después del largo invierno, sin embargo, no es sólo físico. Se despiertan también las conciencias, enterradas en trabajos y estudios universitarios extenuantes. Por este motivo, muchas chicas, en esta cálida tarde veraniega, están prontas a escuchar la Dra. Marta Rodríguez, consagrada del Regnum Christi (Movimiento eclesial internacional), Directora del Instituto de Estudios Superiores sobre la Mujer del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum y responsable de la sección de la Mujer del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. En esta ocasión, fue invitada por la Juventud Femenina de Schoenstatt como oradora en el encuentro “Cuestiones de Género”. La oportunidad es grande: poder confrontar, sonrisa en mano, sobre argumentos tan difíciles como debatidos: “Gender” – Género. Feminismo y feminidad y ser guiados en este mare magnum de informaciones diversas a través de caminos, la mayoría, desconocidos.

Mujer, Hombre, Género, identidad sexual, libertad.

La Dra. Rodríguez, con ceño seguro y con un actuar sereno y complaciente, rápidamente, se ha puesto a disposición para una interesante comparación. Inicialmente ha sido difícil dar forma a los conceptos de Mujer, Hombre, Género, identidad sexual, libertad. Muchas de nosotras reconocíamos, en aquellas palabras, argumentos tabú: demasiados intuitivos para ser identificados, demasiados relativos para ser descriptos, demasiados personales para ser confiables. Pero ha bastado un poco de buena voluntad para romper el hielo y la entrevista se ha iniciado propiamente por la curiosidad general.

Manos levantadas y muchísimas preguntas

Marta nos ha introducido en un mundo desconocido, rico de ideologías y ejemplos de vida históricos, a veces demasiados revolucionarios, explicándonos diferencias y semejanzas, diciéndonos la verdadera historia detrás de los más grandes movimientos feministas del siglo XX y las vidas de algunas de las mujeres más inteligentes del siglo pasado.

A las preguntas: ”¿Qué es la feminidad, qué responderían? ¿Qué te define como mujer, el aspecto, o la percepción del cuerpo, por parte nuestra o de los otros? ¿Qué te define, aquello que eres o sientes ser?”, hemos sido capaces de echar una mirada a algunas de las palabras más usadas (y abusadas) de los últimos años, dándonos cuenta del poder de los “términos”: saber el significado real nos hace libres de cualquier ideología y nos permite dar nuestra interpretación sobre la base de aquello que nuestro corazón católico susurra.

Por ejemplo, ¿cómo conjugar la presencia de un género “indeterminado”, con el ser hombre o mujer creados a imagen y semejanza de Dios? Difícil dar una respuesta puntual a esta pregunta, pero es propiamente sobre estos y otros puntos que la discusión se ha convertido todavía más interesante. Tantas manos alzadas, tantas opiniones de las chicas sentadas para escuchar.

Aunque al final de cada posible discusión, una cosa ha aparecido como cierta: el cuerpo nos guía. La Dra. Rodríguez nos ha dado algunas ideas para reflexionar, que nos han llevado efectivamente a darnos cuenta cómo Dios nos da la posibilidad de entender que, aquello que nos fue dado al nacer, nos hace únicos y nos lleva hacia el hombre o la mujer que seremos (y queremos ser). La misma dignidad de cada clasificación choca necesariamente con aquella que es nuestra naturaleza primigenia, nuestra envoltura sagrada.

Al finalizar el encuentro, las miradas de casi todas nosotras estaban transformadas; fue un momento apasionado, en el cual nos hemos sentido en primera línea. No sabría, en realidad, decir claramente a que conclusión llegamos, porque lo hermoso de nuestro debate no ha sido definir qué es lo justo y qué lo errado, sino solo el Conocer. Si, Conocer, con mayúscula. Estos debates, de hecho, acercan la mente al corazón y nos informan aquello que es verdaderamente importante: “Considerando vuestro origen: no fueron hechos para vivir como irracionales, sino para seguir la virtud y el conocimiento” (N.R: Canto XXVI, vv. 118-120 del «Infierno» de Dante Alighieri, también conocido como Canto de Ulises).

“Abogada nuestra”

Pero todo esto no podría concluir sin un agradecimiento a Ella que como “Abogada nuestra”, gentilmente, cada día nos susurra el ser mujeres y hombres de nuestro siglo con la mirada y el corazón vueltos a Dios. Entonces con felicidad, nos separamos por algunos minutos, para reflexionar en nuestra intimidad sobre lo dicho anteriormente, y después volvimos a estar en nuestro adorado Santuario, donde (con la complicidad de Virginia y Alessia) hemos disfrutado un momento compartido: la Mater, una jarra llena de agua y algunas piedras como Capital de gracias. Figuradamente, cada piedra era un compromiso nuestro, un agradecimiento nuestro a la Mater. En mi caso, ha sido un compromiso: asegurar que las oportunidades de conocimiento y profundización de lo que tenemos alrededor puedan ser tema de discusión para nuevas chicas y para el mismo Movimiento de Schoenstatt. Mover las conciencias, en las manos de Dios, hace mover el mundo.

 

 

Original: Italiano, 10/07/2017, traducción: Ana María Ghiggi, Santa Fe, Argentina/ce

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1 Responses

  1. Nora Pflüger Totti dice:

    ¡Qué chicas inteligentes y qué valientes también, para trabajar sobre temas tan delicados y controvertidos! ¡Felicitaciones!
    Nora Pflüger Totti, La Plata, Argentina

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