Publicado el 2017-04-03 In Vida en alianza

Un lugar cerca del cielo: la nueva casa de los Padres de Schoenstatt en Tupãrendá

PARAGUAY, por Oscar Sandoval •

Lejos del ruido del tráfico, del barullo de la gente, abrazada por el sol en el día y por la bóveda estrellada del cielo por la noche, se halla en proceso de construcción la nueva casa de los Padres de Schoenstatt en Tupãrendá.

Por la altura en que se encuentra el sitio, hasta podemos definirlo como un lugar ubicado “cerca del cielo”, donde aún con el ruido de las maquinarias y el murmullo de los trabajadores, se puede sentir el canto de las aves, la brisa suave y fresca del viento que lo atraviesa, y la paz que irradia el estar allí.

Las obras comenzaron en noviembre de 2016, y a cuatro meses, hasta febrero de 2017, la construcción se erige imponente en medio de la exuberante vegetación. La misma se desarrolla sin mayores contratiempos según las previsiones de los encargados de la construcción, quienes tienen prevista su conclusión e inauguración, si fuese posible, el 31 de mayo de 2017.

El inicio en sí, tardó bastante porque se insumió mucho tiempo en la nivelación del terreno en las alturas. Existe un desnivel de 12 metros, desde el camino de acceso al lugar, con bastantes piedras, las que fueron totalmente reutilizadas para los cimientos, los sectores de estacionamiento, entrada de vehículos, rampas y muros de contención.

Las obras están a cargo del Ing. Giangreco, el Arq. Marini, y como capataz de obra Frankie Bock, quienes, entre otras características, mencionan que la casa contará con un sistema de aislación especialmente diseñado para absorber el calor del sol, y sus aberturas permitirán la equilibrada entrada de luz y una ventilación natural adecuada.

La descripción general de la obra se puede definir como un lugar donde lo hecho por la mano del hombre se encuentra en perfecto equilibrio con la naturaleza, cuidándose todos los detalles que hacen a su conservación.

El Padre Antonio Cosp menciona que la casa actual ya cumplió con su misión, ya que es un módulo más de la Casa de Retiros adaptado. Es un pabellón, que no constituye en sí una casa, un hogar. Ante la necesidad de contar con un lugar que fuera exclusivo de los Padres, se decidió la nueva construcción e inició la búsqueda de los medios financieros correspondientes. Más adelante, la casa actual, el pabellón, volverá a ser parte de la Casa de retiros.

Un pabellón con historia

El pabellón uno de la Casa de retiro, actual casa de los Padres, en un primer tiempo fue destinado a la familia Bock, hasta que se construyó la casa que actualmente lleva el nombre de Catalina Kentenich.

A partir de noviembre de 1994, en el pabellón uno, el P. Nicolás Schwizer, con el P. Alberto Eronti y otros dos sacerdotes de Schoenstatt, hicieron la experiencia contemplativa de vivir como Padres de la Adoración durante un año. Luego, quedó solo el P. Nicolás hasta su accidente.

El Padre Antonio nos dice: «Esta es una obra de mucha gente, como todo lo que hay acá. Es producto de la guapeza de los laicos que hacen y construyen desde la nada hasta lo que hoy es Tupãrendá».

Fuente: Revista Tuparenda, 03/17

Etiquetas: , , , , , , ,

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *