Publicado el 2016-09-16 In Vida en alianza

Una invitación al lugar en Roma, donde su párroco se siente en casa

Por Maria Fischer •

«Podrían ser ellos, parecen ser turistas y se ven algo cansados…» Desde la puerta de la Domus Pater Kentenich en Belmonte, se puede ver llegar desde lejos a todos los que vienen a Belmonte en transporte público, ¡casi la imagen del padre misericordioso del Evangelio!

En la parada del autobus frente a la entrada inferior de Belmonte, se encontraba un grupo de unas diez personas que, después de algunos minutos, se puso en movimiento: ¡Sí, eran ellos! Un pequeño grupo de la parroquia St. Ludwig en Marktbreit, donde el sacerdote nacido en Rumania, P. Adam Possmayer, miembro del Instituto de Sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt, es párroco desde el 2013. Para la canonización de la Madre Teresa de Calcuta, el P. Adam peregrinó con un pequeño grupo de 10 personas a Roma. En la tarde del 5 de septiembre quiso mostrarle a estos peregrinos el lugar en Roma, donde él se siente en casa: el Santuario de Schoenstatt y el Centro de Belmonte.

Gracias a la excelente vista desde la entrada de la casa, hay tiempo suficiente para esperar a los peregrinos en la puerta de entrada y saludarlos personalmente. El P. Adam Possmayer preguntó previamente, si era posible celebrar la santa Misa en el santuario y visitar la casa con el grupo de peregrinos.

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Acogida es, a veces simplemente, un vaso de agua

El clima era indescriptiblemente húmedo y caluroso. Estos peregrinos habían hecho una cola para entrar al Museo Vaticano, habían caminado muchos kilómetros y estaban cansados y transpirados. Asombrados y maravillados, observaron a los jóvenes que se encontraban adoquinando el estacionamiento con este calor, ¡y voluntariamente! El P. Armin Noppenberger les contó un poco sobre el grupo, y se pudo sentir su entusiasmo, algo que convence.

En el hall de entrada de la Domus Pater Kentenich aún se encontraban las sillas que sirvieron para el encuentro del Movimiento de Schoenstatt italiano el día anterior, además de una gran cantidad de botellas de agua, vasos plásticos (muy chic con el color de Belmonte) y toallitas refrescantes. ¡No fue necesario nada más para despertar en los miembros de la parroquia la simpatía por este lugar, que tánto significado tiene para su párroco!

Ursula Ihlefeldt, la secretaria de la parroquia, pertenece a la Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina; los otros conocen a Schoenstatt sólo por el nombre, excepto uno de los hombres, quien recordó haber hecho peregrinaciones en bus a Schoenstatt con su abuela, con la inevitable ensalada de patatas y el panecillo con paté de hígado. Cuando la guía de Belmonte comenzó a explicar la misión de Belmonte con sus recuerdos de …, bueno, de las peregrinaciones a Schoenstatt con ensalada de patatas y panecillos con paté de hígado, las carcajadas fueron inevitables y con ésto se rompió el hielo.

Y cuando cada uno recibió un abanico como regalo de Belmonte, ¡quedaron totalmente vinculados al lugar!

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¿Quién es el hombre con el traje azul y corbata?

Dos italianas se unieron a la santa Misa que el grupo celebró en el Santuario a las 17.00 hs. La participante más joven de Marktbreit fue la más audaz y puso un papelito con su intención y petición en la vasija; luego la siguieron los demás. Después de la Eucaristía, se sacaron una foto grupal con la estatua del Padre Kentenich.

Schoenstatt es un Movimiento eclesial donde todos, según su opción vocacional y coordinadamente, en alianza, sirven a la Iglesia, a su misión y al mundo que Dios nos ha confiado. Belmonte es justamente un lugar ideal para ilustrar esta definición de Schoenstatt: la imagen de la Madre Tres Veces Admirable con cientos de caras, la habitación de los países con sus símbolos culturales típicos, el santuario, donde tantas comunidades y países diversos han trabajado por un símbolo que luego se lo han regalado a Belmonte… Diversidad, una y otra vez y siempre nueva: diversidad de vocaciones, diversidad de proyectos, alegría en la diversidad.

¿Y quién es el hombre con el traje azul y con corbata?, preguntó uno de los peregrinos. En el santuario, se encuentra desde hace cuatro días, una pequeña imagen de Don João, que lo representa saliendo del santuario de Belmonte con paso firme, llevando a la Santísima Virgen a la calle y que ahora es descubierta. Y de repente, esta imagen cobra vida: ¡Sí, João Pozzobon, el que siempre vistió terno y corbata cuando llevaba a la Santísima Virgen! Esta imagen representa la iniciativa de la Campaña de la Virgen Peregrina, que quiere estar vinculada con Belmonte, donde se encuentra una sala que lleva el nombre de João Pozzobon. Con las fotos de ermitas de todo el mundo, se hará una imagen de la Virgen Peregrina. Diversidad de culturas, de vocaciones: ¡Qué fuerte se representa eso en la diversidad de las distintas ermitas! El grupo de Marktbreit escucha con gran atención. “Eso tiene que ver con Europa, con la Unión Europea: la unidad que no quita la originalidad”. Claro.

Y finalmente, Ursula Ihlefeld pidió que le regalaran algunas fotos de João Pozzobon, para repartirlas junto a la Virgen Peregrina en su parroquia. Después de todo, Pozzobon tuvo la idea de las ermitas y motivó a constuirlas, después de su viaje por el sur de Alemania, donde vió tantas cruces y ermitas en el camino. «¡Entonces, eso también tiene algo que ver con nosotros!».

Un nuevo vaso de agua y los peregrinos de Markbreit se despidieron radiantes. La casa y el lugar, donde su párroco se siente bien en Roma, les gustó mucho.

 

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Sitio web de Belmonte

Original: alemán. Traducción: Tita Andras, Viena, Austria

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