PARAGUAY, por Cynthia García Rodas •
A un año de la visita a Paraguay del Santo Padre, el querido Papa Francisco, con el mismo clima cálido y el mismo entusiasmo, el sábado 10 de julio de 2016 se celebró en Tupãrenda una misa con motivo de la conmemoración de aquel hecho histórico que llenó de emoción, júbilo y esperanza a cada paraguayo, y ni qué decir de aquellos «héroes» que tuvieron la generosidad de SERVIR en su visita.
El Señor busca personas dispuestas a servir
El Padre Oscar Saldivar centró la homilía recordando la labor de los servidores, el empeño y el esfuerzo que puso cada uno desde donde les tocó servir. Recordar es pasar por el corazón los momentos en que Dios salió al encuentro de mi vida y se convierte en historia de amor, enfatizó el P. Oscar. Haciendo referencia a la primera lectura, el Padre pone de manifiesto que el Señor sigue buscando servidores a quienes enviar hoy ante cada situación del día a día, con el anciano, el enfermo, con aquel que se encuentra solo o necesita consuelo. Qué lindo sería que, ante esa pregunta del Señor, ¿a quién puedo enviar?, del otro lado podamos dar la respuesta: «Aquí estoy, Señor, envíame».
Donde el Papa Francisco tocó los corazones de tantos paraguayos
Un viaje imaginario al pasado, cuyo conductor, el Padre Oscar, hizo recorrer a cada servidor por los lugares por donde el Santo Padre fue pasando, centrando el viaje en aquel templo cuyo techo eran las nubes, un retablo de maíz, coco y barro como piso en Ñu Guazu, ahí donde Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, tocó el corazón de miles de paraguayos. Como aquel día D antes de tomar sus puestos, los servidores volvieron a reunirse, pero esta vez para dejar plasmada una postal con globos que luego fueron lanzados al cielo. Quedará en la memoria de cada servidor el momento vivido.
Texto completo de la prédica del P. Óscar Sáldivar