Publicado el 2016-04-27 In schoenstattianos, Vida en alianza

Ordenación de un nuevo Padre de Schoenstatt

BRASIL, Karen Bueno •

“Cristo me amó y se entregó por mí” (Gal. 2,20): esta es la certeza y el impulso de la vocación de un nuevo Padre de Schoenstatt brasileño, el P. Ailton Brito Alves. El sábado 16 de abril, ante la Familia de Schoenstatt allí reunida, la comunidad parroquial, muchos amigos, conocidos y familiares – llegados de Brasil y desde otros países – el diácono fue ordenado sacerdote en la Basílica Menor de Nuestra Señora del Buen Viaje, en San Bernardo del Campo, San Pablo.

Mons. Pedro Carlos Cipolini, obispo de San Andrés, San Pablo, presidió la celebración y le recomendó al nuevo sacerdote: “No te olvides nunca de la misericordia que Dios tiene contigo”. El evangelio escogido para la ocasión (Lc. 7, 36-50) narra la historia de la pecadora que lava los pies de Jesús. “La mirada despectiva del fariseo le impide ver a Jesús”, dice el obispo. “Jesús nos mostró que la santidad está en el amor que acoge y perdona. El Buen Pastor no está encerrado en un palacio, sino que vive entre las ovejas”. Y manifiesta sobre el lema sacerdotal del P. Ailton (“Cristo me amó y se entregó por mi” Gal 2, 20): “La mejor forma de retribuir ese amor es amando a Cristo en los hermanos, en la Iglesia. Ama al pueblo con todo tu corazón, más que a ti mismo, más que a tu Instituto. Sé feliz, sé un sacerdote misericordioso del Señor que te llamó”.

En el rito de la ordenación el candidato se postra humildemente en el suelo, como demostración de confianza plena y entrega total a Dios. Entre tanto, el coro entona las letanías de los santos. Seguidamente el obispo le impone las manos implorando al Espíritu Santo. Los demás sacerdotes repiten el gesto y con la bendición y la gracia divina, el P. Ailton es revestido con los ornamentos sacerdotales: la estola y la casulla, llevadas por sus familiares. La unción de las manos y la ofrenda del pan y del vino cierran el rito. Finalmente todos saludan al nuevo sacerdote.

Las primeras palabras del P. Ailton, con su típica alegría, fueron de gratitud a todos los que lo acompañaron en su trayectoria vocacional. Y terminó diciendo: “Jesús, voy contigo a donde vayas, sin saber adonde; sólo me importa saber que voy contigo”.

En familia

“Alegría” es la palabra que dicen y expresan los familiares. “Ver a un hijo ser ordenado sacerdote es un gran placer para mí, como padre. Es una alegría y un placer tener un hijo que sea consejero de los amigos y de todos”, dice el Sr. Manuel Brito Alves, padre del P. Ailton.

“Es una alegría tan grande para la familia tener un sacerdote de Schoenstatt que no tenemos palabras para expresarlo” cuenta su hermano menor, Lucas. Para él, esa ordenación “trae más esperanza, más unión con Ailton llevando la Palabra de Dios a todos”.

El P. Ailton pertenece al Curso “Dilectio Patris Vivens ex Sion” (Amor vivo del Padre desde Sión), que también es una familia, como explica el P. Julio Fabiano Rodrígues, su hermano de Curso recientemente ordenado: “El Curso es una familia, por lo que para nosotros es muy importante acompañar a Ailton, estar cerca de él. La ordenación representa para nosotros la historia de Dios con cada uno, el misterio de la vocación, representa el don inmerecido que se recibe con el sacerdocio”. El Curso tiene ocho integrantes, pronto serán ordenados dos más de ellos.

“Cada ordenación es para nosotros la participación íntima de cada uno en la familia de los Padres de Schoenstatt – dice el superior, P. Vandemir Meister – por lo que es una alegría recibir a Ailton como sacerdote en nuestra comunidad”. Dijo además: “para la Familia de Schoenstatt la alegría es aún mayor porque es uno más que trabajará directamente con el Movimiento de Schoenstatt en el Brasil”.

La ordenación fue transmitida en directo por Internet, y para todos los que lo acompañaban, sea en la basílica o por las redes, el P. Ailton pudo pedir nuevamente: “Recen por mí»

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Fuente: maeperegrina.com.br

Original: portugués. Traducción: aat, Argentina.

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