El amor misericordioso de Dios es el mayor punto de encuentro entre el Papa Francisco y el P. Kentenich

ARGENTINA, por Claudia Echenique •

De visita en Argentina, en la 22° Fiesta del Santuario de Sión, el P. Juan Pablo Catoggio, Superior General de los Padres de Schoenstatt, destacó que «el amor y la misericordia infinita de Dios para con sus hijos, son quizás el mayor punto de encuentro entre el Papa Francisco y nuestro Padre Fundador. Los dos tienen el mismo anhelo, la misma convicción: que este mensaje de Misericordia llegue al hombre de hoy, que tanto lo necesita».

Todos quisieron estar presentes en la Fiesta de Sión

El domingo 28 amaneció soleado en Florencio Varela, y desde temprano comenzaron a llegar autos y ómnibus desde distintas comunidades de la Región Gran Buenos Aires, con peregrinos de la Obra de Familias, el Círculo Vocacional, las Hermanas de María, los jóvenes, la Federación de Mujeres, la Campaña del Rosario, la Rama de Madres y los vecinos del barrio. Todos quisieron estar presentes para acompañar a los Padres de Schoenstatt de Argentina, en la 22° Fiesta de Sión. Una especial mención para tres señoras de la Rama de Madres del Santuario de Querétaro, México, de visita por Argentina.

Al dar la bienvenida, el P. Javier Arteaga, Superior Regional, compartió dos novedades de esta Fiesta. La primera fue, que la misa se celebró a un costado del Santuario y no frente a él, ya que los árboles a su alrededor fueron podados para que crezcan más fuertes y, por lo tanto, hay poca sombra en el sector, lo cual no es algo menor en febrero en Florencio Varela.

El P. Juan Pablo Catoggio visitó su país natal

La segunda y más importante novedad fue que, quien acompañó a los Padres de la Región en su Jornada anual y presidió la misa, fue el P. Juan Pablo Catoggio, quien se mostró muy contento en esta primera visita a su país natal, luego de ser elegido Superior General de los Padres de Schoenstatt en agosto pasado. Y lo expresó así: «Es una alegría poder celebrar nuevamente esta Fiesta de Sión, que marca, de alguna manera, el comienzo del año. Es un punto de encuentro en el que, junto a la Mater y en torno al Santuario, nos reunimos como Familia».

En su homilía, el P. Juan Pablo centró su reflexión en el texto de Moisés ante la zarza ardiente (Éxodo 3, 1-8, 13-15), a partir del que podemos encontrar tres momentos y tres nombres para Dios, que corresponden a tres etapas en la vida de la fe: en Moisés, en nuestra vida personal y también en la vida del P. José Kentenich.

El Dios de nuestros padres y nuestro Dios

Cuando se refirió a nuestra vida personal, planteó una primera etapa en la que Dios es «el Dios de nuestros padres, el de nuestra catequesis, el de nuestra tradición». Una segunda etapa en la madurez de la fe, es en la que «descubrimos a Dios de una forma más personal, es nuestro Dios y nos decidimos por Él». Finalmente, en la tercera etapa, tenemos la experiencia más profunda de que Dios mira nuestra pequeñez, nuestras miserias y pecados con su amor de Padre misericordioso».

Tres momentos en la vida del Padre Fundador

Luego trazó un paralelo de estos tres momentos con la vida de fe del Padre Fundador. Así en la década del ’20, «el Padre dio muchos cursos acentuando temas doctrinales, más catequísticos. A partir de los años ’30, centró su mensaje en la Divina Providencia: el Dios de mi vida, que conduce mi historia. En la última etapa de su vida, al final del exilio, cuando estaba en Roma, escribe una carta de Navidad a la Familia de Schoenstatt. En ella, el P. Kentenich dijo: ‘Lo que resulta nuevo para nosotros es la grandeza extraordinaria de ese amor divino y misericordioso.(…) Lo más importante para nosotros es Dios: el Padre y su amor misericordioso’ (Carta del Padre y Fundador, José Kentenich, a su Familia de Schoenstatt – Roma, 13/12/1965).

María en el Santuario nos regala el abrazo del Padre

Para concluir, el P. Juan Pablo reflexionó sobre las actitudes en este Año de la Misericordia y el pedido del Papa Francisco de que la Iglesia tiene que ser Madre, hogar para todos. Y precisó: «Ese es el mensaje de Schoenstatt, es el mensaje de nuestra Alianza y de nuestro Santuario. Si algo nos quiere regalar María en su Santuario, es la experiencia de ser hijos predilectos del Padre que al llegar, nos abraza con su misericordia».

Homilía del P. Juan Pablo Catoggio (mp3)

Durante la misa, continuó llegando gente, muchos más que en fiestas anteriores. Esto se vio reflejado en el sencillo hecho que en el momento de la comunión no alcanzaron las hostias previstas y los Padres tuvieron que buscar más en el Santuario.

Algunas personas se sorprendieron al encontrar menos cantidad de Padres que otros años. El P. Juan Pablo explicó el motivo: «Desde el año pasado, la comunidad en Paraguay formó una Delegación y entonces ahora, tienen su propia Jornada. Pero hoy están presentes el P. Tommy Nin Mitchell, Superior delegado, y el P. Martín Gómez, quienes han participado en esta jornada aquí en F. Varela».

P. Javier Arteaga

Mi primera visita a Sión

Para otros, esta Fiesta fue la primera visita a Sión. Chana Piña, de la Rama de Madres del Colegio Mater en Buenos Aires, nos cuenta: «Muchas veces estuve cerca pero nunca se dio que visitara Sión. El domingo pasado, en ocasión de la Fiesta de los Padres, fui por primera vez. Las sensaciones fueron muchas pero el común denominador fue sentir «Familia». Desde el gesto más pequeño hasta la homilía del Padre Catoggio, todo tenía olor a Familia. Saludos, abrazos fraternales entre Aliados, todos presentes: los jóvenes, las madres , los matrimonios, las Hermanas… Palabras especiales merece el Santuario, hermoso como todos pero con su originalidad, un Santuario de todos pero custodiado y cuidado por hombres, que supieron encarnar el amor que el Padre Kentenich tenía para con la Mater. Sin duda,¡ fue una hermosa experiencia de Familia, unidos en Alianza, con la misma Madre!».

Una sorpresa en el Santuario

Luego del almuerzo bien organizado por la «Región de la Liberación» de la Federación de Familias de La Plata, muchos peregrinaron hacia el Santuario. Allí los esperaba una imagen que sorprendió y cautivó a todos: una estatua del Padre Kentenich de rodillas y en oración, obra del escultor Gabriel Schmidt, fue llevada especialmente, para esta Fiesta, desde Belén de Escobar hasta Sión. «Esta imagen es una maravilla. El Padre me mira y me invita a la oración junto con él» exclamó una señora al llegar y ver la estatua.

Acompañados por esta presencia paternal del Fundador, el P. Juan Le Vraux, ordenado en noviembre pasado, tuvo a su cargo la Adoración y Bendición eucarística, con la que concluyó esta hermosa jornada familiar.

Fotos: Osvaldo Martín – Claudia Echenique

Video: Claudia Echenique