ARGENTINA, Claudia Lell. «Demuéstrenme con hechos que me aman realmente. Entonces me estableceré entre ustedes…». Después de muchos esfuerzos y una suspensión por lluvia se pudo realizar la XXII Peregrinación del Agradecimiento Crespo – Boca del Tigre. Esta vez la Mater regaló un día perfecto para que con mucha fe, reflexiones, música y el rezo del Santo Rosario dirigido por las chicas de Mensajeros de María se pudiera peregrinar una vez más hasta la Ermita de la Madre y Reina.
Esto estaba previsto para el domingo 2 de noviembre, pero por cuestiones climáticas debió suspenderse.
Y providencialmente se pudo realizar el domingo 16 de noviembre… el día en que se recuerda el natalicio del Padre Kentenich. Así, en este año jubilar se le hizo este regalo.
La única parada, en el camino, fue en el Cristo de la Hermandad donde se hicieron unos minutos de reflexión sobre la importancia del regalo que Jesús hizo desde la cruz: «Mujer ahí tienes a tu hijo…».
Doce kilómetros en peregrinación
Cerca de allí está una de las entradas a Aldea Santa Rosa, donde hay gente que espera para sumarse al grupo. La caravana de peregrinos recorrió los 12 kilómetros hasta llegar a la meta. Allí se retiró el cuadro de la Mater que está en la Ermita para llevarlo a la Capilla, donde esperaba, como todos los años, la gente del lugar junto al Padre Juan Fran que celebró la Santa Misa.
Mensajeros de María
Los Padres Juan Marco P. Veloso y Jorge Mariano Faliszek acompañaron al grupo y muchas personas aprovecharon para recibir el sacramento de la reconciliación a lo largo del camino. Las chicas de “Mensajeros de María” – que con la alegría que las caracteriza llevaron su bandera y el estandarte del proyecto «¿Que vas a hacer por tu patria?» en el que estuvieron trabajando durante todo el año – hicieron su primera experiencia como peregrinas de la Mater. «Los Mensajeros de María» comenzó siendo un grupo mixto de estudiantes secundarios, de 13, 14 años de edad. Pero con el tiempo a los varones no les convenció mucho la propuesta de salir a misionar casa por casa, y se fueron alejando.
En el momento de las ofrendas las “mensajeros de Maria” presentaron un ramo de espigas de trigo.
Una mención aparte la merece el señor José Dechan, que acompañó todo el trayecto montado en su caballo, a la par de la imagen de la Virgen.
