Publicado el 2014-04-25 In Vida en alianza

Una réplica de la “Cruz de Chile” para Schoenstatt

CHILE, P. Andrés Larraín. La arquidiócesis de Santiago sorprendió al Movimiento de Schoenstatt cuando, al inicio del año pastoral, decidió hacerle un reconocimiento por los cien años de historia y por los servicios que le ha prestado a la arquidiócesis.

 

 

Reconocimiento a Schoenstatt en el inicio del año pastoral de la arquidiócesis de Santiago

Había llegado el aviso de este reconocimiento con poca antelación, por lo que  se organizó una delegación oficial para representarlo. Fue presidida por el P. Eduardo Aguirre, director nacional del Movimiento; Carmen Rivera (de la secretaría nacional del Movimiento y representante de Schoenstatt en el área de laicado de la arquidiócesis); Sergio Fernández y Paulina Fuentes, que a partir de este año se integran al área del laicado de la arquidiócesis en representación de Schoenstatt; Matías Santelices, en representación de la columna masculina; Sofía Cuevas en representación de la columna femenina; la Hna. M. Consuelo, en representación de las Hermanas de María y de la Campaña de la Virgen Peregrina; y el P. Andrés Larraín que participa también en el área del laicado.

La Cruz de Chile, inspirada en la Cruz de la Unidad

El encuentro, muy bien organizado, comenzó a las 9.00 hs. con una oración. Después se transmitieron los saludos a los participantes de los consejos parroquiales, movimientos y, especialmente, a los nuevos obispos auxiliares, P. Fernando Ramos y P. Galo Fernández que serán consagrados el 10 de mayo en la catedral de Santiago.

Antes de que el P. Cardenal Ricardo Ezzatti hablara a la asamblea, la Iglesia quería agradecer por la vida que se le ha regalado y por la fidelidad de sus miembros. Este agradecimiento se plasmó en un obsequio para ocho religiosas de diferentes comunidades, tres sacerdotes y un matrimonio que este año cumplen 50 años de vida consagrada o matrimonial.

Al terminar estos agradecimientos el P. Héctor Gallardo dijo que la Iglesia de Santiago quería manifestar un reconocimiento especial a un Movimiento que este año cumple cien años de existencia y setenta y ocho de presencia en Chile, por los servicios que le ha prestado a la Iglesia. Este reconocimiento consistía en la entrega de la Cruz de Chile. ¡Verdaderamente un gesto muy delicado de la Mater! La Cruz de Chile está inspirada en la Cruz de la Unidad: Cristo en la Cruz, la estrella simboliza a la Mater y la cinta roja, la sangre de Jesús.

Al servicio de la Iglesia

En nombre de la Iglesia el P. Cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo emérito de Santiago, le entregó la Cruz a la delegación. Otro motivo para emocionarse, además de ser la primera vez que una Iglesia diocesana le entrega un reconocimiento al Movimiento de Schoenstatt en el año jubilar. Significativo fue también descubrir entre los presentes a tantos schoenstattianos que sirven a la Iglesia de Santiago: matrimonios que trabajan en parroquias, Hermanas de María, diáconos, una delegación del Colegio Mariano, la pastoral del Bellavista, sacerdotes y el P. Obispo Manuel Camilo Vial.

¡Qué lindo, y que delicadeza de la Mater, que la Iglesia en Santiago agradezca y reconozca con un símbolo nacido de alguien de la Familia, y tan cercano al mundo que Schoenstatt quiere encarnar, vivir y entregar precisamente a la Iglesia!

Después de los agradecimientos el P. Cardenal Ricardo Ezzatti se dirigió a la asamblea. Habló de algunos acontecimientos importantes de la vida de la Iglesia del último año: de todo lo que ha traído la elección y el impacto mundial del Papa de cómo ha mostrado el gozo del Evangelio (fue muy lindo el aplauso espontáneo de la asamblea cuando apareció su foto en la pantalla); el nombramiento de los nuevos obispos auxiliares para la arquidiócesis y las escuelas de verano que estuvieron centradas en la preparación de los misioneros para la misión territorial.

La Misión Territorial, la misión de Schoenstatt

Después habló de la misión territorial y, al igual que en la Exhortación Apostólica del Papa –Evangelium Gaudium– era muy lindo como todo lo que decía se puede aplicar literalmente a Schoenstatt, si cada vez que dice Iglesia o parroquia se reemplaza por Schoenstatt; si cuando dice misión territorial se dice alianza o año jubilar.

Algunos de los aspectos que acentuó:

  • El gozo de la misión y de ser misionero; el gozo que significa descubrir que el Señor de la Vida le da sentido a mi vida. Eso es lo que queremos compartir (Alianza de Amor). Es un gozo que da confianza y nos abre a la esperanza.
  • Misión Territorial (Alianza o Año Jubilar): no es hacer acciones sino una experiencia existencial. Experimentar al Señor en nuestra vida. La tarea misionera (conciencia de misión) es un mandato que no podemos apagar en el corazón.
  • Para la misión territorial (año jubilar) es necesario vivir una espiritualidad misionera, una experiencia comunitaria (de familia), de Jesús presente en los sacramentos, en las tareas y en la comunidad (la presencia de María y del Padre Kentenich en el Santuario). Lo que anunciamos es nuestra experiencia de vida: encuentro con Jesús con su Palabra. Nadie da lo que no tiene.
  • La misión territorial (año jubilar) es expresión de una comunión que no es uniformidad. Cada comunidad local (Santuario, comunidad o rama) tiene el primer protagonismo y, al mismo tiempo, el don de la comunión, el don de ser hermanos.

 

Al mismo tiempo invitó a acentuar la presencia de Schoenstatt con y en las periferias existenciales y sociales. Terminó su exposición con dos preguntas:

  • ¿a qué me llama el Señor personalmente?
  • ¿a qué llama el Señor a mi Movimiento, comunidad, parroquia?

 

Todas estas inquietudes y preguntas pueden iluminar para preparar la celebración de los cien años de Schoenstatt.

Fuente: Vínculo, Revista del Movimiento de Schoenstatt en Chile, Abril/2014

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Una réplica de la “Cruz de Chile” para Schoenstatt

CHILE, P. Andrés Larraín. La arquidiócesis de Santiago sorprendió al Movimiento de Schoenstatt cuando, al inicio del año pastoral, decidió hacerle un reconocimiento por los cien años de historia y por los servicios que le ha prestado a la arquidiócesis.

 

 

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