PERÚ, Queca Espinoza. El domingo 15 de diciembre celebramos 10 años de la bendición del Santuario de Lima-Perú.
Desde muy temprano los encargados de las diferentes comisiones fueron llegando para tener todo listo para el medio día y mientras esperábamos fue muy emocionante sentir el ensayo del Himno del Jubileo 2014, que se cantaría al cerrar la Santa Eucaristía.
La gente fu llegando y como se está en campo abierto, es usual que se sienta un cierto murmullo, sobre todo en esta oportunidad, por la alegría y emoción que embargaba a las más de 700 personas que estuvieron presentes. Este murmullo fue acallado cuando la Hermana Consuelo se acercó al micrófono y en actitud de meditación y reflexión habló de lo que estábamos esperando, rezando Ave Marías y ofreciéndolas por diferentes motivos. Esto hizo que se creara un ambiente de serenidad, acogida y se aquietaran nuestros corazones.
Santa Misa con el Cardenal Juan Luis Cipriani
La Santa Eucaristía fue celebrada por el Cardenal Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, pues la ocasión, que era de fiesta, tenía que contar con la presencia de la máxima autoridad eclesiástica. También les acompañaron autoridades del lugar y varios sacerdotes diocesanos amigos del Movimiento que hacen posible que todos los domingos podamos contar con los sacramentos de la Reconciliación y la Santa Eucaristía.
Con las campanadas que anunciaban el inicio de la celebración, ingresó el Cardenal a nuestro Santuario y el Coro, preparado especialmente para la ocasión, inició el canto tradicional en el tercer domingo de adviento: “Ven, ven Señor no tardes”.
La familia Scamarone Roldan fue designada para encender la tercera vela, mientras se entonaban las notas de “Cantad con gozo con ilusión, ya se acerca el Señor”.
Un rincón de amor
La homilía del Cardenal fue reflexiva y tocó muchos corazones, todavía resuenan en nuestros oídos algunas frases como “arregla bien la casa, viene Jesús y la casa hay que limpiarla”; “tenemos la familia, la vida, la fe, los hijos: todo eso es un don de Dios”; “La actitud de un cristiano frente a la vida debe ser de agradecimiento, de conversión, y constantemente pedirle al Señor: dame esa alegría que brota de nuestra Madre.”
Se refirió al Santuario como un rincón de amor, un rincón en que nuestra Madre sabe que no nos gusta ni el ruido ni mucho movimiento, nos gusta el amor de María en nuestro corazón.
Recordó que había bendecido nuestro Santuario hacía diez años, pero ahora, en este regreso, no podía recordar el lugar, porque había cambiado mucho.
Antes de finalizar, también se refirió a que estábamos viviendo “Un aniversario dentro de otro aniversario” que son esos 100 años que se celebran el próximo año, 100 años de esa Alianza de Amor que el Señor le pidió al Padre Kentenich, quien fue quien inició por deseo de Dios esa Alianza de Amor con María.
Una Cruz de la Unidad como regalo
Finalmente, expresó: “Yo le pido a nuestra Madre que bendiga a todos los amigos de este Movimiento; que esa relación de amistad, esa relación de justicia, de cariño, esa relación de educación, esa relación de procurar llevar el bien a los demás los haga más humildes, pues la falta de humildad hace destrozos. La humildad hace maravillas en los hogares, en la sociedad, en el trato personal, en los trabajos; hace maravillas, mientras que la soberbia destruye. En este rincón está la gracia de Dios. Desde este rincón pueden hacer mucho bien; no encierren el amor de Dios, el amor de María en sus rincones. Hay que abrirse, salgan a hacer lío, comuniquen a los demás ese amor, esa ternura, esa alegría. No encerremos al amor de María en nuestra casa, hagamos que se difunda.
Me alegro de este aniversario y de este Centenario. No olviden que tienen Indulgencia Plenaria, que no es poca cosa. Es mucho la Indulgencia Plenaria, es un perdón de Dios muy especial que la Iglesia ha querido concederles a ustedes en este aniversario. Y lo que sí he copiado del Papa Francisco es: recen por mí. Los pastores tenemos que tener coraje, entusiasmo, valentía no negociable, anunciar la verdad con cariño, no desanimarse. Hay mucho que hacer y hay que hacerlo. Así sea.”
Al finalizar, la familia Chávez Best, nuestros coordinadores, agradecieron la presencia del Cardenal y pidieron a todo el público que rezáramos la oración de consagración por él. A continuacuón le entregaron una hermosa Cruz de la Unidad que él besó.
Se retiró entre aplausos y bajo las notas del Himno del Jubileo 2014.
Luego el tradicional compartir con un vino de honor y las felicitaciones entre todos, asumieron que los preparativos, el trabajo, habían valido la pena y que las cosas salieron mejor de lo planificado, porque a la Mater le gusta participar, poner Ella también un detalle que nadie había programado o pensado.
Estuve en esta celebración, y quiero compartir con ustedes lo que la Mater preparó para mí ese día, ese detalle de amor a los que Ella me tiene acostumbrada y me hace sentir que su mirada vela constantemente sobre mí.
En el momento de la Comunión, los integrantes del Coro siempre comulgamos en un costado, y ese día no se lo que pasó pero no bajaban los demás sacerdotes que iban a ayudar en dar la comunión y se abrió como un camino por el cual todos los del coro pasamos y el mismo Cardenal nos dio la comunión, yo me quedé muy emocionada, estaba ofreciendo y presentando al Señor mi deseo y esfuerzo por alcanzar una Indulgencia Plenaria para algún ser querido mío que lo necesitara para salir del Purgatorio y encima que el mismo Cardenal me diera la comunión, fue un regalo divino para mí.
Desde este medio invito a todos a que compartan esos detalles que la Mater nos suele regalar.
Desde Lima-Perú
Queca Espinoza