ARGENTINA, P. Guillermo Carmona. No imaginé que este “Viaje al Santuario vivo” podría ser tan movilizante para mí y para quienes acompañé este fin de semana. Desde hace 8 años unos jóvenes comenzaron a peregrinar desde Concepción del Uruguay a Pronunciamiento, en la Provincia de Entre Ríos. Querían unir las dos ermitas más cercanas, que distan unos 40 kilómetros.
Estos jóvenes, de entre 15 y 21 años, pertenecen a la Campaña del Rosario y se contactaron con Schoenstatt gracias a una misión que organizó hace varios años la juventud de La Plata. El vínculo continuó con Concepción del Uruguay, de donde recibieron alimento schoenstattiano y compañía espiritual.
Me habían invitado a peregrinar y acepté con gusto su pedido. Se sale a las 7hs de la mañana de la ermita de Concepción y se llega a las 17hs a la de Pronunciamiento. Allí se celebra la Misa con que culmina esta experiencia maravillosa.
Mística, ritmo, simpatía
La peregrinación tiene mística, ritmo, simpatía. Al ser organizada por jóvenes posee la agilidad propia de quienes son creativos y tocan las fibras afectivas y no sólo racionales. No es que falten las ideas, y muy buenas, sino que están revestidas de un lenguaje nuevo, sugerente. La idea es la siguiente: en el camino se va formando un santuario móvil, con sus diversos símbolos, preparados con oración, textos reflexivos, ilustraciones históricas y meditaciones extraídas de la Biblia, del Padre Kentenich y Joao Pozzobon. Cada peregrinación tiene un lema. Esta vez, en consonancia con el año de la corriente del Santuario, fue: “Un viaje al Santuario vivo”.
Peregrinos…
Los 40 Km. de camino se hacen llevaderos. Yo los pude hacer casi todos a pie. Si alguien está muy cansado tiene autos de refuerzo y también una ambulancia que acompaña todo el tiempo. Un sacerdote está siempre dispuesto para las confesiones; otros, como yo, se le van sumando de acuerdo a los pedidos y circunstancias.
La peregrinación tiene valores agregados: la impronta juvenil, la presencia de personas de todas las edades (la más antigua tenía 83 años), tiene un alma y vida, no se escuchan radios ni música profana; todo invita y sugiere a la oración y está permeabilizada por el carácter peregrinante, tan propia de la Campaña del Rosario.
El fuego juvenil atrae
Mientras celebraba la Misa final pensaba en la alegría que tendría el P. Fundador. El, que tanto había invitado a despertar los sentimientos más nobles del alma juvenil, su tendencia al heroísmo y a la libertad creadora… Los jóvenes de Pronunciamiento lo habían hecho suyo y por eso tenían el corazón encendido. Ese fuego juvenil atrae, despierta buenas intenciones y llena el alma de confianza.
Al finalizar el día regresábamos con los Álvares a Concepción del Uruguay, algo cansados pero felices. Allá quedaron los muchachos y chicos, con lágrimas en los ojos, pero con el gozo y la paz de la misión cumplida. No todo está perdido en la juventud. Hay almenaras de esperanza en el barco de la Iglesia y de Schoenstatt. Yo lo celebro y lo comparto con ustedes.
