Publicado el 2010-10-05 In Vida en alianza

Regreso “a casa”

Santa Maria 2010ARGENTINA, Clara Herbón. ¿Qué es lo que nos mueve a volver al Santuario, a peregrinar de nuevo al Tabor?

 

 

 

 

 

Clara Herbón es misionera de la Campaña del Rosario desde hace muchos años. Actualmente está viviendo en Villa la Angostura, Patagonia, donde inició la Campaña e hizo construir una ermita de la MTA. Después de varios años volvió a Santa Maria, para el 60° aniversario de la Campaña, y comparte aquí su testimonio con los lectores de esta página.

Fechas significativas

Santa Maria 2010En los preparativos previos nos llama la atención las fechas significativas ya que partiremos al día siguiente de la Natividad de María, el 9 de septiembre; estaremos allá en los días del Dulce Nombre de María, en el día que se cumplen 60 años del inicio de la Campaña de la Virgen Peregrina; cercanos a la fecha de la partida del Padre Kentenich al cielo (15 de septiembre) y en los últimos días de septiembre se cumplirán 21 años de mi Alianza de Amor, sellada en el Santuario Tabor. Varias preguntas vienen a mi mente desde el momento en que decido ir y sólo encuentro las respuestas una vez que llego allí.

Más de 5.400 Km.

Santuario TaborPeregrinar al Santuario simboliza también nuestro peregrinar diario, en esta vida, hacia la casa del Padre. Todo conlleva un sentido de sacrificio, de reparación y purificación para preparar el encuentro.

La distancia desde donde vivo, en la Patagonia, hasta Buenos Aires y de allí hasta Santa María es de más de 2700 Km. de ida y otro tanto de vuelta, pero cuando el corazón está dispuesto, no parecen tantos. La ansiedad del encuentro con la Mater es tal que no reparo en las horas que tendré que estar sentada, ni en el cansancio, porque cada vez que regreso al Tabor es un regreso «a casa».

No es una casa vacía, sino un lugar cálido y acogedor donde soy recibida como hija predilecta, donde me siento amada profundamente, una vez más. El Tabor, el Santuario de la Filialidad Heroica, el lugar donde Joao Pozzobon vivió y murió, ofreciendo su misión y su vida a la Virgen, a Schoenstatt y a la Iglesia.

«Quítate el calzado porque el lugar que pisas es santo»

60 años de la CampañaLuego de incontables horas de viaje y emocionada nuevamente con el sonar de la campana del Santuario, me encuentro frente a la escalinata donde casi obligatoriamente me detengo y vienen a mi memoria las palabras de la Biblia: «Quítate el calzado porque el lugar que pisas es tierra santa». Y recuerdo las palabras del Fundador: «Sí, santo es este lugar y seguirá haciéndose más y más santo, tierra santa es esta, porque la Santísima Virgen ha escogido este terruño, tierra santa porque en el transcurso de los años, desde este lugar saldrán, crecerán y trabajarán fecundamente hombres santos».

Palabras de profeta, palabras del Padre Fundador que se hacen realidad en Joao Luiz Pozzobon y su grandiosa Campaña del Rosario.

Decía el querido Padre Horacio Sosa en una conferencia en Nuevo Schoenstatt: «Que el recuerdo amoroso de tu padre profeta te levante siempre de nuevo». Palabras providenciales, porque, al llegar, van apareciendo las respuestas a las preguntas de las que hablaba al comienzo.

Llegar hasta el Tabor

Llegar hasta el Tabor es buscar la renovación del ardor misionero, es levantarse del tedio de la rutina diaria y arrancar una vez más con las alforjas llenas. Es volver a valorizar la vida diaria, valorar los talentos que me fueron regalados y trabajar en ellos, cultivar todos y cada uno de los aspectos de la vida, físicos, intelectuales, síquicos y espirituales, autoeducarse, seguir aspirando a la santificación.

Llegar hasta el Tabor es unirse a la fuente, mantenerse unida al origen. Es el mismo Don Joao quien nos lo explica, porque a él le fue dada la gracias de entender, el don de VER, no con los ojos del hombre sino con los ojos de Dios, entender con la mente de Dios, contemplar con su Espíritu, reconocer la mano de Dios donde otros ven sólo circunstancias humanas, descubrir providencia en la historia y amor en el sufrimiento, visión de profeta, facultad de ver lo que la mayoría de la gente no ve.

«Siempre quedé unido al origen»

Tumba de Don JoaoDecía Joao Pozzobon: «Cuando comenzaron aquellos retiros y conferencias yo no conocía Schoenstatt, ni sabía de su existencia. Algo realmente vital que recibí fue entender la misión del Fundador. Yo me sentía como un alumno pequeño, un alumnito allá junto al Fundador, al P. Kentenich y junto a esos, a pesar de que ni conocía el lugar, ni el Santuario Original. Así me mantuve, eso fue lo que me dio muchas fuerzas, mucho coraje y seguridad, porque siempre quedé unido al origen… Para mí fue lo más importante y hoy también sigo: lo recibí todo aquí en el Santuario, pero pude tener la suerte de entender el origen» (del libro Héroe hoy, no mañana, pág 29/30, P. Esteban Uriburu).

Llegar hasta el Tabor es re-crear los vínculos, crear unidad, vincularnos al lugar de gracias y beber de la fuente, saber que en el Santuario está la respuesta a cualquier dolor o tragedia, está la respuesta a cada desafío y la fuerza para enfrentarlo.

Aquí è bom estar!

En la tierra del Tabor los corazones sienten lo que sintió San Pedro y surgen las Procesión con la Peregrina Originalpalabras: «Qué bien estamos aquí, no nos vayamos».

Los detalles de las celebraciones que tuvieron lugar ya están publicados, pero me gustaría agregar que fueron tres días especiales, tres días de gracias.

Lo que se respiraba en Santa María era diferente a todo lo conocido, había amor en el aire, amor que brotaba de los corazones de todos los que viven allá, de todos los que fuimos y nos congregamos junto al Santuario, y que se podía descubrir al ver cómo María iba actuando en el interior de las personas: en sólo tres días los extraños se volvieron amigos y los amigos se tornaron hermanos con historias parecidas; los que hablábamos español y los que hablaban portugués nos entendíamos, asombrados, porque no había barrera idiomática entre nosotros. La Misa del domingo 12, al final del Encuentro, reunió a más de 2.500 personas, hermanos de todo Brasil, Uruguay, Paraguay, Argentina, Portugal, todos unidos bajo el mismo manto, todos unidos por nuestra Madre y Reina Tres Veces Admirable de Schoenstatt.

Gratitud y fidelidad

Querida Madre, por mi parte y desde el corazón, quiero agregar las palabras: gratitud y fidelidad. Gratitud al Padre Misericordioso y a su Hijo Jesús que me amaron antes y me regalaron la vida, mi familia, mi hogar, la gran Familia espiritual de Schoenstatt y a María, mi Madre. Gratitud a la Mater porque un 28 de septiembre me llamó a aliarme con Ella. Y fidelidad, que continúo pidiendo en mis oraciones, para cumplir con la misión que me fue confiada.

En el nuevo aniversario de mi Alianza de Amor quiero volver a consagrarme a vos, María, y ofrecerte mi corazón y mis manos para que hagas de mí un instrumento apto.

Deseo terminar este testimonio tomando como mías las palabras del Arzobispo de Rosario, Monseñor Jorge López, cuando se consagró a la Mater: Que en esta renovación de mi Alianza de Amor yo pueda decirte: María, ¡te amo!, y tú puedas responderme: Clara, ¡yo también te amo!

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