ARGENTINA, Oscar Tapia. Durante el fin de semana llegaron desde catorce provincias argentinas hasta Córdoba para hablar sobre «refundar la Patria desde la Familia». «Mi familia, nuestra Patria» es el lema bajo el cual se reunieron 1.200 personas de 14 provincias argentinas en el Encuentro de la Obra de Familias organizado por el Movimiento Apostólico de Schoenstatt, realizado en Huerta Grande, provincia de Córdoba, del 9 al 11 de julio de 2010 con motivo del Bicentenario, y tuvo su clausura en la misa del domingo oficiada por el Arzobispo de Córdoba, Monseñor Carlos Ñañez.
El documento final del encuentro afirma que «nuestro fundador, el Padre José Kentenich, definió a las familias «Fundamento y corona de la sociedad» y le entregó el legado de construir un nuevo orden social basado en la verdad, el amor y la justicia».
«Nuestras familias quieren ser una alternativa a la cultura individualista y a la fragilidad de los vínculos, a la acumulación vergonzosa de intereses y al hedonismo sin medida. Nuestra propuesta es compartir el pan de la hospitalidad y de la vida, la acogida a los excluidos, enfermos y leprosos del espíritu -entre los cuales nos contamos- y a quienes buscan a Dios a tientas en la noche. Donde no hay espacio para ellos porque no son tan importantes a los ojos del mundo, hay un hogar en nuestro corazón», subraya el documento. «En medio de tantas incógnitas sobre nuestra identidad queremos mostrar el esplendor de la verdad sobre el matrimonio y la familia. Ella es el «santuario de la vida», donde la maternidad y la paternidad humanas se hacen santas, porque reflejan a Dios Padre y a nuestra Madre, María», dice el documento.
Mensajes referentes a la familia
En otro de su párrafos destacados, la Obra de Familias reunida en Huerta Grande destaca que «respetamos a aquellos que piensan diferente: el amor no se impone. No discriminamos sino afirmamos nuestras convicciones. Aceptar el mensaje de la familia es una oferta inconclusa del Paraíso, pero siempre abierta a construirse por quienes guardan la promesa». El encuentro comenzó el viernes 9 de julio a las 15 horas con la recepción de las comunidades de 14 provincias y la entrada de la bandera patria junto a la imagen de la Virgen María portada en una antigua carroza. Luego se puso en escena bailes folclóricos y se realizó una suelta de globos, celestes y blancos, con mensajes referentes a la familia y su importancia en la sociedad.
Refundar la Patria nueva desde la familia
La jornada del sábado comenzó con una charla a cargo del matrimonio de Lilian y Miguel Mateu, de Mendoza, que se refirieron a «Refundar la Patria nueva desde la familia, con pautas y valores que porta Schoenstatt». Posteriormente se abordaron problemáticas de vivencia cotidiana en la vida argentina que, en forma de talleres, contaron con una masiva participación. Los temas fueron diversos, por ejemplo, «La familia forjadora de líderes sociales», «Educación en y para el amor», «Cómo educar mejor a nuestros hijos», «Los adolescentes hoy, un desafío a la paternidad», «Consejeros matrimoniales, una tarea que urge», «Medios de comunicación y nuevas tecnologías», «Liderazgo y participación ciudadana».
Invitado especial: el Padre Rafael Fernández
Un hecho que mereció un cerrado aplauso fue la llegada el sábado por la mañana de un matrimonio con sus hijos desde Comodoro Rivadavia para lo cual debieron viajar prácticamente durante tres días. Quien se destacó por su presencia y por su historia, fue el Padre Rafael Fernández que llegó desde Chile especialmente para el evento. Este sacerdote ha escrito varios libros sobre el Padre Kentenich y su método de educación, que son de consulta permanente en el Movimiento. En un espacio para escucharlo especialmente a él en la tarde del sábado, contó una anécdota, entre muchas, que protagonizó nada menos que el Padre Fundador. En uno de sus viajes a Chile, el padre José Kentenich se alojó en casa de la familia Fernández. Y en oportunidad de hablar con un «chiquillo» a quien le puso la mano en el hombro y le dijo: «vos vas a ser un sacerdote». El niño tenía ocho años de edad y ahora es el reconocido Padre Rafael Fernández.
El sol y el calorcito serrano, el humor de los cordobeses y el encuentro fraterno de más de mil personas fueron el marco de días inolvidables en los que se fortaleció la fe y la amistad. La organización del Encuentro corrió por cuenta de las familias de Córdoba, y la supervisión de las autoridades del Equipo Coordinador de la Obra de Familias: Marta y Joaquín Lavini, coordinadores generales; Padre Guillermo Carmona, asesor nacional; Hermana María Sofía, asesora nacional; Mónica y Rodolfo Concia, del Instituto de Familias; Graciela y Miguel Greppi, de la Federación de Familias; Lilian y Miguel Mateu, del Círculo de Miembros; Marisa y Marcelo Bulfón, secretarios nacionales.
Este Encuentro de Familias nos dio la oportunidad de HACER FAMILIA.
Niños, jóvenes, padres y abuelos compartimos la alegría que María nos regala en nuestro Movimiento. El corazón se nos llenó de júbilo por compartir como hermanos, hijos de una misma Madre, la alegría de ser FAMILIA.GRACIAS a todos y cada uno de los que lo hicieron posible.
El encuentro en Huerta Grande fue el fiel reflejo de la fuerza y energía que tiene el movimiento en nuestra patria. Fue realmente hermoso ver tanta juventud y niños encendidos a la par de sus padres viviendo con alegría y felicidad las 3 jornadas. En lo personal me llevo el corazón repleto de felicidad, con el compromiso de hacer vivo el envío que tuvimos las familias en Huerta Grande. Agradezco a la Mater haber participado y poder compartir los testimonios de tantas y tantas familias,jovenes, hermanas, sacerdotes, que Mostraron una sociedad que lucha por un mejor futuro.
GARCIAS MATER!!!!