Publicado el 2009-09-11 In Vida en alianza

“Fidelidad a la Misión, a Schoenstatt y a la Iglesia sea mi agradecimiento”.

Misiones de Invierno Siembra UC en la localidad de Pelchuquin, Valdivia, ChilePablo Gaete. Hacía mucho tiempo, desde noviembre del año 2007 que no escribía un artículo para la Familia de Schoenstatt. Esta vez quise escribir, ya como pionero del Santuario Monte Horeb de Chillan y en mi último año de mi etapa escolar, un artículo más personal, principalmente contarles la experiencia vivida en las Misiones de Invierno SIEMBRA UC, principalmente dirigida a alumnos de Enseñanza Media, que por segunda vez tuve la oportunidad de vivir, este año en la localidad de Pelchuquin (Sn. José de la Mariquina) en la Región de los Ríos.

Misiones de Invierno Siembra UC en la localidad de Pelchuquin, Valdivia, Chile  - Fotos: Pablo  GaeteAunque ya han pasado casi dos meses, quise escribir este testimonio para contarles los frutos y los cambios que produjo en mí, apenas regresé a mi casa en Sn. Carlos. Contarles, por ejemplo, que nunca en mi vida pensaría que a misa fuera solo los domingos sino también todos los días de la semana o que reforzaría mi labor en la pastoral de mi curso y a la vez en mi colegio. Todos estos cambios se los atribuyo a nuestra querida Mater y a la divina providencia desde el Santuario.

Previo a esto…

El Santuario Monte Horeb, en ChillanEn Enero de este año, durante el CANAPI (Campamento Nacional de Pioneros) que se realizó en Callejones (Rancagua) realicé mi promesa de pionero donde además, recibí mi cruz espada, donde quise asumir la misión de abrir camino a un mundo nuevo y atraer a otros a Dios, tarea que se hizo más profunda y más comprometedora cuando sellé el 3 de Mayo en Bellavista mi Compromiso con el Padre y una semana antes de las misiones, luego de rezar en el Santuario y participar de la misa del mes, recibí del P. Horacio López, asesor de la familia, la bendición y el envío desde el Santuario Monte Horeb de Chillan hacia Siembra UC.

El anhelo de compartir a Cristo, aún en los momentos difíciles

Cuando partí a Pelchuquin, lo hice en medio de un mal momento familiar por lo de mi primo pequeño que tenía problemas de salud, entre ellos un coma diabético y el simple hecho de estar «descolgado» o «fuera de onda» por no vivir en el ajetreado ambiente que viven muchos santiaguinos a lo que me costó adaptarme los primeros días.

Santa Misa de los misionerosA pesar de eso, tuve la oportunidad y el regalo de poder dar la comunión esa semana en la cual estaba muy nervioso, pero fue una bonita experiencia que espero volver a vivir, luego de seguir formándome y recibir el llamado para ser ministro de comunión. También pude bendecir algunas casas y vi en las familias el esfuerzo, pero sobre todo el espíritu de oración de ellas sumado a la acogida que las familias nos brindaban, el escucharlas y poner sus intenciones, deseos y anhelos en las manos de Dios y de María.

También una comunidad de misiones, en la que recibí un apoyo, acogida imposible de explicar sumado a una amistad que se formo que aún sigue, resumido en esto en una «Familia».

Cuando Dios se manifiesta en lo pequeño

Mi promesa...Cuando ya estaba a punto de volverme a Sn. Carlos producto de este mal momento familiar que vivía llegan a la zona nuevos integrantes, dos de estos del Colegio Huelén, pero sobre todo quiero destacar a una de ellas dos, la alegría, el cariño y la ternura que reflejaba ella al levantarme el ánimo me dejaba sorprendido, en ella pude comprender después, como Dios nos envía pruebas difíciles pero también nos manifiesta su gracia en cosas, gestos pero sobre todo en personas como ella que Él escoge como instrumentos, que, siendo tan sencillas pueden llegar a ser tan valiosas y que marcan para siempre la vida de uno.

Nuestro Dilexit Ecclesiam hoy

el Padre José Kentenich con Pablo VI, 22 de diciembre de 1965Al igual que nuestro Padre Fundador, nosotros como jóvenes schoenstattianos desde nuestras distintas ramas (pioneros, universitarios, aliadas, secundarias y universitarias) y nuestros grupos en la corriente de la vida que brota del Santuario, pero sobre todo en la fuerza de la Alianza de Amor, debemos Amar y servir a la Iglesia en todas las formas y apostolados. Por eso somos muchos, los jóvenes schoenstattianos que sacrificamos parte de nuestras vacaciones de invierno para compartir con otros a Cristo y a María nuestra madre, ya sea, a través de Trabajos o Misiones, y así hacer vida lo que el Padre Kentenich nos dice en el Hacia el Padre y en contexto de los 60 años del hito del 31 de Mayo. «Fidelidad a la Misión, sea mi agradecimiento».

1 Responses

  1. P. Jorge José Falch Frey dice:

    Pablo, te agradezco tu excelente comentario sobre tus expriencias en la Familia schoenstattiana y especialmente en la juventud. Tus palabras pueden encender mucho fuego en el mundo juvenil en torno al Santuario del Monte Horeb y también en el ámbito de tu parroquia.
    Me gustaría agregarte una buena noticia, pero no sé como hacerlo en este corto espacio. Necesitaría tu dirección electrónica. La mía es pjorgefalchcl@hotmail.com
    Mis felicidades y que nuestra Madre y Reina siga formándote para la gran misión de tu vida.
    P. Jorge Falch

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