ALEMANIA, Clemens Mann. Pasar un fin de semana acompañado con el papá, maestrear un poco y superar algunos retos. Este sueño se cumplió para ocho parejas papá e hijo de la región de Wurzburg y Bamberg el fin de semana del 10 al 12 de julio del 2009 en el centro de Schoenstatt, Marienhoehe. El objetivo de estos días de convivencia fue estabilizar y profundizar la relación papá-hijo.
Durante tres días, papás e hijos, siguiendo el lema «Experimentar, reflexionar y comentar juntos» compartieron una jornada de campamento, donde pudieron profundizar sus vínculos y tener una hermosa experiencia de familia. El Padre Pfenning, con más de 20 años de experiencia trabajando con jóvenes, dirigió las actividades del fin de semana. El día sábado se les presentó un gran desafío a papás e hijos. Enfrente de un bloque de hormigón, recibieron la misión de «representar la relación padre hijo en una escultura». Primero debían comentar y planear la tarea. Luego, con serruchos, taladros y limas terminar la obra. Los papás debían tomar distancia y dejar que sus hijos desarrollaran la obra. Luego las parejas debían de presentar las esculturas. Una casa, dos manos, un corazón con un compartimento secreto fueron ejemplos de las obras que presentaron las parejas. Así pudieron compartir un lindo día y reflexionar en torno al trabajo que ambos habían realizado.
El tiempo con el padre puede volverse en un hito
Entre las actividades conjuntas había para los padres rondas de discusión acerca de lo que es ser padre. En este contexto, como fue de esperar, también la relación con sus propios padres fue tema. En muchos papás todavía había mucho enojo no superado. ¿Cómo cultivar una buena relación entre papás e hijos? Para responder a esta pregunta el P. Pffening tenía preparados algunos consejos: «Los padres deben tomar su tarea con más conciencia, descubriendo y potenciando las habilidades de sus hijos. No son los deseos propios los que se encuentran en juego sino los deseos de los hijos. Lo más importante es que el interés por el hijo sea mayor que su rendimiento. Ayuda y amor es lo que necesitan los muchachos, no rigidez!»
En las rondas de discusión también se trataron temas actuales, tales como ¿Cuántas horas debe de pasar mi hijo frente al televisor y la computadora? El P. Pfenning piensa que una hora diaria es más que suficiente. Mejor aún son actividades que se puedan llevar a cabo en conjunto, como jugar media hora Ping-Pong o una ronda de parchís. Para los hijos este tiempo junto a sus papás se convierte en un momento privilegiado, especialmente cuando el padre tiene mucho trabajo. Así, la relación puede verse renovada y reforzada, ya que «sin una inversión por parte del padre, no funciona».
«Ahora no sólo eres mi padre, sino que eres mi amigo»
Todas las sugerencias y puntos de vista fueron tratados el domingo en la charla entre padres e hijos, llevada acabo de «hombre a hombre». La culminación fue hecha con la Santa Misa en la capilla de Schoenstatt, donde papás e hijos recibieron una bendición especial.
La guía del P. Pfenning fue muy fecunda para los participantes. Su ayuda quedó confirmada en los comentarios: «Ahora no sólo eres mi padre, sino que eres mi amigo!». Muchos papás se mostraron agradecidos de que existan oportunidades como ésta, donde se puede «profundizar en la relación con nuestros hijos». Para el 2010, en el centro de Schoenstatt y Wurzburg, se está planeando repetir esta experiencia en el mes de julio.
Traducción: Josef Sauter, fcc
