SANTUARIO ORIGINAL, Maria Fischer •
Hubo unos copos de nieve que cayeron suavemente sobre el Santuario Original, en el primer minuto del Año Nuevo 2021. Dentro del Santuario, poca gente, en esta noche entre 2020 y 2020. El P. Alejandro Blanco, Secretario General de la Federación de Presbíteros de Schoenstatt, estaba, y espontáneamente decidió exponer el Santísimo Sacramento, y después de unos minutos de adoración en silencio, impartir la bendición sacramental los presentes y a todo Schoenstatt.—
Tocaban las campanas del Santuario Original, para despedir este año 2020 marcado por la crisis sanitaria y la «crisis de Kentenich», un año no solo de corona sino también de muchos momentos de solidaridad, cuidado, compromiso social, crecimiento. Tocaban las campanas del Santuario Original para dar la bienvenida al año 2021 y abrazarlo con esperanza y compromiso.
Recibimos, todos, la bendición con el Santísimo, en estos primeros minutos de 2021.
Gracias P. Alejandro.
«La Virgen María, que ha dado a luz al «Príncipe de paz» (Is 9,6), y que lo acuna así, con tanta ternura, entre sus brazos, nos obtenga del Cielo el bien precioso de la paz, que con tan solo las fuerzas humanas no se logra perseguir en plenitud. Solamente las fuerzas humanas no bastan, porque la paz es sobre todo don, un don de Dios; debe ser implorada con incesante oración, sostenida con un diálogo paciente y respetuoso, construida con una colaboración abierta a la verdad y a la justicia y siempre atenta a las legítimas aspiraciones de las personas y de los pueblos. Mi deseo es que reine la paz en el corazón de los hombres y en las familias; en los lugares de trabajo y de ocio; en las comunidades y en las naciones. En las familias, en el trabajo, en las naciones: paz, paz. Y ahora pensemos que la vida hoy está organizada por las guerras, las enemistades, tantas cosas que destruyen… Queremos paz. Y esta es un don.
En el umbral de este comienzo, dirijo a todos mi cordial deseo de un feliz y sereno 2021. Cada uno de nosotros trate de hacer que sea un año de fraterna solidaridad y de paz para todos; un año cargado de confiada espera y de esperanzas, que encomendamos a la protección de María, madre de Dios y madre nuestra».
Papa Francisco, 01.01.2021
