Publicado el 2015-12-20 In Santuario Original

Santuario Original: la Puerta Santa abierta como pedido de un nuevo milagro de Nochebuena en el sentido de un corazón misericordioso

Por María Fischer •

IMGP9390«La puerta es un símbolo del Adviento: el Señor viene a visitarnos, a Él le queremos abrir la puerta y acogerlo”, así dijo el P. Juan Pablo Catoggio, Presidente del Consejo General de Schoenstatt, en la prédica el tercer domingo de Adviento. “Este año, la puerta tiene un significado muy especial: el Santo Padre Francisco ha proclamado un año jubilar extraordinario de la misericordia. El pasado 8 de diciembre, en la Fiesta de la Inmaculada, el Papa abrió la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro en Roma. Hoy, por primera vez, se abrirán muchas “puertas de la misericordia” en muchos lugares del mundo. Y nuestro obispo declaró al Santuario Original en Schoenstatt como una de dichas puertas santas, otorgándole la distinción de una indulgencia especial. Por eso hoy, después de la celebración eucarística, ¡podremos abrir la Puerta Santa de la Misericordia en el Santuario Original!”

Abrazados por la misericordia de Dios

Alrededor de 800 personas – así se publicó en el periódico de Coblenza, “Rhein-Zeitung” – participaron, ese gris y húmedo día de diciembre, en la apertura de la Puerta Santa del Santuario Original. Debido a que estos son momentos de gracia y de alegría, en la Iglesia de Peregrinos ya estaban encendidas las luces de los árboles de Navidad. Ese día, 13 de diciembre, tercer domingo de Adviento, desde un extremo de la tierra al otro, se abrieron miles de “Puertas Santas” en todas las catedrales del mundo y en numerosos templos y santuarios. En el sitio web del Jubileo de la Misericordia se pueden ver en un mapa (bastante técnico) muchos, pero no todos los lugares de gracia de la misericordia. El significado se puede intuir, cuando el Padre Juan Pablo Catoggio citó al Santo Padre: “Cuando atravesamos la Puerta Santa, nos dejaremos abrazar por la misericordia de Dios y nos comprometeremos a ser misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros”. (VM 14). Éste es el lema del Año Santo». Ese domingo, junto al Santuario Original también se abrieron muchas “Puertas Santas” en muchos santuarios de Schoenstatt. Muy probablemente Paraguay es el único país en el cual todos los santuarios de Schoenstatt (tres) son “Puertas Santas”.

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Las dos dimensiones de la misericordia

El P. Juan Pablo Catoggio explicó las dos dimensiones de la misericordia que son tan importantes para el Papa Francisco en este extraordinario Año Santo: “La primera y más fundamental es la misericordia de Dios Padre, “del Dios compasivo y clemente, lento para la ira y abundante en misericordia y verdad” (Ex 34,6), la que una y otra vez se nos dará y que siempre experimentaremos. La segunda dimensión es nuestra actitud de misericordia frente a las personas, especialmente frente a los más necesitados. Dos parábolas del Evangelio de San Lucas – el Evangelio de la misericordia – nos ilustran ambos aspectos. La primera, por así decirlo, la dimensión vertical se expresa en la parábola del ‘hijo pródigo’ y del padre misericordioso (Lc 15). Dios nos abraza en su misericordia y su perdón”, así lo explicaba. “La segunda, la dimensión horizontal, se puede ver claramente en la parábola del buen samaritano (Lc 10): él ejerce la misericordia con el desconocido a quien considera y trata como a su prójimo. Misericordia tiene que ver con hacer obras, con actuar, tal como lo hemos escuchado en el Evangelio”.

Entrar y salir. Algo muy práctico. Vida en Alianza con este Dios de la misericordia y Schoenstatt en salida para confirmar esta misericordia con los sin techo, los encarcelados, los hambrientos, los que están solos, los desconsolados o los que se encuentran huyendo…Las personas concretas en nuestra verdadera realidad de 2015 – 2016.

Porque, y así ahondó el P. Juan Pablo Catoggio en la profunda dimensión de la Puerta Santa: “Jesús, el Buen Pastor, dice de sí mismo: Yo soy la puerta (Juan 10,7). Su costado traspasado, del cual brota, fluye, su amor misericordioso, se ha convertido en una puerta de gracias, en una puerta hacia el Padre, es la puerta de la misericordia en el sentido más verdadero”.

Hace exactamente cincuenta años: la «carta de la misericordia» del Padre Kentenich.

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Schoenstatt recuerda en este Adviento los sucesos de hace cincuenta años, que culminaron con el retorno del Padre Kentenich desde el exilio en la Nochebuena de 1965. En el mensaje del Consejo General para la Navidad de 1965, se colocaron estos jubileos en el contexto de los acontecimientos de la Iglesia. Y así, ese 13 de diciembre, el P. Juan Pablo Catoggio vincula la apertura de la Puerta Santa del Santuario Original con la carta a la Familia de Schoenstatt que el Padre Kentenich escribió en esa misma fecha de 1965: “El 13 de diciembre, hace cincuenta años, él se dirigió a la Familia de Schoenstatt con un mensaje: como fruto de la guía de Dios y también como programa permanente, habló de la nueva imagen del hombre, de Dios y de la comunidad, que están completamente impregnados por la misericordia. Uno sólo puede maravillarse al ver cómo coinciden, en el deseo esencial, el mensaje del Santo Padre para el Jubileo con la carta de Navidad del Padre Kentenich de hace cincuenta años.

El Padre Kentenich resume su mensaje en una hermosa y profunda oración:

“Querida Madre y Reina tres veces Admirable de Schoenstatt, vela para que nos experimentemos hijos del Rey, hijos miserables y dignos de misericordia y de este modo vivamos convencidos de que somos predilectos del amor paternal e infinitamente misericordioso de Dios Padre”

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Qué queda

Después de la Santa Misa, todos se dirigieron en procesión al Santuario Original, donde el P. Juan Pablo Catoggio abrió la Puerta Santa que fuera renovada el año pasado en forma tan hermosa. Las palabras resonaron en varios idiomas, los gestos fueron en ese momento más fuertes y todos pudieron entenderlos.

¿Qué significa entrar por la puerta del Santuario Original durante casi un año? ¿Qué significa entrar y qué significa salir?

Tal vez eso que el P. Juan Pablo nos dijo a los schoenstattianos ese 13 de diciembre en nuestro caminar hacia la Navidad:

“Tal vez podríamos pedir un nuevo milagro de la Nochebuena en el sentido de un corazón profundamente misericordioso, un corazón tocado y conmovido por la misericordia de Dios, que regala y demuestra esta misericordia a los demás. Ésta sería una hermosa gracia que podríamos pedir en el Santuario para este año”.

Alguien preguntó “¿Y qué pasaría, si realmente cada schoenstattiano, absolutamente todos, pusieran en el pesebre el anhelo por esta gracia como deseo de Navidad?”

 

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Puerta Santa –  Homilía del P. Juan Pablo Catoggio

 

 

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Fotos: P. Egon M. Zillekens, Marcelo Scocco

Original: alemán. Traducción: Tita Andras, Viena, Austria

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5 Responses

  1. Águeda Maria Passarella dice:

    Abrámos las puertas de nuestro corazón para que Jesús lo llene de su Misericordia.
    Así seremos hombres nuevos como decía el Padre Kentenich,llenos de Luz y Amor.
    Predilectos y dignos de la Misericordia de Díos.
    Nuestra Mater tres veces Admirable nos lleve siempre en su corazón ,nos cubra con su Divino Manto.
    ¡¡¡ BENDECIDA NAVIDAD PARA TODOS !!!

  2. pablo d'amico dice:

    Gracias Tita por traducir y Maria por compartir este articulo con todos los schoenstattianos !!!
    Asi lo haremos en Familia (ya instalados en Seattle / USA), pedir la Gracia de la misericordia en la Nochebuena.
    Feliz Navidad para Uds !

  3. Irma Espejo dice:

    Que en este Jubileo Dios bendiga las familias y santifique,que nos haga un corazon semejante al suyo,y seamos anunciadores de su misericordia su Amor, se de un nuevo pentecostes que transforme el mundo. FELIZ NAVIDAD.

  4. Tita Ravera de Andras dice:

    Al leer ese comentario: «Y qué pasaría, si realmente cada schoenstattiano, absolutamente todos, pusieran en el pesebre el anhelo por esta gracia como deseo de Navidad?” tengo que imaginarme el corazón de Dios…cómo se debe enternecer cuando sus hijos le están pidiendo con tanta fe algo bueno. Pongo en el pesebre mi corazón, pidiéndole al pequeño Rey que me lo cambie por otro más misericordioso y que me regale un corazón que no sólo es misericordioso para los que quiero, sino que sea misericordioso con el que está solo (y aquí en Europa es una de las mayores pobrezas), con el que se ha alejado de Dios (también un «mal» enorme por estos lados), por los miles y miles de refugiados que han llegado a Austria,… Jesusito, pequeño Rey: haz que tus hijos schoenstattianos nos despertemos y regalemos la gracia de la misericordia a nuestros hermanos!

  5. Maria del Rosario Rodriguez dice:

    Para poner en el pesebre del Santuario Original mi gran anhelo que el Niño Jesus me regale un corazon misericordioso para amar !!!y el gran regalo que El sabe necesitamos en familia y en especial mi hijo Armando!! Tengo fe en que se cumplira!!! AMEN

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