Publicado el 2015-05-06 In Santuario Original

Ordenación diaconal- “Presagio de la primavera y signo de esperanza en tiempos turbulentos”

De Heinrich Brehm, Oficina de Prensa del Movimiento de Schoenstatt, en Alemania, schoenstatt.de •

En presencia de sus padres, muchos miembros de su familia de origen, que habían llegado desde Hungría, un gran número de sus hermanos de la comunidad de los Padres de Schoenstatt, amigos, conocidos del Movimiento de Schoenstatt de Austria y Alemania, así como muchos peregrinos, que habían llegado a Schoenstatt este primer sábado de mayo, Péter Csermák fue ordenado diácono por el obispo húngaro László Bíró, el 2 de mayo en la Iglesia de Peregrinos, en Vallendar, Schoenstatt. La decisión de una persona joven de responder al llamado de Dios y decir “Aquí estoy, envíame” es como un presagio de la primavera y un signo de esperanza en tiempos turbulentos, dejó claro el obispo, László Bíró, en la homilía de ceremonia de ordenación. El P. Theo Breitinger, superior de la provincia de Sión de los Padres de Schoenstatt, saludó especialmente al comienzo a los miembros de los cursos de pastoral del obispado de Maguncia, con los que Csermák se prepara para servir como diácono y sacerdote.

Más de diez años de camino con los Padres de Schoenstatt

Durante su presentación, antes de la misa, se supo que Péter Csermák ha estado en el camino al sacerdocio desde 2005 en la comunidad de los Padres de Schoenstatt. Tras el noviciado, desde 2005 a 2007, comenzó sus estudios de teología en la Universidad Ludwig-Maximilian, de Munich. De 2009 a 2010 aprobó en Chile su práctico apostólico. El título de su tesina, al término de sus estudios en 2013 fue: “Matrimonio y familia como sujeto de la nueva evangelización”. Desde noviembre de 2013 pasó seis meses en Texas, en trabajos con la juventud y aprendiendo el idioma. En 2014 acompañó al equipo internacional de voluntarios durante la preparación del jubileo del Movimiento de Schoenstatt. Desde octubre de 2014 está en los cursos de pastoral del obispado de Maguncia. Durante todo el tiempo Péter ha mantenido una fuerte vinculación al Movimiento de Schoenstatt en Hungría. Allí colaboró hace años en la creación del “Padre Kentenich Quiz”[1] que ha sido muy útil a muchos matrimonios para descubrir la espiritualidad desarrollada por el P. Kentenich, como una ayuda para su vida. Los anhelos del corazón de Péter fueron siempre las vocaciones espirituales para Schoenstatt en Hungría y un Santuario de Schoenstatt para adultos jóvenes en Budapest.

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Decir sí en libertad

Durante la Misa de ordenación, admirablemente organizada, con un grupo musical de jóvenes de Hungría, Alemania y de la comunidad internacional de los Padres de Schoenstatt, con canciones en húngaro y en alemán, el Obispo Bíró advirtió en su homilía que la lectura de la celebración acentuaba especialmente la libertad de la persona para responder al llamado de Dios. Dijo que conocía muchos jóvenes a los que les resultaba difícil decir, en libertad, “Aquí estoy, envíame”. Pero justamente mediante un “Sí” así de libre se revitalizaría el reino de Dios también hoy, en el siglo XXI. “Cada uno tiene un lugar en la familia, la escuela o la profesión y tiene una tarea única para la que ha sido llamado a decir que sí”, dijo el Obispo Bíró y subrayó a continuación: “Hoy damos gracias en esta fiesta porque Dios llamó y Péter dijo que sí”.

Monseñor Bíró dedicó la segunda parte de su homilía a las tareas del diácono. El diaconado nació en la última cena cuando Jesús lavó los pies a los discípulos y les dijo:”lo que yo hago con vosotros, hacedlo vosotros también”. Durante la celebración de la eucaristía, el diácono está llamado a proclamar el evangelio, preparar las ofrendas, recordar el misterio de la fe, repartir las ofrendas, anunciar la paz como Cristo la da construyendo la unidad y, al final de la misa, enviar a las personas como misioneros en la vida diaria. Monseñor Bíró terminó su homilía con la frase: “Querido Péter, recuerdo mi propia ordenación diaconal, hace 42 años. Mi obispo me dijo “permanece diácono durante toda tu vida” y yo te lo digo a ti ahora,. Aunque llegues a ser Papa, debes seguir siendo diácono”. El P. Theo Breitinger hizo hincapié en el agradecimiento al obispo que había explicado en su homilía, con tanta claridad, la tarea del diácono; que también los otros sacerdotes, y toda la comunidad presente podrían poner en práctica estas ideas en la vida cotidiana.

Foto: Brehm

Anunciar el Evangelio en la liturgia y en la vida

Tras la homilía y la invocación al Espíritu Santo, así como las promesas del candidato (entrega desinteresada, para el bien del pueblo cristiano; anuncio del Evangelio en hechos y palabras; vida célibe, como signo de la entrega a Cristo; disposición de estar junto a los pobres y los enfermos, de ayudar a los apátridas y a los necesitados, así como estar dispuesto a seguir el ejemplo de Jesucristo), vino la consagración propiamente dicha. Un momento especial, no sólo para el candidato, que permanecía echado en el suelo, sino para toda la comunidad, fue la invocación a todos los santos. Tras la imposición de manos por parte del Obispo, y la entrega de la estola y de la dalmática (vestidura del diácono), el Obispo entregó al nuevo diácono el libro de los Evangelios, como señal de que su tarea será anunciar el Evangelio en la liturgia y en la vida. Tras la fraternal señal del abrazo del Obispo, el nuevo diácono asume sus funciones.

“Santísima Virgen, sigo el camino del sacerdocio y tú me dices si estoy equivocado”

Muchos de los presentes quedaron especialmente conmovidos por las palabras de agradecimiento pronunciadas por Péter Csermák al final de la celebración. Entre otros se dirigió a sus padres diciendo: “Mis queridos padres, ustedes son mi origen, mi confianza, mi hogar, mi tesoro. Mi boca es continuación de su garganta, mi corazón late al compás del de ustedes. Son para mí la prueba de que hay un buen Dios, que experimenté a través de ustedes, y que es amor incondicional. Cuando era niño estaban allí, me arropaban cuando tenía frío; pasaban la noche junto a mi cama cuando estaba enfermo. Me dieron raíces en una mano y alas en la otra: no estoy solo, porque ustedes me llevan, hay un lazo entre nosotros. Han pasado muchos años. Ahora estoy aquí como diácono y tengo que reconocer que no hubiera sido nada sin ustedes. Porque ustedes son mi origen, mi confianza, mi hogar, mi tesoro. Mi boca es continuación de vuestra garganta, mi corazón late a vuestro compás. Gracias por vuestro esfuerzo”.

Sus palabras de agradecimiento a la Virgen fueron para algunos un ejemplo de cómo confiar en su conducción en las decisiones importantes de la vida. Péter dijo: “Cuando era un joven de 18 años fui al Santuario para pedirle consejo a la Virgen. No sabía qué hacer. Si debía ser sacerdote o fundar una familia. Entonces tuve una idea: `Santísima Virgen, sigo el camino del sacerdocio y tú me dices si estoy equivocado.´ Así pude hacer tranquilo y feliz mi camino a la comunidad de los Padres de Schoenstatt. Querida Virgen María, te agradezco mi vocación, que te he confiado agradecido y te agradezco por estos años en los que he podido caminar junto a ti. Hoy, tras mi promesa, quiero consagrarme de nuevo a ti, con una nueva súplica: quédate junto a mí cuando me sienta solo y ayúdame a seguir fielmente el camino hasta el final”.

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Confiar en el Espíritu Santo, que Él regale la gracia correspondiente

Tras la eucaristía, en una conversación con schoenstatt.de, el P. Theo Breitinger se mostró muy contento por el primer hermano de Hungría que ha sido ordenado diácono. Al mismo tiempo espera, naturalmente, “que haya más vocaciones, también en Hungría, donde el Movimiento de Schoenstatt tiene mucha vida. “El P. Tillmann Beller, que estuvo en su momento muchos años activo en Hungría desde Austria, sentó las bases para ello. Estuvo de acuerdo con el Obispo Bíró en la conclusión de que esta ordenación diaconal es un presagio de la primavera especialmente para Hungría. Pero también para la comunidad de los Padres de Schoenstatt”.

“Mientras vemos que en Alemania está algo estancado, hay otros sitios donde surgen cosas nuevas. Yo confío ciegamente en que los pesimistas no tengan razón de que todo sigue adelante y todo se acaba, sino que, más bien, hay nuevos comienzos”.

Mirando la vocación al sacerdocio hay, sin embargo, un problema serio: “hoy muchos jóvenes tienen en realidad dificultades para tomar una decisión”, dijo Breitinger. “Veo ahí el problema, que los jóvenes no están seguros de poder tomar una decisión así para toda la vida. Por eso vacilan”. Si ya en la familia existiera la confianza de que Dios conduce y llama y que no abandona a nadie que se decida por Él, sería más fácil decidir. Así, el camino de decisión de Péter Csermák, como él lo ha descrito en el agradecimiento, resulte quizá un ejemplo. “Hay que confiar en el Espíritu Santo, que Él regale la gracia correspondiente”.

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Fuente: www.schoenstatt.de. Todas las fotos: Heinrich Brehm, schoenstatt.de
Original: alemán. Traducción: M. Paz Leiva, Madrid, España

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