EUROPA, por Miguel Ángel Rubio, España •
Los días 8, 9 y 10 de mayo se celebró en Schoenstatt el Foro Europeo de las Familias.
En esta edición participaron ocho países: Alemania, Austria, Hungría, Chequia, Suiza (este año además fue el país organizador), Polonia, Croacia y España. El encuentro tuvo lugar en la Casa de la Familia, tradición que se ha venido manteniendo desde el inicio del Foro.
Se echó de menos a Italia, Francia, Portugal, Rusia y Escocia e Inglaterra, que han participado en años anteriores y que por diversas circunstancias este año no han podido asistir.
Tras un repaso de las celebraciones del jubileo, el trabajo se centró en las preguntas elaboradas para la acogida y profundización de la “Relatio Synodi”, así como en la audiencia del Papa Francisco el 25 de octubre de 2014 para el Movimiento de Schoenstatt, de la que se repartieron diversos ejemplares en distintos idiomas.
Tras comparar las “periferias” de los distintos países, para aprender unos de otros, se compartieron las distintas actividades apostólicas de ayuda a las familias que se están llevando a cabo con éxito. Entre ellas destacaron: el Camino Matrimonial, Misiones Familiares, la Academia de Familias, las tertulias a domicilio, cursos prematrimoniales, cena a la luz de las velas, acompañamiento matrimonial, acompañamiento a mujeres separadas… todas ellas inspiradas en la pedagogía del P. Kentenich. El intercambio de experiencias entre los países fue muy enriquecedor y la sensación general fue de que “cada uno se lleva mucho más de lo que aporta”, tal y como comentó uno de los participantes.
El comentario general fue que no hace falta esperar a las conclusiones del sínodo para comenzar a trabajar. Schoenstatt tiene respuestas para ayudar a familias con problemas, matrimonios separados, el tema de la homosexualidad… y tantos otros que tienen lugar en la “periferia” de la familia.
Como dijo el Papa Francisco en la Audiencia del 25 de octubre de 2014, con motivo del jubileo de los 100 años: “Podemos hacer buenos discursos…pero la pastoral de ayuda tiene que ser cuerpo a cuerpo. O sea, acompañar”.
El Papa nos interpela. Schoenstatt tiene respuestas. Estamos en salida.
