Publicado el 2015-02-23 In Santuario Original

Usted le ha regalado al cielo un santo

mda. El 28 de febrero se cumple el centenario del nacimiento de Karl Leisner. Karl Leisner (1915- 1945), beatificado por Juan Pablo II en 1996, conoció Schoenstatt cuando era joven y perteneció, durante los años que estudió teología, a un grupo de Schoenstatt, en el que estaba también el que fue más tarde obispo de Münster, Heinrich Tenhumberg. Para Karl Leisner quedan como hitos en su camino vocacional los pocos, pero intensos espacios de tiempo, de encuentro personal con la santísima Virgen en el santuario original. El Padre Ernst Geerkens (85) condujo, durante los días de adoración para sacerdotes, que tienen lugar todos los años por carnaval en Marienau, a 18 participantes de diversas comunidades parroquiales de Schoenstatt a un profundo encuentro con Karl Leisner.

Tras la muerte de Karl Leisner escribió el obispo Clemens August Graf von Galen, el 4 de septiembre de 1945 a Wilhelm Leisner:

«Deseo expresarle a usted, a su esposa y a sus hijos mi sentido pésame, por la muerte de su querido hijo, el reverendo Karl Leisner, – o, mejor dicho, mi felicitación: porque creo firmemente que usted le ha regalado al cielo un santo. Así lo afirman todos los que estuvieron con él en Dachau, que su valentía piadosa y alegre ha sido allí, en medio de tanto dolor, edificante consuelo y ejemplo.”

Partiendo de este primer testimonio de veneración a Karl Leisner, habló el Padre Geerkens de cómo comenzara esta veneración. Y no teóricamente, sino por propia experiencia de joven sacerdote en Xanten y Kleve cuando le conoció personalmente a través de una impactante homilía del P. Bernhard Wermland, con motivo de la inhumación de Karl Leisner. En la parroquia de Kleve tuvo la oportunidad de conocer a Wilhelm Leisner, que le regaló las copias de las cartas de su hijo desde el campo de concentración – un regalo que aún hoy guarda en gran estima, dice el Padre Geerkens. “Cada vez me interesé más por Karl Leisner y por su vinculación con Schoenstatt”, cuenta en la entrevista con schoenstatt.org, y relata, cómo en la Familia de Schoenstatt del Bajo Rin, patria de Karl Leisner, fue mantenida su veneración. Con gran respeto valoró el Padre Geerkens el trabajo del Círculo internacional Karl Leisner durante la preparación del proceso de beatificación y también ahora con motivo del centenario del nacimiento de Karl Leisner – por ejemplo, en el fructífero esfuerzo de emitir un sello de correos en honor de Karl Leisner.

Compromiso por la juventud

Cómo se comprometiera Karl Leisner por la juventud católica, habría sido el tema de otra charla, cuenta el Padre Geerkens. Él ha experimentado, de personas que le conocieron, cómo este hombre joven se preocupó por ellos personalmente y hasta qué punto se comprometió por la juventud. En relación con su trabajo para la juventud surge el contacto con el Padre Vermeegen, por quien Karl Leisner conoce Schoenstatt y el santuario original.

Una fuente de energía también para su vía crucis, que comienza con la manifestación (“qué pena…”) tras el fallido atentado contra Hitler y le lleva a los campos de concentración de Mannheim y Sachsenhausen hasta Dachau. “Casi no podía frenarme al describir las situaciones de Dachau“, reconoce Geerkens y hace alusión a la longitud de su tercera charla. “Pero nadie se ha dormido”. Y uno se lo cree inmediatamente cuando lo escucha. “Para las charlas he echado mano de la crónica de vida de Seeger, en ella hay mucha tela”, dice Geerkens”.

Para el centenario del nacimiento de Karl Leisner, el 28 de febrero, ha aparecido esta extensa obra. En cinco tomos están editados y comentados los diarios y cartas, completados por numerosos textos contemporáneos así como informes de testigos de la época. Hans-Karl Seeger ha recolectado durante decenios de minucioso trabajo los textos incluyéndolos en un todo viviente. No sólo la personalidad de Karl Leisner, sino también los correspondientes tiempos y situaciones se convierten en algo vivo.

La casa paterna de Karl Leisner

El Padre Geerkens se alegra de que para el 70 aniversario de la ordenación sacerdotal de Karl Leisner, el pasado diciembre, se erigiera una estatua frente a la iglesia conventual de Kleve. “Todos los que van a misa, tienen que pasar por Karl Leisner”, dice. Trajo consigo hasta Schoenstatt los artículos de prensa dedicados a este hecho y a otros sucesos alrededor del centenario y organizó con ellos un panel.

El Padre Geerkens vive desde hace 12 años en Kleve, en la casa paterna de Karl Leisner, de la que es conservador. El 31 de octubre de 2000 fue vendida la casa paterna de Karl Leisner, Flandrische Straße 11, por los herederos de Wilhelm Leisner y Elisabeth Haas, de soltera Leisner, a la recién fundada asociación “Encuentro con Karl Leisner”. La casa lleva ahora el nombre “ Karl Leisner – lugar de encuentro Kleve” y está abierta al público. En el parterre hay tres espacios dedicados a exposición, que fue desarrollada en los años ochenta por alumnos de un instituto. “Es una buena posibilidad de conocer a Karl Leisner e introducirse en el tema”, aclara. En la buhardilla de la casa está el cuarto de estudio de Karl Leisner como lugar conmemorativo y capilla. Constantemente llegan clases de colegio, grupos y personas individuales.

El Padre Ernst Geerkens se alegra de las visitas. Para inscripciones llamar al teléfono +49 2821/997350.

Original: alemán. Traducción: María Paz Leiva, Madrid, España

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Usted le ha regalado al cielo un santo

mda. El 28 de febrero se cumple el centenario del nacimiento de Karl Leisner. Karl Leisner (1915- 1945), beatificado por Juan Pablo II en 1996, conoció Schoenstatt cuando era joven y perteneció, durante los años que estudió teología, a un grupo de Schoenstatt, en el que estaba también el que fue más tarde obispo de Münster, Heinrich Tenhumberg. Para Karl Leisner quedan como hitos en su camino vocacional los pocos, pero intensos espacios de tiempo, de encuentro personal con la santísima Virgen en el santuario original. El Padre Ernst Geerkens (85) condujo, durante los días de adoración para sacerdotes, que tienen lugar todos los años por carnaval en Marienau, a 18 participantes de diversas comunidades parroquiales de Schoenstatt a un profundo encuentro con Karl Leisner.

Tras la muerte de Karl Leisner escribió el obispo Clemens August Graf von Galen, el 4 de septiembre de 1945 a Wilhelm Leisner:

«Deseo expresarle a usted, a su esposa y a sus hijos mi sentido pésame, por la muerte de su querido hijo, el reverendo Karl Leisner, – o, mejor dicho, mi felicitación: porque creo firmemente que usted le ha regalado al cielo un santo. Así lo afirman todos los que estuvieron con él en Dachau, que su valentía piadosa y alegre ha sido allí, en medio de tanto dolor, edificante consuelo y ejemplo.”

Partiendo de este primer testimonio de veneración a Karl Leisner, habló el Padre Geerkens de cómo comenzara esta veneración. Y no teóricamente, sino por propia experiencia de joven sacerdote en Xanten y Kleve cuando le conoció personalmente a través de una impactante homilía del P. Bernhard Wermland, con motivo de la inhumación de Karl Leisner. En la parroquia de Kleve tuvo la oportunidad de conocer a Wilhelm Leisner, que le regaló las copias de las cartas de su hijo desde el campo de concentración – un regalo que aún hoy guarda en gran estima, dice el Padre Geerkens. “Cada vez me interesé más por Karl Leisner y por su vinculación con Schoenstatt”, cuenta en la entrevista con schoenstatt.org, y relata, cómo en la Familia de Schoenstatt del Bajo Rin, patria de Karl Leisner, fue mantenida su veneración. Con gran respeto valoró el Padre Geerkens el trabajo del Círculo internacional Karl Leisner durante la preparación del proceso de beatificación y también ahora con motivo del centenario del nacimiento de Karl Leisner – por ejemplo, en el fructífero esfuerzo de emitir un sello de correos en honor de Karl Leisner.

 

Compromiso por la juventud

Cómo se comprometiera Karl Leisner por la juventud católica, habría sido el tema de otra charla, cuenta el Padre Geerkens. Él ha experimentado, de personas que le conocieron, cómo este hombre joven se preocupó por ellos personalmente y hasta qué punto se comprometió por la juventud. En relación con su trabajo para la juventud surge el contacto con el Padre Vermeegen, por quien Karl Leisner conoce Schoenstatt y el santuario original.

Una fuente de energía también para su vía crucis, que comienza con la manifestación (“qué pena…”) tras el fallido atentado contra Hitler y le lleva a los campos de concentración de Mannheim y Sachsenhausen hasta Dachau. “Casi no podía frenarme al describir las situaciones de Dachau“, reconoce Geerkens y hace alusión a la longitud de su tercera charla. “Pero nadie se ha dormido”. Y uno se lo cree inmediatamente cuando lo escucha. “Para las charlas he echado mano de la crónica de vida de Seeger, en ella hay mucha tela”, dice Geerkens”.

Para el centenario del nacimiento de Karl Leisner, el 28 de febrero, ha aparecido esta extensa obra. En cinco tomos están editados y comentados los diarios y cartas, completados por numerosos textos contemporáneos así como informes de testigos de la época. Hans-Karl Seeger ha recolectado durante decenios de minucioso trabajo los textos incluyéndolos en un todo viviente. No sólo la personalidad de Karl Leisner, sino también los correspondientes tiempos y situaciones se convierten en algo vivo.

La casa paterna de Karl Leisner

El Padre Geerkens se alegra de que para el 70 aniversario de la ordenación sacerdotal de Karl Leisner, el pasado diciembre, se erigiera una estatua frente a la iglesia conventual de Kleve. “Todos los que van a misa, tienen que pasar por Karl Leisner”, dice. Trajo consigo hasta Schoenstatt los artículos de prensa dedicados a este hecho y a otros sucesos alrededor del centenario y organizó con ellos un panel.

El Padre Geerkens vive desde hace 12 años en Kleve, en la casa paterna de Karl Leisner, de la que es conservador. El 31 de octubre de 2000 fue vendida la casa paterna de Karl Leisner, Flandrische Straße 11, por los herederos de Wilhelm Leisner y Elisabeth Haas, de soltera Leisner, a la recién fundada asociación “Encuentro con Karl Leisner”. La casa lleva ahora el nombre “ Karl Leisner – lugar de encuentro Kleve” y está abierta al público. En el parterre hay tres espacios dedicados a exposición, que fue desarrollada en los años ochenta por alumnos de un instituto. “Es una buena posibilidad de conocer a Karl Leisner e introducirse en el tema”, aclara. En la buhardilla de la casa está el cuarto de estudio de Karl Leisner como lugar conmemorativo y capilla. Constantemente llegan clases de colegio, grupos y personas individuales.

El Padre Ernst Geerkens se alegra de las visitas. Para inscripciones llamar al teléfono +49 2821/997350.

Original: alemán. Traducción: María Paz Leiva, Madrid, España

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