SCHOENSTATT, mda. Sin la Casa de la Alianza y la maravillosa infraestructura que se montó ahí, no hubiera sido posible preparar y ejecutar las celebraciones jubilares en Schoenstatt. Todos lo sabemos, y le debemos a los dueños y administradores – la Fundación María Reina del Trabajo en Chile y la Schoenstatt-Bundesheim International e.V. – nuestra gratitud sin reservas. ¿Y ahora qué? El jubileo llegó y se fue. ¿Caerá la Casa de la Alianza en un profundo sueño? No, dice el P. Egon M. Zillekens después de la última reunión de la Bundesheim International e.V. a principios de febrero. La Casa de la Alianza no se cerrará. La Fundación en Chile está buscando formas de entregar la Casa de la Alianza por completo a Schoenstatt, y el P. Zillekens cree que el arreglo funcionará. Mientras tanto, se empieza a bosquejar lo que podría ocurrir en esta casa, “nuestra casa” en Schoenstatt.
El domingo 1 de febrero, al anochecer, el Santísimo Sacramento regresó al oratorio en la Casa de la Alianza. Los miembros del Bundesheim International e.V. que estaban presentes – Pilar y Luis Jensen, el Dr. Kleinitzer, Birgitt Winter y el P. Egon M. Zillekens, junto con Alicja Kostka, Hanna Grabowska y el Sr. Butz – celebraron Misa en el oratorio de la Casa de la Alianza. El ostensorio ahora contiene la hostia que fue consagrada durante esa Misa. En el futuro, se llevará a cabo la Adoración del Santísimo con frecuencia, y se oficiará Misa esporádicamente, justo en el mismo corredor donde el P. Kentenich vivió. “Nosotros no lo organizaremos, pero esperamos iniciativas desde la vida” – comentó el P. Zillekens. Iniciativas tales como las que tomaron Alicja Kostka y Hanna Grabowska, que pueden imaginarse viviendo en la Casa de la Alianza y cuidando de la vida desde ahí.
Exhibición permanente – Proyectos de una Cultura de Alianza
Ya se está preparando una iniciativa práctica: Se planea que en los cuartos en ambos lados de la entrada principal haya una exhibición de los proyectos que se exhibieron en las cinco carpas de la Cultura de Alianza en el jubileo. Mostrará lo que cambia, lo que vive y con lo que podemos trabajar – anotó el P. Zillekens. “La gente podrá también reunirse en los salones, tener discusiones y disfrutar de una taza de café” – dijo.
Una semana cerca de donde vivió el Fundador
Podemos seguir soñando y planeando lo que podría desarrollarse para Schoenstatt en esta casa. Algunos podrían imaginársela como una especie de centro de comunicación y de servicio que cristalice el sueño de “nuestra casa en Schoenstatt” y que provea servicios como tecnología de conferencias, traducción simultánea, y un centro de medios y telefonía… “Schoenstatt no tiene todavía un pequeño bar para reunirse por la noche…” – dice una canción que se cantaba en el carnaval de Schoenstatt en Colonia, y todavía no lo tiene.
Hace años un colaborador argentino de Schoenstatt.org soñaba con pasar la noche en el cuarto del P. Kentenich. “No en el cuarto del P. Kentenich, pero pasar una semana en un cuarto cercano es casi un hecho”, comentó el P. Zillekens. Un retiro bastante diferente en un apartamento cercano al cuarto del P. Kentenich para simplemente estar cerca, para el encuentro…
Al final de la Misa la Santísima Virgen fue coronada y se le confiaron todas las intenciones sobre el futuro de la Casa de la Alianza. Se coronó una imagen sencilla de la Mater, del tamaño de una tarjeta postal, que el Sr. Arrau le dio al cuidador cuando entregó la casa en 1998. Se ha redescubierto, un poco empolvada… pero se desempolvó, al igual que la Casa de la Alianza, para dirigirse al futuro.
Y tal vez…
Quién sabe, tal vez la Divina Providencia tenga planes completamente diferentes. La marea de refugiados parece no tener fin. Las instituciones en el área de Renania-Palatinado no saben cómo mantendrán a la gente durante el invierno. Alguien pensó en conventos, lugares de peregrinación y encontró un artículo escrito en el Adviento de 2014 acerca de los refugiados de Irak, Kósovo… cristianos, musulmanes… personas ante todo. Tal vez sea un sueño. Tal vez sea imposible, porque aunque la Casa de la Alianza tiene muchas camas, no hay agua corriente. Tal vez lo imposible se vuelva posible.
“Rezo por las víctimas y recientemente animé a todos para que muestren su solidaridad, de manera que nadie quede excluido de las iniciativas de rescate necesarias”. Esas fueron las palabras del Papa Francisco el 11 de febrero ante la tragedia cerca de Lampedusa, donde murieron 300 personas. “Solidaridad para que nadie quede excluido de las iniciativas de rescate necesarias”.
Tal vez la Casa de la Alianza se convertirá en “nuestra casa en Schoenstatt” este invierno para la gente de Siria y los Balcanes.
Original: Alemán. Traducción: Eduardo Shelley, Monterrey, México
