Mkf/Cássio Leal. Un magnífico día otoñal, con un sol radiante, un alegre y despreocupado «enjambre» de niños, un encuentro abierto y sencillo de matrimonios jóvenes y adultos, de sacerdotes y Hermanas, de alemanes del norte, del sur y del oeste, de australianos, nigerianos, austriacos, brasileños, suizos y alemanes. Y en medio de esta variada muchedumbre de familias: el Santuario, que este 19 de septiembre festejó el aniversario de su inauguración. La fiesta en el Santuario de las Familias, en Schoenstatt, comenzó con una Santa Misa familiar y concluyó con la bendición final en la nueva «plaza del Santuario», cercana a la Casa de las familias, algo que quizás sea histórico.
Había familias del Sarre, pertenecientes a las comunidades de familias del Schoenstatt, que llegaban – en su mayoría – por primera vez a Schoenstatt, familias de Austria, de Nigeria, de Suiza, y la familia Webb, de Australia, con sus diez hijos de entre 1 y 17 años, se congregaron delante del Santuario de las familias. Cuando comenzó la Santa Misa ya no alcanzaron las sillas para todos. Y seguían llegando aún más familias…
Un Santuario del matrimonio, del amor, de los niños, de la fidelidad …
El P. Bernhard Schneider, asesor nacional de la Obra Familiar de Schoenstatt en Alemania, destacó en la homilía que el 19 de septiembre de 1971, apenas tres años después del fallecimiento del Padre Kentenich, se inauguró el Santuario de las Familias como centro espiritual de las comunidades familiares schoenstattianas (Instituto, Federación, Liga). Se requiere bastante tiempo para visitar todos los Santuarios que hay en el lugar de Schoenstatt, dijo el P. Schneider, cada comunidad tiene su propio Santuario con su misión específica. En la corona de Santuarios que rodea al Santuario original, el Santuario de las familias es algo especial: un lugar santo que participa, en la plenitud de gracias del 18 de octubre, en el carisma del Padre Kentenich.
Quien llega a este Santuario participa en su misión particular, su misión para la familia, para el matrimonio, para los hijos, para el amor y la fidelidad, para todo lo que hoy conmueve a la familia. Es un lugar donde encuentra hogar el amor matrimonial. Después de hacer un paréntesis para referirse a la vocación al sacerdocio o a la consagración como Hermana de María, que deben y pueden surgir en las familias, el P. Schneider señaló, mediante símbolos especiales – la red de los Santuarios del Hogar, la estatua de la Sagrada Familia – la marcada misión familiar que tiene este Santuario.
En tales días el Santuario también da la oportunidad de encontrar de nuevo lo más hondo del propio interior. El regalo que recibió este día la Obra Familiar – una copia del ícono de la Sagrada Familia de Jerusalén – habla de la concordia y de la santidad de la familia, la de la Familia de Nazaret y la de cada familia.
En el ofertorio los adultos escribieron en una esquela lo que querían regalarle a la Mater en esta fiesta, y los niños lo expresaron con un dibujo. Fueron recogidos en la tinaja y en canastos, y finalmente estos dones de las familias fueron depositados ante el altar. Al mismo tiempo hubo oportunidad de colocar en la red fijada en las paredes del Santuario de las Familias, fotos de los Santuarios del hogar. Los hijos de la familia Webb llevaron al altar el pan y el vino.
El Santuario junto a la Casa
La fiesta continuó con el almuerzo compartido en la casa de las familias. Seguidamente fue bendecida la nueva cafetería. Será un nuevo punto de encuentro para las familias y para todos los huéspedes de la casa… Los niños continuaron con juegos, magos, y un concierto compartido con Wilfried Röhrig, mientras los adultos participaban en talleres sobre temas atinentes a la familia:
- Como fortalecer a la familia desde el Santuario
- La Familia de Nazaret: ¿un cliché o una brújula?
- La historia al encuentro del futuro: en el centro está el Santuario de las familias
La intención de este último taller fue una inquietud existente ya hace años: el Santuario de las familias está en un hermoso lugar, pero lejos, demasiado alejado de la Casa de las familias. La Casa y el Santuario deben estar juntos, dijo el Padre Kentenich en Hillscheid a las familias, en octubre de 1966. Con el correr del tiempo, la idea se va haciendo cada vez más concreta: habría que trasladar el Santuario – tal como se hizo hace décadas con el Santuario en Madison, EE.UU. – a un lugar más cercano a la casa. Y por eso, al final del día se bendijo – cerca de la casa – la futura plaza para el Santuario, cuando sea trasladado.
La fiesta concluyó formando un gran círculo en este lugar, rezando y cantando. Quemaron las esquelas y dibujos que se habían depositado durante la Santa Misa y el P. Bernhard Schneider bendijo el ícono de la Sagrada Familia de Jerusalén.
En la Iglesia ortodoxa se venera desde antiguo a los íconos, quien los pinta lo hace por encargo de la Iglesia, según reglas preestablecidas. Están unidos el trabajo artístico y la oración. Para pintar un ícono destinado a otra persona, corresponde rezar por el futuro propietario y por quienes lo rodearán. También existe un rito especial para bendecirlo, con incienso, agua bendita, fórmulas de bendición, y la firma, con lo cual se entrega a la veneración. En la Iglesia oriental, los íconos se transforman en misterio de la presencia de las personas y de las realidades que allí están representadas, a través de esta solemne ceremonia.
Se formó una larga fila para recibir la bendición final, impartida por el P. Schneider, el P. Amberger y el P. Busse. Después de todo lo bello vivido en ese día, después de todas las propuestas recibidas en torno al tema del matrimonio y de la familia, era palpable que todos querían poner a su familia bajo la bendición de Dios.
Finalmente Michael Rohrbeck llevó el ícono a la Capilla de la casa, donde fue entronizado Los responsables de la Casa, Michael y Gabriele Rohrbeck, que durante todo el día trabajaron con su equipo, a la noche no tenían solamente el sentimiento de haber cumplido con su tarea, sino que se alegraron junto con todos los responsables de esta jornada por la alegría que manifestaron las familias y por el sensible incremento de la atmósfera familiar en esta fiesta en el Santuario de las familias.
En la calle que conduce al Santuario y a la Casa de las familias colgaba ese día una pancarta con la inscripción: «Schoenstatt es siempre una buena dirección para las familias».
Es exactamente lo que fue esta fiesta.
Qué inmensa gracia poder compartir esta maravillosa unión famiiar como Iglesia doméstica. Realmente el "pueblo santo" unido alrededor del Altar para celebrar lo que es el ideal divino de la familia humana. Que todo lo que se vive allá se haga realidad en todas las familias del mundo entero, por la intercesión de nuestro querido Padre Fundador y de nuestra Reina de las Familias. Felicitaciones. Unidos en la preparación para la canonización de nuestro Pdre en el 2014, Mapi. Liga Apostólica Femenina de Guayaquil.