Publicado el 2011-10-11 In Columna - P. José María García Sepúlveda

Imagen de la Nueva Evangelización

Imagen de la nueva evangelizaciónorg. Hay momentos que tal vez sólo duran un minuto o menos, y que se convierten en mensaje para años, para siglos. Durante la Vigilia de la juventud con el Santo Padre, el 24 de septiembre pasado, en Friburgo, el fotógrafo de la agencia KNA captó uno de esos momentos: La luz de Cristo, ofrecida por una Iglesia que da testimonio, representada en la Virgen Peregrina y misionera y en un joven que es izado en hombros por otros. “Imagen de la Nueva Evangelización”, lo llamó, espontáneamente, el Padre José María García, jefe del Team 2014 responsable de la preparación del jubileo 2014. Schoenstatt.org habló con el P. José María sobre esta foto vista en el contexto del 2014 y de la Nueva Evangelización.

Es una imagen llena de luz, llena de esperanza, llena de fe, llena de movimiento: brillo en los ojos, una mar de luces bajo un cielo oscuro, jóvenes con sus poleras amarillas con la palabra escrita: “misiones”, sosteniendo a uno de ellos quien, sobre los hombros de otro, levanta la imagen de la Virgen peregrina. “Este joven encarna lo que expresa la Peregrina, dice el P. José María García. “¡La Virgen peregrina misionera!”. Es la nueva evangelización encarnada… una imagen de un santuario vivo.

¿Se puede hacer una lectura de esta imagen en el contexto del trienio de preparación al jubileo del 2014?

Imagen de la nueva evangelizaciónLa imagen es como un símbolo de la Nueva Evangelización desde la experiencia de fe en Schoenstatt. Este es el contexto para el que pareciera que la Santísima Virgen, con el Jubileo 2014 y su trienio previo, prepara a su Familia. Entendemos la Nueva Evangelización, iniciativa del Santo Padre, como respuesta a los grandes desafíos y oportunidades que el tiempo actual nos plantea como Iglesia, especialmente en los antiguos países cristianos.

En este contexto, la imagen del joven misionero sobre los hombros de la Familia, con la Peregrina en alto, es como una anticipación de la Familia renovada en sus fuerzas vitales, una Familia de Schoenstatt que vive de la conciencia misionera de que la Alianza de Amor es capaz de gestar una cultura que puede responder a las necesidades y desafíos de nuestro tiempo en todos los ámbitos de la vida. Una Familia de Schoenstatt solidaria, en la que se alzan unos a otros, no tanto para mostrarse a sí mismos, sino para alzar la luz de Cristo y la imagen de María educadora, peregrina y misionera con la fuerza de un movimiento de Iglesia, joven en años – apenas 100 años – y en vitalidad. Es una Familia que forma parte de una Iglesia que con la osadía de la juventud y la confianza en Dios y en los hermanos, nos impulsa a ofrecer a los hombres y mujeres de nuestro tiempo la Esperanza de la Luz de Cristo. Es como una promesa hecha a la Iglesia y al mundo: La vieja cultura cristiana experimentará, como esperamos y pedimos para Schoenstatt en la gracia de su jubileo 2014, y con la fuerza de corazones jóvenes, arraigados en Cristo, solidarios y misioneros, cómo Jesús nos lleva a mirar al mundo con el mismo amor y esperanza con el que el Padre nos mira.

¿Está proyectando, entonces, para el Schoenstatt del post-jubileo o el Schoenstatt en su segundo siglo de existencia, un compromiso más eficiente con la “Nueva Evangelización”?

Desde su origen Schoenstatt es para la evangelización. Es el Dilexit ecclesiam de nuestro Fundador mostrado con hechos, un amor comprometido con la Iglesia y su misión. Volviendo al joven misionero que alza la Peregrina, lo veo como un ofrecimiento a la Iglesia de lo más propio de Schoenstatt, eje de todo lo que el P. Kentenich le quiso entregar: la Alianza de Amor con María en el Santuario.

Un Schoenstatt misionero que alza la Peregrina, no para que salga en TV y muchos la vean, sino para ofrecerla a los demás, en la actitud de los primeros congregantes: Caritas Christi urget nos… el amor de Cristo nos urge, el amor de Jesús a los hombres y al Padre nos urge.

Es algo propio del 31 de mayo. El Padre Kentenich, con su misión y testimonio de vida, otro signo de identidad de nuestra Familia, nos lleva a ver la hora actual: El Jubileo 2014 nos llama, más allá de nuestras particularidades y peligros de un cierto “provincialismo”, a dejarnos “educar y enviar por María en la Alianza de Amor” para ser sus instrumentos para este tiempo.

Hay un hilo conductor en lo que el Santo Padre nos dijo durante su viaje a Alemania: que la Iglesia deje de mirarse a sí misma y de ocuparse primeramente con sus propias cosas – sean de instituciones, derechos y roles internos – y salga al encuentro y al servicio de los demás cumpliendo su misión evangelizadora.

Aquí es donde se encuadra la fuerte corriente misionera que se puede percibir en nuestra juventud de Schoenstatt, y que en la juventud masculina, tanto en América como en otros lados, la define como “Generación Misionera”. Los jóvenes no quieren orientarse solo hacia sí mismos, ni gastar su fuerza joven exclusivamente en la sola búsqueda de aceptarse a sí mismos, a Dios y a su fe. Buscan un Schoenstatt que, siendo escuela de auto-realización y de amor íntimo y personal al Dios vivo, los lleve a un diálogo de Alianza con su creación, y con sus hermanos, los hombres. Quieren salir a evangelizar el mundo, y este mundo está compuesto por personas. Quieren estar ahí por y para los demás. Es a ellos y a las misiones, a la Campaña de la Virgen Peregrina, a los que debemos en Schoenstatt, en buena parte, esta corriente misionera que descubrimos – para sorpresa de muchos – en la Conferencia 2014 como corriente que anima e impulsa a nuestra Familia internacional. Podría decir que la corriente misionera es la corriente internacional de nuestra Juventud – y fiel a nuestro origen como un movimiento fundado con jóvenes, debemos leer en esto una voz de Dios, el deseo del P. Kentenich para esta hora de nuestra historia. Construyamos con María y con el Padre Fundador, juntos, un Schoenstatt más misionero.

Así podemos con el Padre Kentenich leer providencialmente y entender la profundidad del contenido y de la vitalidad del Mensaje 2014, fruto de un encuentro de Cenáculo de los dirigentes de la Familia internacional. La Virgen María nos está preparando como sus instrumentos y como Familia internacional para esta hora decisiva de la Iglesia. Para esto fuimos fundados, y así pareciera que tenemos que celebrar nuestro jubileo.

Parece que los últimos dos grandes acontecimientos eclesiales, la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid y ahora la vista del Santo Padre a Alemania, han confirmado o reforzado esta lectura del Mensaje 2014. ¿Es así?

El núcleo de la celebración del centenario de la Alianza de Amor en el año 2014 es su renovación en su fuerza plasmadora, misionera, vinculada e interconectada internacionalmente. Como fruto de esta renovación de la Alianza de Amor esperamos la renovación de toda la Familia de Schoenstatt, que nos habilita para gestar una cultura de Alianza. “Percibimos que la Alianza de Amor es capaz de gestar una cultura que puede responder a las necesidades del tiempo en todos los ámbitos de la vida”, dice el Mensaje 2014. Esto lo percibimos cada vez más fuerte. Las vivencias concretas de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid y de la visita del Papa en Alemania nos confirman en este camino. La gente, tanto jóvenes como mayores, busca una Iglesia, una comunidad de fe que muestre con hechos cómo el sello del Evangelio impregna su mundo, su cultura.

Nuestro trienio de preparación – animado por reales corrientes de vida de nuestra Familia de Schoenstatt internacional – tiene una proyección que va más allá de un simple aporte para tomar conciencia de nuestra fe hoy. En estas corrientes vivimos y nos encontramos y nos fortalecemos: la vinculación al Padre Kentenich y a su carisma, la vinculación a nuestros lugares de encuentro con Dios, con la Virgen María y como Familia, nuestros Santuarios en toda su red, la corriente misionera en actitud y concretizada en una pasión por el apostolado y una creatividad admirable en la gestión de proyectos concretos, y con contenido de Alianza de Amor en todas sus dimensiones del intercambio respetuoso de dones, de tareas, de impotencias, de intereses. Recuerdo en este contexto la vivencia de la Conferencia 2014, cuando recogimos juntos los frutos de la Alianza de Amor de estos primeros 100 años y entrevimos lo que aún nos queda por cumplir. Lo hicimos en la actitud mariana, la actitud del Magnificat: Ha hecho en mí y por mí cosas grandes el Todopoderoso…. Fue ese un momento que despertó el anhelo de salir y llevar la Alianza de Amor hasta los confines del mundo, llevar “el torrente de gracias de la Alianza a diversos campos de nuestra estrategia apostólica”, como dice el Mensaje 2014. Es así como se pueden entender los símbolos de nuestra celebración jubilar: el Símbolo del Padre, el Santuario, la cruz misionera de la Unidad, la imagen de la Virgen Peregrina.

¿Qué puede ganar la Iglesia en su situación actual con nuestro jubileo?

La cultura de la Alianza, no como concepto teórico o un “nos queremos todos y nunca hay discordia entre nosotros”, sino como un estilo de vida, de encuentro y de trabajo – la vinculación “en alianza, en amor” a Dios, a las personas, a la naturaleza y a la cultura en general, a la Iglesia y al mundo, basado en la Alianza de Amor y creando alianzas. “Cultura de Alianza” es el ofrecimiento que desde el Santuario hacemos a la Iglesia y al mundo político, económico, pedagógico, comunicacional, social, cultural; un ofrecimiento que se muestra en proyectos concretos al servicio de los hombres. Me impresiona, por ejemplo, que jóvenes brasileños organizaran un primer congreso de comunicadores de Schoenstatt, y no con la intención de cómo aprender a presentar Schoenstatt en los medios, sino para aprender cómo, desde sus profesiones de periodistas, servir aún mejor a la Iglesia en el espíritu y en la pedagogía de la Alianza.

Cultura de Alianza, sin embargo, abraza todo lo que hacemos en los campos estratégicos del apostolado que definimos en la Conferencia 2014, pero no termina ahí. Cultura de Alianza, por ejemplo, es una cultura de diálogo, de encuentro e intercambio respetuoso – tema tan importante y difícil para la sociedad y la Iglesia actual, pensando ya sólo en el encuentro intercultural.

El Santuario original en la red de santuarios es símbolo preclaro para la cultura del encuentro y del intercambio, de intervinculación basada en la Alianza. No es que – como en un concepto centralista o jerárquico – toda la vida, todas las inspiraciones, ideas y proyectos surjan sólo del Santuario original para que los demás sean simples receptores; ni es, tampoco, que todo viene desde la red de santuarios como un tipo de invasión. No, lo que el Padre Kentenich llama “corriente de retorno” en verdad es un circuito de alianza, donde todos dan lo mejor de sí mismos y todos reciben con apertura e interés. Vivir y actuar en alianza nunca se trata de una calle de dirección única – ya desde el principio de Schoenstatt, el Padre Kentenich luchó por un diálogo sincero entre los suyos. No es por casualidad que la revista MTA, el primer medio de comunicación de Schoenstatt, tuviera como título y programa: inspiraciones mutuas. Aunque el Padre Kentenich habló sobre la corriente de retorno en el Santuario de Bellavista, Chile, ya empezó en las trincheras de la primera Guerra Mundial. El camino al Jubileo del 2014 es así un don que se hace tarea.

Hablando de tareas: ¿qué tareas tenemos pendientes para hacer que lo que esta imagen representa – la Virgen Peregrina misionera en los hombros de una Familia misionera – sea un aporte a la Nueva Evangelización?

Nadie regala lo que no posee. Nuestra tarea es y será poner todo de nuestra parte para ser una Familia, donde el Cántico del Terruño, la “utopía schoenstattiana”, se vaya haciendo realidad, que por experimentable sea creíble… donde el Padre Kentenich pueda ser reconocido no sólo en sus pensamientos y reflexiones pedagógicas, sino en su realización pedagógica. Donde hay, tal y como en el Cántico se expresa, libertad, generosidad, magnanimidad para salir al encuentro del otro, por el otro y con el otro. En hechos, en “proyectos”, en una cultura de Alianza visible, tangible, concreta y fortaleciendo lo que desde el principio de Schoenstatt fue consigna y criterio: pasión por el apostolado, el fuego de la misión, la ambición de salir al encuentro y al servicio de los demás y la locura de querer llevar a la Mater hasta los confines del mundo, adonde ella quiera llegar para entregar a su Hijo.

Imagen de la nueva evangelización

Las fotos son de la agencia de fotos KNA-Bild, para el uso exclusivo en schoenstatt.org

2 Responses

  1. diana dice:

    Sí la Campana de la Virgen Peregrina es la respuesta a nuestra Misión Continental; es el 31 de Mayo " vivido". Como dijera nuestro P.Uriburu: " cumple el Circuito mariano", lo que el P.García habla de la corriente de retorno. El P. Kentenich hace ya muchos tiempo dijo " Esta es la Pastoral que estamos necesitando", refiriéndose al trabajo del Padre de la Campana: Joao Luiz Pozzobon, es una don y una tarea el que lo vayamos descubriendo en este Jubileo.
    Diana Zunini /Sant. Madre y Reina del Pueblo
    Paso Mayor/Argentina

  2. sara ycaza- dice:

    Es una alegria ver en todas las actividades de nuestra Igleisa Catolica que se levanta a La Mater Peregrina, La Madre Reina y
    Victoriosa Tres veces Admirable, haciendonos vibrar de emocion al verla siendo saludada y saludando al mundo;, como diciendo"Ella la gran misionera, Ella obrara miloagros, que al abrir puertas abre corazones" y transforma las familias . Felicitamos a Paraguay y la Rama de Matrimonios que van con la Mater Peregrina a evangelizar preparandose para el 2014.

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