Publicado el 2010-02-23 In Columna - P. José María García Sepúlveda

Una renovación de la Familia de Schoenstatt, desde su Alianza, en su servicio a la Iglesia y al mundo

hacia el 2014Francisco Grondona/Diego Asili/mkf. En la entrevista con el Padre José María García realizada la semana pasada en la Oficina de prensa, con motivo del aniversario de la {cms_selflink page=»resumen» text=»Conferencia 2014,»} el intercambio gira en torno de la tarea de la Comisión 2014 recientemente designada, la importancia de la vida que surge en las familias nacionales, y cómo todo Schoenstatt se dispone a preparar la casa para celebrar juntos un cumpleaños en familia.
Publicamos esta entrevista en tres partes, con esta segunda entrega; la primera se publicó el 21 de febrero, y en los próximos días estará disponible ya la restante. También se puede escuchar toda la entrevista o bajarla como mp3.


D: Usted nombró mucho a la comisión 2014, de la cual usted es parte y dirigente, junto a la Hermana Luciane. ¿Qué significa para usted ser miembro de esta comisión tan importante?

El P. José María García en Jaraguá, con Cássio y Adriano de la JM de  BrasilP. José María: Sin duda que es un honor, es un regalo, de parte de la Familia de Schoenstatt Internacional, en el sentido de que hay una confianza puesta en los que formamos esta comisión, que podemos realizar este servicio a la Familia de Schoenstatt Internacional. El equipo 2014 es una instancia de trabajo y por lo tanto es una instancia de servicio. Un servicio a la Familia, y con la Familia, a todo el mundo espiritual de la Familia, y desde la Familia, a la Iglesia. Es decir, en ese sentido hay una actitud de agradecimiento por la confianza puesta en nosotros, que es muy grande. Y por otra parte es un desafío, siendo consciente de las dificultades que un proyecto así implica para que realmente crezcamos mucho en la confianza, en la presencia y en la acción de la Mater, para que Ella sea la que nos dé los medios convenientes para que podamos seguir y realizar este proyecto.

Y, personalmente, es un desafío para vivir con radicalidad la Alianza de Amor. Porque si los que estamos en el equipo, y todos los que van a participar, no vivimos aquello que vamos a celebrar, lógicamente no va a salir. Es decir, puede salir un buen servicio técnico, pero no con el espíritu conveniente que debe marcar esta celebración. De alguna manera, vivir de forma preclara qué es lo que vamos a celebrar. El equipo tiene la gracia de celebrar el Jubileo desde su trabajo.

D: Siendo una celebración tan grande, en la que se esperan 25.000 personas, ¿de qué forma la Familia puede ayudar a la comisión en la organización? Ya sea voluntariados o de otras formas.

EntrevistaP. José María: Primero que nada, la Familia tiene que cultivar su propia vida, a nivel local. Porque lo que vamos a celebrar justamente es eso. Vamos a canalizar y vamos a expresar lo que las Familias locales estén gestando. Y de esa vida es que nosotros vamos a poder organizar aquí algo. Si esa vida no está, podemos organizar un lindo evento, pero no un Jubileo, en el sentido de una gracia que Dios nos está ofreciendo. ¿De qué manera la Familia de Schoenstatt puede ayudar? Celebrando su Jubileo. Justamente como un momento de renovación de su vida.

Un ejemplo: cuando vamos a celebrar un cumpleaños, ¿qué es lo que hace uno? Como la familia se va a juntar, pone en orden la casa, saca lo mejor que tiene, es decir, se renueva para celebrar. Porque no solamente es conmemorar, tomar conciencia de que es un año más, y ver las consecuencias de que hay más arrugas, de que el niño creció, etc., sino que lo importante es ver que sea una auténtica renovación, y eso es lo que esperamos de las Familias locales en primer lugar. Una gran renovación jubilar, que es lo que el Padre siempre decía: cada momento de Jubileo son momentos de renovar a las Familias, de hacerlas de nuevo, desde sus propias fuentes.

Y a partir de ahí van a surgir esas iniciativas que van a posibilitar que nosotros podamos trabajar, es decir, va a venir gente, con el espíritu correcto – estamos seguros – a través de voluntariados y va a venir gente que va a moverse para que consigamos los medios financieros y los medios tecnológicos que necesita una celebración de este tipo. Y también nos va a desafiar tener un horizonte amplio porque la Familia va a querer celebrar de acuerdo a lo que sea «su amor hacia Schoenstatt», es decir, en grande o en pequeño, con audacia o con menos audacia.

Después, la parte de medios. Qué gente viene a ayudar, qué gente viene a aportar, depende de los medios reales que tenga independientemente cada Familia local. Pero lo que es fundamental es que esos medios, sean humanos o financieros, tengan el espíritu correspondiente.

D: ¿Y es importante para ir preparando este espíritu la visita del Símbolo del Padre por todos los países?

P. José María: Sin duda, yo creo que eso es un regalo de la providencia a partir de la jornada de planificación. La visita del Símbolo del Padre, lo que buscaba en su comienzo, es justamente la renovación en la Alianza de esa Familia que lo recibe. No solamente conmemorar que recibimos el Símbolo del Padre, un regalo del Padre que nos recuerda la paternidad de Dios, despertar afectos frente al Padre o despertar afectos como Familia del Padre, sino pasar de lo afectivo a una renovación efectiva en aquellos puntos en los que esa Familia del Padre tiene que renovarse. Poner un poco de orden, hacer claridad, donde hay heridas subsanarlas, que son cosas normales en toda Familia. La visita del Padre nos ayuda en esa renovación que nos prepara para el Jubileo. Y con el Jubileo, la vida nueva que nos va a ir llevando a la Familia de Schoenstatt. Por eso la visita del Símbolo del Padre no puede quedarse solamente en un momento emotivo o piadoso de Schoenstatt. Que son importantes también, porque si no, habría partes importantes de la Familia que no se expresarían. Pero también una toma conciente, clara, audaz, valiente de una Familia que con el Padre es capaz de mirar a futuro, pero desde su verdad, la verdad en la que está. El Padre nos renueva en la verdad y el amor, por eso la visita del Símbolo del Padre tiene que ser, como se vio en la jornada de planificación 2014 por la misma experiencia que ahí se tuvo, un momento muy del Espíritu Santo, un momento de Cenáculo. Es decir, la Familia que lo recibe entra en un ambiente de Cenáculo, de oración, de portación del Espíritu, de poner a la Alianza, y por tanto a la Mater y al Señor, en el centro. De poner al Padre en el centro, y desde ellos renovarnos en ese encuentro para prepararnos hacia el Jubileo 2014.

F: ¿Qué queda de cara a después del 2014? Uno tiene como un mediano – largo plazo el 2014, pero después de eso, ¿qué hay?

P. José María: Eso espero que el Espíritu Santo nos lo diga. Nosotros lo que vamos a organizar justamente es, como les decía al comienzo, un espacio celebrativo con un gesto celebrativo que va a ser la peregrinación. El gesto, que es religioso y social también, es ponernos en marcha hacia la fuente original y hacia la Iglesia en Roma para renovarnos en la Alianza con un compromiso concreto. Lo que viene después es justamente lo que nosotros, como Familia, hayamos conseguido que el Espíritu Santo haya hecho en nosotros. Cómo va a ser esta Familia renovada y renovadora queda abierto al Espíritu Santo, al anhelo y a las expectativas, a la generosidad y a la creatividad de los schoenstattianos. La Juventud Masculina lo expresó de una manera muy bonita en Latinoamérica en el último encuentro cuando dijeron: «La cultura de la Alianza quiere cambiar la geografía del entorno donde nosotros estamos, no por imponernos sino por el ofrecimiento que hacemos de un instrumento como es la Alianza de Amor, que lleva a mejorar, a renovar ese entorno».

F: ¿El trabajo con las juventudes se está dando con la jornada de jefes de Latinoamérica, es pionera de estos proyectos de corrientes de vida?

P. José María: Ya se ha realizado 4 veces, ha habido 4 encuentros ya. Esto es una iniciativa que está en América Latina, que empezó en América Latina, de juntarse los jóvenes, los jefes de las juventudes, masculinas en primer lugar, con sus asesores, con la pregunta: ¿Cómo nos preparamos al 2014? Y haciendo un ejercicio también muy providencialista: ¿Dónde está la juventud? ¿Cuáles son los signos de vida más fuertes? ¿Qué es lo nos motiva más? Para vivir nuestra Alianza, nuestra vocación, nuestra misión como Juventud Masculina a nivel latinoamericano: ¿Cómo se expresa esto en proyectos concretos? – porque es donde realmente se ve el producto que nace de esa vida de Alianza que parte de las distintas ramas – ¿Qué es lo que ofrece la juventud a nivel latinoamericano? Es como cultivar, la Juventud Masculina a nivel latinoamericano, esta conciencia jubilar para prepararse hacia el 2014 y ahí el acento fuerte ha estado en lo misionero. Por eso es que ellos se definieron en el segundo encuentro que tuvieron como «La generación misionera 2014».

El próximo encuentro será en Tuparendá entre jefes y dirigentes, y la idea de ellos, el proyecto de ellos es que para el 2014 haya un gran evento misionero que sea el regalo de la Juventud Latinoamericana al Jubileo. Este proyecto se localizaría en la ciudad de Buenos Aires. La idea es que sea una especie de «Expo-misionera», donde todos los grandes proyectos o pequeños proyectos que se han dado en América Latina o en otras partes puedan expresarse, pueda haber un gran intercambio, una reflexión sobre todo el tema «Misiones», no solamente a nivel juventud sino también en otros ámbitos de la Familia, y que esta celebración, diríamos del congreso, tenga en sí misma, como una parte importante, unas misiones en la ciudad de Buenos Aires.

F: ¿Y en otras ramas hay algún tipo de trabajo similar?

P. José María: Yo no tengo mucho conocimiento de esto. Sé que hay iniciativas, sé que hay inquietud, pero en muchos lugares se está a la espera de que surjan iniciativas a nivel nacional o a nivel internacional para ver en qué medida pueden incorporarse. Esto no va en contradicción con lo que decía antes de que de nosotros queremos que surja la vida. Estamos a la expectativa, mejor dicho, de la vida que surge de los países, pero hay países que son más fuertes, hay países que son más chicos o menos fuertes a nivel de Familia de Schoenstatt y lo importante es que se arme una red de tal manera que unos con otros, grandes y chicos, de alguna forma se ayuden solidariamente para sacar adelante estos proyectos celebrativos. Pero el desafío de nuestra parte, lo que esperamos, es la iniciativa propia de las ramas o de las Familias nacionales para esta celebración jubilar.

Hay proyectos que son muy hermosos y sugerentes, por ejemplo lo que ha hecho la Familia de Schoenstatt de Argentina en el contexto de la celebración del Bicentenario, el gran pacto por la Patria, que siendo una iniciativa y un proyecto de los schoenstattianos ha trascendido y formula de una manera más abierta lo que nosotros llamamos «cultura de la Alianza». En el fondo, es, a través de un pacto entre los argentinos, en Alianza unos con otros, luchan y se esfuerzan por un fruto de Alianza como es un país renovado, un país justo, un país más honesto, que es lo que ellos quieren, pero parten de la dinámica de la Alianza. El «con el otro y en el otro luchamos por un fin común».

Por nombrarte dos cosas, tanto lo de la Juventud Masculina a nivel latinoamericano como esto. Hay otros proyectos que se pueden ver también dentro de este contexto y yo creo que en el momento que se planteen en el contexto del Jubileo pueden enriquecerse mucho. Lo veo por ejemplo aquí en Alemania con el «Zukunftsforum», que es el «Foro del futuro», donde la Familia de Schoenstatt se plantea cómo va a ser el futuro de la Familia. Sin duda que el 2014 es un elemento importante en esa reflexión. Entonces, en qué medida ellos van a verse dentro de este proyecto jubilar cuando se están planteando la pregunta del futuro, va a ser un elemento muy importante para la celebración del 2014 porque la vida que surja en la Familia de Schoenstatt de Alemania es muy importante para el Schoenstatt Internacional. También proyectos como un taller que se está planteando a nivel latinoamericano para líderes latinoamericanos en distintas áreas laicales y de un nuevo orden social. Son proyectos que están surgiendo en el contexto del 2014 y que responden a lo mismo: es una renovación de la Familia de Schoenstatt, desde su Alianza, en su servicio a la Iglesia y al mundo, que es como el gran ducto que se expresa en el mensaje del Jubileo.

Como todo mensaje tiene dos dimensiones, un mensaje hacia adentro y un mensaje hacia fuera. El mensaje hacia adentro es la renovación de nuestra Alianza, nos renovamos en nuestra fe básica, es como la fuente que nos alimenta, nos nutre y nos da identidad. El mensaje hacia fuera es justamente que esta Familia de Schoenstatt se renueva en su compromiso con la sociedad y con la Iglesia entregándole lo más propio que tiene que es su espiritualidad de Alianza, pero una espiritualidad de Alianza efectiva y eficiente, y por eso en proyectos concretos, no solamente explicar la teoría de la Alianza sino mostrar que la Alianza es realmente un instrumento de renovación espiritual y moral de la sociedad y de la Iglesia. Que en el fondo es lo que definió el Padre sobre el Movimiento, como un Movimiento de renovación religioso y moral de la sociedad espiritual dentro de la Iglesia. En ese sentido nuestro mensaje es coherente con lo que nosotros somos pero asumiendo los desafíos del tiempo en el cual nosotros estamos insertos.

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