Publicado el 2013-06-26 In Comunicación

El santo de la Nueva Evangelización

org. Con la Conferencia 2014, los schoenstattianos de este tiempo histórico fueron invitados y llamados a ser la generación 2014 como peregrinos hacia el jubileo, como misioneros de la Alianza de Amor, como profetas del carisma renovador del Padre Kentenich, como protagonistas del paso por el umbral de un nuevo siglo de Schoenstatt marcado por la fuerza plasmadora de la Alianza de Amor, capaz de transformar a todo el mundo en una carpa de la cultura de alianza. Es en este «Adviento misionero» que las miradas de muchos en esta peregrinación misionera se dirigen a un hombre sencillo y humilde, a quien más y más personas llaman el santo de la Nueva Evangelización: Joao Luis Pozzobon, cuyo fallecimiento se recuerda este 27 de junio.

Lo que será 2014, depende de la gracia 2014 que viene de la mano de la Madre tres veces Admirable y de los agentes de la renovación que son los mismos peregrinos misioneros.

Si el 2014 realmente es de Dios, basta una sola persona – o bien, una sola persona con unos aliados – para crear una cultura de alianza, para cambiar la mentalidad de Schoenstatt (aún más) hacia lo misionero, lo intercultural, lo vital…

Ya se vivió una vez en la vida y misión de Joao Luis Pozzobon.

“Si algo es de Dios, basta un solo hombre para cambiar el mundo”.

Él cambió Schoenstatt para siempre, regalando en la Campaña de la Virgen Peregrina su rostro misionero, y él cambió el mundo llenándolo de miles de misioneros capaces y dispuestos de llevar las gracias del Santuario de Schoenstatt hasta los confines del mundo, para que Cristo nazca de nuevo…

Pensando en Don Joao como santo de la nueva evangelización, se podría escribir todo un libro… Sin pretensión de algo completo, van solo unos momentos:

“Ha mirado la humillación de su esclava”

Sencillez, humildad, servicio desinteresado: Esto es el espíritu que animó al “pobre peregrino y diácono” João Pozzobon, quien se consideró y aspiró a ser un “siervo”, “instrumento” y “burrito” de la Madre y Reina… Es el mismo espíritu que debe reinar en la Campaña y en los agentes de la nueva evangelización en este Adviento misionero. Joao Pozzobon tuvo que dejar el colegio después de pocos años para trabajar en el campo. Fue un trabajador humilde, un laico sencillo, que en su momento supo captar el llamado de Dios y nunca más dejó de cumplir la misión asumida… sin nunca caer en la tentación de poder o de miedo. La sencillez y simplicidad de la Nueva Evangelización puede ser crucial en momentos de hartazgo con doctrinas complicadas, la actitud de servicio de sus agentes en momentos de hartazgo de corrupción y luchas por el poder. El santo de la nueva evangelización creó algo tan simple como eficiente. Siendo simple, la Campaña está al alcance de todos. Tiene como soporte una espiritualidad sólida y una pedagogía eficiente, que lleva a concretar la gran proclama de la Nueva Evangelización.

“Hay que seguir”

“Cuando vi que la visitas de la Peregrina a las familias daban tanto fruto, no se pudo dejar”… Un comentario de Don Joao, relatado muchas veces por el Hno. Germano Arendes, compañero y aliado del “pobre peregrino”. Las visitas con las imágenes de la Madre tres veces admirable fueron pensadas como un tipo de novena de preparación al 1 de noviembre del 1950, día de la proclamación de María Asunta al Cielo. ¿Cuántas otras cosas interesantes podría haber hecho Joao Luis Pozzobon desde el 2 de noviembre? ¿Qué sería de Schoenstatt y de la Iglesia si hubiera dejado como realizada la meta alcanzada? Gracias a la fidelidad a la obra comenzada, nutrida de la observación de la vida real nacida de este misionero y peregrino, es que hoy tenemos la Campaña… y que la corriente misionera se ha hecho una corriente tan fuerte y tan dinámica en Schoenstatt que ahora, camino al 2014, está a punto de inundar toda la Obra…y más allá.

Pasar por el rechazo

Es lo que le pasó a Jesús con la dirigencia del pueblo de Israel, lo que le pasó a los profetas en cada momento de la historia, lo que le pasó a los Movimientos y sus fundadores: el rechazo por los que quisieron enriquecer… despertar… mover…motivar. Le pasó a Don Joao con representantes de la Iglesia que intentaron motivarlo a cambiar la imagen, que lo acusaron por ser de Schoenstatt en tiempos del exilio del Padre Kentenich…Le pasó – y esto le dolió aún más – con representantes de Schoenstatt que lo acusaron de hacer algo no schoenstattiano, de no moverse dentro de las líneas preestablecidas. Joao Pozzobon molestó, sin lugar a dudas. Fue excluido de la participación en jornadas, negado, aislado. Su Campaña y los cientos de misioneros molestaron. Tuvieron que sellar la Alianza de Amor fuera del Santuario, porque nadie fue preparado para el “asalto” de los lugares santos por cientos de peregrinos entusiastas que iban a ensuciar las alfombras y sacar al Movimiento de las catacumbas… Esto molesta. Esto desafía al que se siente llamado. Don Joao lo pasó llorando, como testimonia, pero sin nunca dejar su amor a la Iglesia y a Schoenstatt. Permaneció fiel a un Schoenstatt que lo rechazó y que hoy busca su canonización y sabe lo que le debe.

“Sin la Campaña, Schoenstatt habría permanecido como el cristianismo sin San Pablo”, dijo el P. Guillermo Carmona: “una realidad pueblerina, sin horizonte, sin tierra a conquistar… La Campaña ha logrado movilizar las fuerzas que estaban adormiladas. Donde un misionero mira, ve una oportunidad apostólica”.

La Campaña regala un nuevo ardor al misionero y a Schoenstatt como tal. No es un mero método pastoral, sino una «mística». Se despierta una conciencia apostólica fuerte, un «entusiasmo incontenible» y un compromiso que hace creíble el testimonio. El principio kentenijiano: «la vida se enciende en la vida» lleva al misionero a retroalimentarse con su trabajo apostólico.

En la Campaña del Rosario de la Virgen Peregrina de Schoenstatt «todas las fuerzas fundamentales de Schoenstatt se tornan eficaces», dice el Padre Kentenich en 1968.

Al servicio de la Nueva Evangelización

Una de las primeras Auxiliares en el año 1986 fue coronada Reina de la Nueva Evangelización de América Latina y del mundo. Hace pocas semanas, la Campaña joven de Europa coronó a su Auxiliar bajo el titulo de la Reina de la Nueva Evangelización de Europa. Lo que Joao Pozzobon comenzó, no es algo solamente devocional, ni algo solamente estratégico o pastoral, sino una irrupción de gracias y de vida al servicio de la nueva evangelización y transformación de las familias. Es una misión inserta en la Iglesia, un camino moderno de pastoral, que tiene como fin específico la evangelización de las familias. Se trata de un apostolado que va al encuentro de todos, promoviendo los valores cristianos. Se trata de una concreción y popularización del misterio de Schoenstatt: por la Campaña, la Madre y Reina tres veces Admirable quiere salir desde el Santuario como la “Gran Misionera”, como “aquella que obrará milagros”, para llevar a incontables hombres y mujeres a la Alianza de Amor y por ella a Cristo y a la plenitud del Evangelio. La Campaña quiere ser un instrumento de María en su misión evangelizadora para que Ella – la gran pedagoga de la fe – eduque a los pueblos y los conduzca por Cristo en la fuerza del Espíritu Santo al Padre (Documento Santa María 89).

No es solo la Campaña, con sus muchas modalidades, fruto de la entrega misionera de Joao Pozzobon al servicio de la Nueva Evangelización.

Las misiones de la Juventud de Schoenstatt, de los Universitarios y las Misiones Familiares, otra gran fuerza evangelizadora de Schoenstatt, están inseparablemente unidas a la imagen de la Virgen Peregrina como su bandera.

Asimismo, el Rosario de Hombres en Brasil, que reúne cientos de miles de hombres en todo el país en oración y servicio a los demás, está vinculado fuertemente a la persona de Joao Luis Pozzobon.

La Vila Nobre de la caridad, este lugar de ayuda a los pobres que Joao Pozzobon ha fundado motivado por la Alianza de Amor en su “cara solidaria”, se puede ver con toda razón como precursor de cientos de proyectos apostólicos…

Un adviento misionero

Joao Luiz Pozzobon entregó su vida en vísperas del centenario del Padre Kentenich. Como “santo de la nueva evangelización” se vuelve en icono del Adviento misionero hacia el jubileo del 2014, para mostrar cómo comprometernos para que el 2014 sea una renovación de la alianza que nos lleve a un nuevo Schoenstatt al servicio de la Iglesia y al hombre de nuestro tiempo… Un Adviento misionero en el cual cada misionero abra los caminos para la Gran Misionera, la Reina de la Nueva Evangelización.

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