Mons. Francisco Pistilli, obispo de Encarnación •
Medita esta oración y reza un Padrenuestro y un Avemaría por los enfermos y sus familias y por el personal de salud y sus familias. —
Padre nuestro, que estás en los corazones de tus hijos, bendito tu nombre y bendita tu ternura infinita.
Ven con tu Reino de paz y de vida, y abraza a tus pequeños y necesitados en tu misericordia.
Haznos humildes para amar tu voluntad y vivir conforme a tus deseos, en nuestro diario peregrinar en esta tierra hacia el Cielo infinito.
Da a tus familias el pan cotidiano y el pan eterno que trae salud y fuerza, vigor en la adversidad y dulzura en el diario convivir.
Perdona nuestra débil naturaleza, que se quiebra ante el dolor y toda mezquindad que nos aparta del verdadero amor de los amigos de tu Hijo y recibe con bondad cada palabra de perdón sincero que brota de nuestros labios para reconciliar y sanar nuestra vida de hermanos.
No dejes que la fatiga, la soledad o el desaliento debiliten nuestra fe y nuestra esperanza, confundan el sentido de la caridad sincera o que nos seduzca el mundo con falsas promesas.
Líbranos del mal, de la enfermedad, del pecado y de la muerte eterna, abrazados a la Cruz de Cristo y cargando la propia y la de otros, unidos como uno solo por el Espíritu Santo, que nos llena de luz y de bienaventuranza sin fin, en las alegrías y en las penas. Amén.
