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Publicado el 2018-12-31 In Temas - Opiniones

Un Año Nuevo

Mons. Francisco Javier Pistilli Scorzara, P.Sch., Obispo de Encarnación, Misa de Fin de Año 2018 •

En la vida, el comienzo y el final son realidades únicas. Sólo hay un inicio y solamente puede haber un final en una obra. Pero la dinámica de empezar y terminar acompaña toda nuestra vida. Un día, una noche, una jornada laboral, una siembra, una cosecha, un curso, un proyecto, un compromiso. Así mismo una etapa de la vida, un camino, una oración, una canción, una promesa, un enojo, una enfermedad, un encuentro, una fiesta, una despedida. Igualmente una lágrima, una carcajada, un beso, un abrazo, un romance, una enemistad. Cada día es un nuevo comienzo y al mismo tiempo un nuevo final. Saber dar inicio al bien y saber poner un final al mal son tareas que nos corresponden, en el marco temporal de toda vida, de toda relación, de toda acción. —

Saber transformar un mal inicio en un buen final es una obra maestra, que requiere gracia y compromiso.
El cómo y el qué de lo que iniciamos o finalizamos están relacionados, donde el orden jerárquico da prioridad al qué, subordinando el cómo. Iniciar una reconciliación, requiere de medios aptos para impulsarla. Finalizar un conflicto, requiere así mismo de medios aptos para hacerlo realidad. La desidia de no saber emprender o de no saber acabar puede ser sorprendida por el imprevisto, la frustración, el desconcierto, la confusión, la fatalidad, la esterilidad, el desborde y el sin sentido.

Un buen inicio y una buena conclusión hacen parte del anhelo cotidiano. Los buenos días con los que nos saludamos y las buenas noches con las que nos despedimos enmarcan la bendición cotidiana de toda jornada. Así bendecimos la vida que inicia en el nacimiento y bendecimos la vida que ya descansa eternamente. Bendecimos la gracia que nos hace hijos y bendecimos la gracia que nos conduce a la vida eterna.

Termina un año y comienza uno nuevo, aunque lo viejo del que termina siga en el nuevo que despunta y lo nuevo del principio sólo sea continuidad de lo anterior, pues las cosas dejadas a sí mismas, normalmente no cambian por sí solas. Saber transformar un mal inicio en un buen final es una obra maestra, que requiere gracia y compromiso. Saber revertir un mal final en un nuevo comienzo demanda madurez, aplomo y sabiduría. Terminar lo que iniciaste y dar principio a lo que sin tí no será posible, exigen decisión, responsabilidad y perseverancia. Despedirse de lo malo del pasado no ocurre por el cambio de página del calendario. Los augurios de bienestar del futuro no se inician por el solo sonido de la última campanada de medianoche.

Pero lo que Dios comienza por la gracia, no concluye sin nuestra cooperación. Pues la paz de Cristo, debe hacer aún frente a las guerras entre hermanos, el amor de Cristo debe aún derrotar los odios entre nosotros, la libertad de los hijos de Dios debe erradicar las esclavitudes en el pecado, en cada uno.
La Navidad cristiana enmarca el final del año viejo y el inicio del año nuevo. Hace 2000 años que venimos celebrando el comienzo de la nueva creación, en la gracia y en la misericordia del Redentor, anhelando y sosteniendo la esperanza de su manifestación plena. Cristo puso fin al destierro, al pecado y a la muerte. Cristo trajo la paz, la reconciliación y la vida. En Cristo se libró la batalla decisiva contra el mal y venció el bien. Cristo personifica el final de un mal comienzo y el inicio de un buen final.

Pero lo que Dios comienza por la gracia, no concluye sin nuestra cooperación. Pues la paz de Cristo, debe hacer aún frente a las guerras entre hermanos, el amor de Cristo debe aún derrotar los odios entre nosotros, la libertad de los hijos de Dios debe erradicar las esclavitudes en el pecado, en cada uno. Por el bautismo somos hijos, libres y santos, unidos en fraternidad y arraigados en la eternidad. Pero será nuestra vida, la manera como la conducimos en relación con Cristo y con los demás, la que definirá el desenlace final.

 ¿Eres cristiano? Termina una guerra, consolida una paz. Dale fin a una injusticia y restablece la relación justa. Pónle término a la división entre hermanos y afirma la unidad sin discriminaciones. Deja atrás la mentira y vive en la verdad. Retírate del camino egoísta e individualista y regresa al camino del compartir y crecer en comunidad. Concluye el camino del perdón que ya iniciaste y edifica la reconciliación. Da vuelta la página de la amargura del fracaso y comienza el nuevo capítulo de la esperanza y de la alegría de amar.

¿Eres cristiano? Abandona el brindis de la fatalidad y del destino, siéntate a la mesa del ágape fraterno y de la vida plena de los que viven por amor, dando su vida cada minuto, cada hora, cada día, semana, y año unidos a Jesús, consagrados a su paz y a su justicia, para construir su Reino, el que no tiene fin.

¿Eres cristiano? Asume tu rol para que termine el mal y resplandezca el bien. Despide al hombre viejo y da su lugar al hombre nuevo, en Cristo, en todo lo que inicies y concluyas, en todo lo que termines para volver a empezar.

En la víspera de la solemnidad de Santa María Madre de Dios, nos acogemos a Ella, que con un Sí dio paso al final de la oscuridad, para dar a luz al Mesías de la Paz, para desear felicidad, justicia y paz. ¿Feliz año nuevo? Felices, pues vamos con aquella, que decidió bien y concluyó mejor, pues con Ella recibimos una vez más a Jesús en el año que comienza, pidiendo su bendición y asumiendo el compromiso de hacer vida, lo que nos concede.

Brindo contigo, para que la bendición y la protección de Dios, nuestro Padre, que nos arranca de la antigua maldición y nos libera del mal en su Hijo Jesús; para que el rostro iluminado de Dios sobre nosotros y su favor hacia nuestras vidas, revelado, conocido y experimentado en Cristo; para que su mirada dirigida hacia nosotros y la paz que nos concede en su Espíritu Santo, te comprometan en un buen final y en un mejor inicio.

Seguros de que Dios no descansará, hasta concluir lo que ha iniciado en nosotros te deseo un feliz y bendecido 2019.

+ Francisco Javier Pistilli Scorzara, P.Sch.

Obispo

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