Publicado el 2015-10-18 In Temas - Opiniones

Una Época Sedienta de Padres

Por Matías Rodríguez/Universitarios de Campanario – via www.jmschoenstatt.cl

En el siglo pasado, el Padre Kentenich planteaba que se vivía en una época sin padres. Las diversas crisis por las que estamos atravesando hoy tienen una gran relación con esta falta de paternidad. El liderazgo, el acogimiento, la responsabilidad por los suyos, y una educación en la libertad y en el amor son características de un padre que ya no se ven a simple vista en nuestras  familias, instituciones y autoridades.

Ahora podemos ir más allá de lo expresado por el Padre José Kentenich y decir que estamos en una época sedienta de padres. Necesitamos padres en nuestras familias que puedan enfrentar sanamente las tensiones de un mundo que pide más y más. Necesitamos padres para aconsejar a aquellos amigos y hermanos dolidos o necesitados. Necesitamos padres en nuestra política que sepan guiar a nuestro país, que puedan tomar las riendas de las instituciones y que con su liderazgo nos lleven hacia un futuro mejor. Necesitamos padres para nuestros niños, que sepan educarlos en los valores de la libertad y el amor. En fin, necesitamos padres para responder a los desafíos del mundo de hoy, y en especial a los desafíos del Chile de hoy.

Una carencia de padres

¿Cuáles son estos desafíos? Diversos estudios en Chile nos dan una clara muestra de lo que pareciera ser una falta en el sentido de ser hijo y, por lo mismo, de una mala paternidad. Así, vemos que un 25% de los niños son objeto de abuso intrafamiliar, maltrato, abandono o falta de estimulación. Del mismo modo, el 28% de la población infantil entre los 4 y los 11 años manifiesta patologías psiquiátricas. ¿Qué sociedad estamos construyendo para nuestros hijos? Todas estas malas experiencias de hijo (maltratos, falta de pertenencia, abandonos, falta de seguridad y confianza) podrían traducirse en el futuro en un rechazo de una gran cantidad de personas a asumir su rol de padres con la sociedad, con su familia y con ellos mismos. Por eso llegamos al hecho de que el 47% de nuestra población penal empieza a delinquir a los 13 años. Todos estos son síntomas de una enfermedad que aqueja a nuestra sociedad: una carencia de padres.

Una renovación del mundo a través de la renovación del padre

Pareciera que estamos en un círculo del que nunca saldremos y es que el Chile de hoy clama por una renovación en su paternidad. El Padre Kentenich planteaba como camino “surgir nuevamente de manera eminente una época con conciencia paternal y una renovación del mundo a través de la renovación del padre”. Pero ¿de qué padres estamos hablando? Un padre es el que engendra vida, el que despierta lo mejor de otra persona. Es aquél que se hace responsable de esa vida y hace nacer en ella la libertad. Esos padres son los que necesitamos hoy en día, aquellos que no descarten a nadie porque ven en cada persona un gran potencial que educar.

Necesitamos hombres dispuestos a asumir su rol de paternidad en la sociedad y, aún más, hombres dispuestos a generar vínculos, el puntapié inicial en toda relación humana. Quizás el primer paso se salir al encuentro del otro y reconstruir puentes rotos, pero hacerlo no es tan sencillo, porque requiere abrir el corazón, entregar confianza a ciegas, y regalarse aún con la posibilidad de sufrir. El encuentro con el otro es un riesgo, pero es lo que nuestro país necesita, es el paso para una mejor sociedad en una época sedienta de padres. Debemos hacernos responsables por los que se vinculan con nosotros, por la vida que hemos engendrado en otros, sin descartar a nadie, sino que acogiendo a todos y, más importante aún, siendo padres para todos.

Fuente – jmschoenstatt.cl en alianza comunicativa. Al servicio de todo Schoenstatt.
Foto arriba: iStock/Getty Images, © noblige. Licencia para schoenstatt.org

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