Elke Karmann, Alemania •
Cuando ayer leí en varios medios de comunicación que las Hermanas de María van a emprender acciones legales contra la Sra. von Teuffenbach, me quedé sorprendida. ¿No están las Hermanas haciendo un «flaco favor» al Padre Kentenich y a Schoenstatt? Buena intención, pero malas consecuencias. Quieren defender a su «rey», pero ¿no conseguirán lo contrario? es decir, que más gente dude de la integridad moral del P. Kentenich. —
En respuesta a los artículos de katholisch.de y otros medios de comunicación que informaban de que las Hermanas están emprendiendo acciones legales contra la Sra. von Teuffenbach, ayer me llegaron varias reacciones de personas que no pertenecen al Movimiento, pero que han tenido diversos contactos con Schoenstatt en su vida y se cuentan entre el círculo de amigos (los schoenstattianos dirían «círculo de peregrinos»). Aquí hay sólo cuatro de ellas:
- «Oh Dios, qué rencilla»
- «No hay quien entienda este mundo. Pero la verdad se impone. Es malo para las víctimas que las hermanas emprendan acciones legales contra von Teuffenbach».
- «…Se ajusta a la hipocresía de la antigua Iglesia Católica. Esperemos que personas con un mayor sentido de la responsabilidad lleguen a los puestos dirigentes lo antes posible.»
- Con esta demanda, la comunidad se hace un flaco favor a sí misma y al Padre Kentenich. Es una lástima que las Hermanas no tengan el coraje para hacer frente a la injusticia y a los sufrimientos infligidos por el propio José Kentenich y en su nombre. Coraje para hacer frente a los abusos y a las calumnias, para asumir su responsabilidad y para honrar a las víctimas como corresponde. Sólo entonces sería posible un nuevo comienzo».
Las reacciones hablan por sí mismas. Todas atestiguan la falta de comprensión de este paso judicial. ¿Habría querido realmente el P. Kentenich un procedimiento así?
En mi opinión, acercarse a la otra persona, escuchar e intentar aclarar las cosas es más efectivo que una batalla judicial.
Para mí el hecho de que cometiera errores no lo empequeñece ni a él ni a su misión
Comprendo la consternación de las Hermanas por el hecho de que ahora, después de muchos años, se hagan públicos los testimonios de muchas que sufrieron bajo la dirección del P. Kentenich. El libro «El padre puede hacerlo» también me afectó mucho. Pinta una imagen del P. Kentenich muy diferente a la que se nos transmitió durante décadas en Schoenstatt.
El Padre Kentenich parece haber cometido errores y dar lugar a malentendidos con algunas colaboradoras y con personas que se le confiaron y a las que quiso ayudar…. Al parecer, no consiguió reparar las heridas y malentendidos. Y algunas de las cosas que intentó hacer terapéuticamente simplemente salieron mal y, desde el punto de vista actual, fueron muy transgresoras.
Estoy plenamente convencida de la integridad moral de José Kentenich, y también estoy convencida de que no quería conscientemente la infantilización y victimización de las mujeres, sino que valoraba las personalidades libres. Quería colaboradores que pensaran por sí mismos, que no se limitaran a repetir como loros lo que otros decían en la comunidad.
Para mí el hecho de que cometiera errores no lo empequeñece ni a él ni a su misión.
Después de todo, ¿quién de nosotros no ha hecho daño a alguien y ha cometido errores de los que se arrepiente más tarde?
Admiro al P. Kentenich por su valentía a la hora de integrar la psicología en su pedagogía y su trabajo pastoral, y también por su enfoque holístico. Se atrevió a mucho en aquella época, y a través de la Alianza de Amor ayudó a muchas personas a curarse y a encontrar y recorrer su camino personal en la vida.
Demasiado tiempo “por encima de las nubes“
La gente de hoy no necesita ídolos inmaculados…. Durante demasiado tiempo el padre Kentenich ha sido retratado «por encima de las nubes». Un auténtico José Kentenich es mucho más convincente …. y esto también incluye el otro lado. Necesitamos al padre Kentenich completo y no uno con un lado de chocolate y una aureola.
Personas que han sido profundamente heridas
El libro «El padre puede hacerlo» habla de personas que fueron profundamente heridas por el padre Kentenich. Mi impresión es que esta colección de testimonios históricos no pretende pintar un cuadro completo del P. Kentenich, aunque contiene fuertes acusaciones.
Lamentablemente, el compromiso de la Sra. von Teuffenbach con la Hna. Georgia y sus compañeras se interpreta como una afrenta a Schoenstatt. Tengo la impresión de que esa no es su intención, sino que quiere dar voz a las mujeres que han sufrido abusos y lo considera su misión. Desde este punto de vista, observa las cosas que las hermanas describen en sus testimonios. Quizás juzga algunas cosas de forma algo unilateral, aunque al principio escribe que no quiere hacerlo… Pero ella no pertenece a Schoenstatt, y hasta ahora sólo ha descubierto estas facetas del padre Kentenich. ¿Hemos hecho ya lo suficiente para que la Sra. von Teuffenbach pueda descubrir también otras facetas de él? En mi opinión, no lo conseguiremos con acciones legales.
Mucho que aclarar
Creo que un buen grupo interdisciplinario de expertos, como el que está creando ahora la diócesis de Tréveris, con expertos externos e internos, en el que también debería estar representada la psiquiatría, puede aclarar los acontecimientos de aquella época y es más capaz de trazar una imagen completa del padre Kentenich. ¿Quién de nosotros puede captarlo completamente?
A pesar de la consternación que me provocaron algunas de las prácticas relatadas en el libro, no debemos dejar de tener en cuenta todo el contexto histórico. La psicología y el psicoanálisis estaban todavía en sus inicios y eran vistos con ojos muy críticos por la Iglesia, la práctica de la penitencia en los monasterios era todavía preconciliar y totalmente medieval, los derechos de la mujer en la sociedad y en la Iglesia estaban todavía mucho más subdesarrollados que hoy … y, por tanto, la imagen que tenían de sí mismas las mujeres también era muy diferente, de modo que aguantaban mucho más de lo que permitimos hoy en día.
Además, también habría que aclarar hasta qué punto la Hna. Georgia y sus compañeras se sintieron tan heridas por sus hermanas de comunidad, que transfirieron inconscientemente estas experiencias a las declaraciones y acciones del P. Kentenich (en el sentido del psicoanálisis como reacción de transferencia del alma)… o hasta qué punto el P. Kentenich también se dejó influenciar o manipular por las Hermanas, por ejemplo, en la introducción de algunas prácticas penitenciales, reglas o también en juicios sobre Hermanas individuales (por ejemplo, la acusación de que la Hermana Georgia estaba poseída por el diablo).
En mi opinión, algunas de las prácticas penitenciales descritas en el libro no crecieron en «su estiércol» y son contrarias a su pensamiento y a sus escritos.
Deseo a todos los que tratan de esclarecer los acontecimientos de aquel tiempo el Espíritu Santo. Y a nosotros, que amamos a Schoenstatt y al padre Kentenich, el valor para aprender de los errores del pasado y para seguir refundando Schoenstatt y nuestras comunidades en el espíritu de la Alianza de Amor.
Sobre mi persona: tengo 61 años, casada, en Schoenstatt desde mi niñez, estuve muchos años en un Instituto Secular de Schoenstatt y soy psicoterapeuta cualificada.
Original: Alemán, 09.03.2021. Traducción: Paz Leiva, Madrid, España
Las opiniones vertidas en artículos de opinión son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan, necesariamente, el pensamiento del equipo editorial de schoenstatt.org.
¿El motivo de publicar DE NUEVO este articulo es generar más polémica en contra de la comunidad de las Hnas. de María? ¿Qué se busca? No parece un sitio schoenstattiano…
Estimada Hermana,
no se publicó «de nuevo» este artículo de 2021, sino fue agregado un comentario por parte de un usuario, tal como ahora el suyo.Por supuesto, el artículo en sí ya no es actual, porque se sabe que las Hermanas de María acudieron a los tribunales, perdieron y decidieron no apelar. Sin embargo, este artículo – como todos los demás – permanece como documento histórico en schoenstatt.org. Comentarios más de dos años después de la publicación de un artículo no son muy útiles, pero dejamos la libertad.
Atentamente –
Equipo editorial
Aunque coincido con una parte del texto, discrepo profundamente (al menos con esta traducción) en la parte de los «errores» de J.Kentenich… errores y pecados cometemos todos (sólo Jesús por ser el Hijo Eterno del Padre y María por gracia no), pero de comprobarse las gravísimas acusaciones (que hoy, 10 de marzo, se suma una nueva en EE.UU, totalmente independiente de las realizadas por la Dra. Von Teuffenbach) del fundador ya no serían meros «errores» sino graves delitos ante Dios, ante estas posibles víctimas frágiles y ante la Iglesia. En esto caso tendrían que ser total y absolutamente condenados por toda la familia de Schoenstatt y pedir a la Madre Iglesia una intervención urgente y drástica para revisar y hacer una reforma de raíz.
Como decía el Santo Padre Francisco: «pecadores sí, corruptos no»…
Estimado Alejandro, coincido plenamente con tu opinión.
Es necesario revisar e itervenir con valentía para que en la Iglesia no vuelvan a ocurrir abusos que no pueden ser tolerados.
Abel Baigorri
Elke gracias por compartir tu opinión a través de este artículo y gracias a schoenstatt.org por publicarlo. Schoenstatt como institución y muchos schostattianos están sufriendo mucho con todo esta situación y lo que se necesita es descubrir la verdad cuanto antes y que reine la trasparencia de una vez. Judicializando el tema, lo que es seguro que esto no se va a conseguir, más bien todo lo contrario. Un tribunal no va a entrar a juzgar el fondo de la cuestión y se limitará a juzgar si Alexandra von Teuffenbach y su editor han cometido o no alguna infracción. Por tanto en el mejor de los casos, si ganaran la demanda, no se aclararía nada sobre el fondo y por tanto seguirían las dudas y ni se sabría la verdad. En el otro caso, si pierden la demanda, el daño que se causaría a Schoenstatt y a los schostattianos sería muy grande. Por ello la estrategia seguida por el Instituto de las Hermanas la considero un tremendo error y seguramente están muy mal asesoradas.
La verdad nos hará libres… o esta frase es falsa? Somos gusanillos y así y todo Dios nos utiliza para manifestarse. Nadie me quita mi hermosa historia vivida en el Schoenstatt de Chile, de Alemania, de Austria, en casi 50 años, marcada por sacerdotes, hermanas y Frauen que me mostraron el rostro de Dios. No santifiquemos a nadie, vivamos cada uno de nosotros la santificación de la vida diaria. Basta de tapar y engañar…perfecto es sólamente DIOS!
Rezo para que esta actitud y esta acción legal de las Hermanas no provoque más daño a toda la Familia de Schoenstatt Internacional.
Desde Viena, Tita Ravera de Andras
El artículo de Elke Karmann, me parece perfecto y en el que me siento totalmente identificada en estos momentos de convulsión. Llevo en Schoenstatt, desde muy pequeña, y no entiendo mi vida sin Schoenstatt. Y quiero que se haga «la luz» sobre la vida del Padre. Y que los que formamos Schoenstatt, seamos capaces de saber darla. Para mí, el Padre , sigue siendo «mi padre». Gracias por este artículo.
Algo que también me interpela es que cualquiera puede calumniar a alguien, pero defenderse con la verdad es la mejor acción. Sigo pensando que lo mejor que nos heredo el padre JK fue la Fe Practica en la Divina Providencia. Ojalá muchos la practiquen y los oriente.