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Publicado el 2020-11-03 In Carta de la Juventud - Diálogo en Alianza, José Kentenich

Estamos dispuestos a entregarnos por la renovación de nuestra Familia

CARTA ABIERTA A LA FAMILIA DE SCHOENSTATT DE BRASIL •

Varios miembros de la juventud apostólica de Brasil de la región Sudeste, delante del actual escenario del Movimiento de Schoenstatt, quieren  ofrecer como contribución a toda la Familia de Schoenstatt, a través de schoenstatt.org, una carta abierta a la Familia de Schoenstatt de Brasil que tiene como objetivo abrir el diálogo sobre temas actuales. —

 

Querida Familia de Schoenstatt de Brasil:

Algunos miembros de las ramas de la Juventud Femenina y Masculina de la Región Sudeste prepararon la siguiente carta abierta sobre las publicaciones de los últimos días, sobre el Padre Kentenich y los abusos en Schoenstatt. Escribimos esta carta por amor a Schoenstatt y fieles a nuestra Alianza, esperando que sirva de instrumento de diálogo y reflexión entre las diferentes comunidades del movimiento estando, por tanto, abiertos a diferentes visiones, comentarios y críticas. Nuestro objetivo es contribuir para que afrontemos juntos los desafíos que nos traen estos tiempos y que son necesarios para la renovación de nuestra Familia.

Unidos en la Alianza,

Integrantes de la Juventud Apostólica de Schoenstatt

debajo firmantes.


CARTA ABIERTA A LA FAMILIA DE SCHOENSTATT DE BRASIL

“Los que ponen su confianza en él comprenderán la

 verdad, y los que son fieles morarán con él en el amor:

porque sus elegidos son dignos de favor y

misericordia” – Sabiduría 3,9.

 

Queridos hermanos y hermanas en la Alianza de Amor,

Nosotros, miembros de la Juventud Apostólica de Schoenstatt abajo firmantes, considerando las publicaciones sobre el Padre Kentenich, queremos compartir algunas inquietudes y reflexiones con el fin de brindar un canal de diálogo y provocar reflexiones entre la juventud, asesores y toda la Familia de Schoenstatt de Brasil. Aclaramos que esta no es una posición o visión de ninguna rama o grupo, sino que expresa lo que sienten y piensan quienes, de manera consciente, libre y responsable, firman esta carta.

Aprovechar el momento para realizar una profunda reflexión, análisis y autocrítica

Juventude

Foto: Dillinger

En los últimos meses se han publicado varios documentos y testimonios con informes sobre posibles abusos de naturaleza psicológica, espiritual y moral y un posible caso de abuso sexual cometidos por el fundador del Movimiento de Schoenstatt Padre José Kentenich. Estas noticias nos han dejado profundamente horrorizados, confundidos e intrigados, pues ponen en sospecha las bases de nuestras vivencias en el Movimiento, nuestra espiritualidad, la historia de Schoenstatt e incluso, en cierta forma, sacuden nuestra fe.

La negación como forma de defensa de la imagen del Padre Kentenich y la sensación de silencio que se ha ido cerniendo sobre el tema nos angustia, pues sentimos que, si no creemos piadosamente en la “moral infalible” del fundador, somos “incrédulos” o “infieles”. Además de eso, se tiene la impresión de que se quiere seguir manteniendo el conocimiento reservado a unos pocos miembros de los círculos más internos de Schoenstatt, en un movimiento de autodefensa y auto preservación que no condice con el espíritu de un Schoenstatt en Salida y una Iglesia de las Nuevas Márgenes, una Iglesia en Salida, como quería el mismo Padre Kentenich y tanto nos pide el Papa Francisco.

Si bien se pueden cuestionar los métodos, conclusiones e intenciones de la historiadora Alexandra von Teuffenbach al divulgar los textos citados, la gravedad de su contenido es incuestionable y no se puede ignorar. Como schoenstattianos y atentos a la Divina Providencia, creemos que una vez más debemos “poner la mano en el pulso del tiempo y el oído en el corazón de Dios” y aprovechar el momento para realizar una profunda reflexión, análisis y autocrítica acerca de las estructuras, normas, historia y conceptos enseñados y practicados en las diferentes ramas y comunidades del Movimiento. Por ello, nos gustaría proponer algunos temas que hayamos importantes para este momento de reflexión.

“¡Canonicen vosotros mismos al Fundador!” ¿Estaremos, pues, dispuestos a canonizar la verdad?

A lo largo de los años hemos aprendido a amar al Padre Kentenich como el padre de nuestra Familia y de cada uno de nosotros, tomándolo como un verdadero ejemplo de vida y entrega a Dios. Para que este amor sea orgánico, precisamos conocer la verdad sobre su persona, su historia y la historia del Movimiento, no habiendo espacio para la «negación» y «secretos».

Para eso es necesario un compromiso de diálogo y total transparencia sobre las conclusiones de las investigaciones de la comisión de Schoenstatt y de la nueva comisión de la Diócesis de Tréveris que estudiará los documentos del Vaticano bajo los cuales fueron levantados los secretos, además de una mayor discusión y aclaraciones sobre toda la historia de Schoenstatt y del Padre Kentenich. ¿Tendremos el coraje y la confianza necesaria para dialogar con amor, libertad y respeto como una familia?

Desafortunadamente, esto no es lo que hemos experimentado hasta el momento, pero pensamos que este es un punto central de nuestras próximas acciones como Familia de Schoenstatt. Vemos que muchas veces caímos en el error de idealizar de manera exagerada la figura del Fundador. A pesar de su inmensa contribución para la Iglesia y la humanidad, no podemos perder de vista que él fue humano y padecer de errores, lo que ciertamente sucedió. Reconocer su humanidad y sus fallas es también una forma de respetar a todos los que sufrieron y sufren las consecuencias de esos errores.

Al reconocer que Kentenich también se equivocó, no descartamos el mérito de su misión, pero ¿estamos dispuestos a reconciliarnos con un Kentenich más humano? El Papa Juan Pablo II dijo una vez a un grupo de schoenstattianos: «¡Canonicen ustedes mismos al Fundador!» ¿Estamos, entonces, dispuestos a canonizar la verdad?

¿Estamos realmente cultivando y viviendo un verdadero espíritu de familia entre las ramas y comunidades?

Considerando el impacto y el mal que los abusos de orden psicológico, moral y espiritual causan a las potenciales víctimas, así como varios comentarios e relatos con los que hemos tenido contacto en las últimas semanas, reflexionamos ahora si nosotros, como herederos de Kentenich, propagamos, aunque de manera indirecta o inconsciente, prácticas abusivas y manipuladoras como las citadas en las publicaciones. Creemos, de esa forma, que algunos puntos merecen una reflexión especial.

Se habla mucho de ser familia, pero lo hemos visto solo como apariencia en algunas actividades durante el año. Percibimos problemas  y tensiones no creadoras entre asesores y entre comunidades del Movimiento que son incomprensibles, dejando transparentar y afectar el trabajo con la juventud y con las vocaciones, causando muchas veces ruptura y división. También hay una gran competencia entre algunas ramas, así como una idealización y distanciamiento de los institutos y federaciones, que no favorecen el trabajo apostólico ni el crecimiento dentro de Schoenstatt, inclusive en la propia juventud. ¿Estamos realmente cultivando y viviendo un verdadero espíritu de familia entre ramas y comunidades, con amor, diálogo, comprensión y respeto? ¿Cómo nosotros, juventud, familias y comunidades podemos actuar para tener una convivencia más armoniosa?

¿No deberíamos liderar sirviendo? ¿No deberíamos educar para la libertad y no para la estructura?

En muchos lugares y situaciones, existe una dependencia malsana de los asesores y superiores, que quita autonomía y mutila la identidad de los individuos y grupos, centralizando la figura del asesor y de «algunos que están a su alrededor». Fundamentalmente, es el asesor quien debe adaptarse al estilo e identidad de la comunidad, y no ser la comunidad una mera expresión de la personalidad del asesor. Después de todo, ¿no debería el asesor ponerse al servicio de las ramas y las almas? ¿No deberíamos liderar sirviendo? ¿No deberíamos educar para la libertad y no para estructuras y modelos preparados que a veces no responden a la vida?

Vemos situaciones en las que las estructuras existentes en el Movimiento cierran las puertas a un mayor contacto con Dios y la Madre de Dios. “Exigencias” y “requisitos previos”, a menudo inalcanzables y no del todo claros, crean modelos ideales de personas en las que muchos se sienten incómodos o no se sienten lo suficientemente capaces para luchar. Los ideales que a veces no tocan la realidad se convierten en una carga y no en una motivación. Los errores y fallas, que pueden ocurrirle a todos, son motivo de apartamiento y condenación. ¿El propio Jesús no enseñó a los fariseos a no juzgar y condenar, sino a amar? ¿No tenemos como principio clave luchar contra la masificación y el mecanismo?

Tabúes

Dentro de todo lo que hablamos, hay temas y situaciones que se vuelven “tabúes” y que, por no ser discutidos y hablados de manera abierta, sincera y realista o encarados de manera madura y responsable, son reprimidos o citados solo en círculos más cerrados, contribuyendo a crear y profundizar muchas heridas en el Movimiento y en las personas.

Ejemplos de esto son: trabajar con la castidad y la virginidad como un fin en sí mismos y requisitos para participar en la Juventud en lugar de un proceso de autoeducación y libertad; la desconfianza y los miedos en el trabajo y el vínculo entre Juventud Masculina y Juventud Femenina; negligencia e inmadurez en el manejo de temas como embarazo fuera del matrimonio, homosexualidad, divorcio, aborto, feminismo, racismo, entre otros; los esfuerzos para proteger la imagen de una rama, una comunidad, del Movimiento o el Fundador, en detrimento y exclusión de los individuos y de sus procesos interiores; tratar a la Juventud como una extensión de la comunidad (Padres, Hermanas, Señoras, Hermanos) o del estado de vida de los asesores, en lugar de prevalecer su autonomía e independencia; negligencia de los asesores en regiones que tienen una cantidad de ramas a las que el asesor no es capaz de dar atención, muchas veces por asumir diversas tareas además de la asesoría, no consiguiendo, de hecho, asesorar las ramas y vidas que le son confiadas; existencia de “clases” (rangos) dentro del Movimiento, en que algunos se sienten y/o son tratados como más importantes que otros por su antigüedad en el Movimiento, conocimientos o estado de vida.

Porque amamos Schoenstatt

Otro ejemplo es la redacción de esta carta en sí. Por tocar puntos sensibles del Movimiento, tememos provocar malestar, críticas y división. En un ambiente abierto al diálogo, este tipo de recelo y aversión a la crítica no debería existir. Cabe recordar aquí la carta publicada por la Juventud de Schoenstatt de Chile el 12/09/2018 con sus diversas inquietudes y exigencias de cambios, de cierta forma profética para lo que toda la Familia está pasando en este momento, y que contiene temas muy relevantes y que debería ser estudiado y discutido por nuestras ramas.

Recalcamos que no queremos generalizar las vivencias y reflexiones aquí mencionadas, sino que compartimos experiencias concretas y sentimientos por los que hemos pasado y que estamos seguros que encuentren eco en muchos otros corazones de los miembros del Movimiento. Tales experiencias negativas, en mayor o menor grado, afectan el trabajo de las ramas, comunidades, vocaciones y también de muchas personas de forma individual, desviándose del proyecto de amor que Dios tiene para nosotros.

El objetivo de esta carta no es la crítica por la crítica o «cazar» y señalar culpables. No queremos colocarnos del otro lado de la vereda y tirar piedras, queremos contribuir a un proceso sincero de autorreflexión y autocrítica, que se torna urgente y necesaria, así como a la construcción de una Familia de Schoenstatt donde reine el amor, la libertad, autenticidad, respeto y transparencia, a la luz de lo que Cristo nos propone en las Sagradas Escrituras y de lo que nos pide nuestra Iglesia.

Hay mucho que dialogar, mucho que discutir y muchas heridas que tocar. Pero nos proponemos eso, porque amamos a Schoenstatt, creemos en la Alianza de Amor con María y aquí encontramos un hogar para nosotros y las generaciones futuras, porque entendemos  Schoenstatt como una vocación para toda la vida y no solo como algo pasajero. Por eso también queremos respuestas, comentarios, críticas, reflexiones y un espacio para discutir y dialogar sobre lo que aquí presentamos.

También recordamos que los primeros congregantes pasaron por un proceso similar, cuando se pusieron de pie y lucharon por más autonomía, libertad, transparencia y cambios en las prácticas educativas que recibieron. En respuesta, el Padre Kentenich les ofreció la Alianza de Amor y la autoeducación. ¿Qué nos ofrecerá ahora el Movimiento de Schoenstatt? Como miembros de la Juventud, asumimos nuevamente nuestra Alianza y estamos dispuestos a entregarnos por la renovación de nuestra Familia.

Sabemos que los tiempos de cruz son dolorosos, pero también son oportunidades de crecimiento. Así como Nuestro Señor Jesús tuvo que pasar por la prueba y bajar a la mansión de los muertos para resucitar en su gloria y salvar a toda la humanidad, oramos para que nuestra Familia de Schoenstatt también tenga el valor de beber de esta copa, de sufrir lo que tenga que sufrir y, “Resucitar” aún mejor para cumplir su misión en la Iglesia y en el mundo.

En este día 01 de noviembre de 2020, Día de Todos los Santos, firman esta carta:

  1. Mariane de Souza Muniz – Jufem Poços de Caldas
  2. Nikolas Oliveira Garcia – Jumas Atibaia
  3. Pedro Paulo Oliveira Weizenmann – Jumas São Bernardo do Campo
  4. Bruno Roberto da Silva – Jumas Caieiras
  5. Mariana Lisboa Tanaka – Jufem Jaraguá
  6. Daniel Angelo Esteves Lawand – Jumas Vila Mariana
  7. Julia Roberta da Silva – Jufem Jaraguá
  8. Laura Garibaldi – Jufem Jaraguá
  9. Pablo Enrico Oliveira Garcia – Jumas Atibaia
  10. Juliana de Oliveira Flausino – Jufem Poços de Caldas
  11. Helena da Silva Reis – Jufem Jaraguá
  12. Daiene Gonçalves Delfino – Jufem Poços de Caldas
  13. Thalmir Barbosa de Souza – Jumas São Bernardo do Campo
  14. Vinicius de Sousa Mendes – Jumas São Bernardo do Campo
  15. Marcos Vinícius Paes Costa Celeguim – Jumas Campinas
  16. Rodrigo Gustavo Batista Bussula – Jumas São Bernardo do Campo
  17. Mariana Dias Lopes – Jufem Jaraguá
  18. Bruno de Sousa Mendes – Jumas São Bernardo do Campo
  19. Jeberson Moreira da Silva – Jumas São Sebastião do Paraíso
  20. Lucas Oliveira Vieira – Jumas São Bernardo do Campo
  21. José Anderson Ferreira de Oliveira – Jumas São Bernardo do Campo
  22. Ezequiel Barroso Camara – Jumas São Bernardo do Campo
  23. Walisson de Araújo Damaceno – Jumas São Bernardo do Campo
  24. Matheus Benicio Martins – Jumas São Bernardo do Campo
  25. Gabriel Lenharo – Jumas Jaraguá
  26. Eduarda Nogueira Ferreira – Jufem Jaraguá
  27. Feliphe Botassio – Jumas Jaraguá
  28. Danilo Viana Figueiredo – Jumas Poços de Caldas
  29. Gustavo Silva Pereira – Jumas São Bernardo do Campo
  30. Giovanna Ferreira de Sousa – Jufem Jaraguá
  31. Guilherme Barbosa Candido – Jumas Poços de Caldas
  32. Isabela Maria Luz Gonçalves – Jufem Poços de Caldas
  33. João Batista de Oliveira Dias – Jumas Poços de Caldas
  34. Clara dos Anjos Xavier – Jufem Poços de Caldas
  35. Ana Clara Porto de Brito – Jufem Jaraguá
  36. Maria Eduarda Deszo – Jufem Jaraguá
  37. Igor Martins Silvério – Jumas Campinas
  38. Giovanna Silva Pereira – Jufem São Bernardo
  39. Amanda Martins – Jufem São Bernardo
  40. Gabriela Guariso de Campos – Jufem Mairiporã
  41. Gabriel Zanetti – Jumas Poços de Caldas
  42. Gabriel Fidelis Ribeiro – Jumas Caieiras
  43. Matheus Vaitkevicius- Jumas Caieiras
  44. Vitória Del Sarto Zanetti Silva – Jufem Poços de Caldas

 

CARTA ABIERTA A LA FAMILIA DE SCHOENSTATT DE BRASIL (pdf)

Para comentarios privados, críticas o testimonios, por favor contacte con el siguiente correo electrónico:  cartajuventudebrasil@gmail.com

Original: Portugués, 01.11.2020. Traducción: P. Esteban Casquero,  Daireaux, Argentina

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