Publicado el 2020-11-01 In José Kentenich, Temas - Opiniones

Escuchar atentamente – Preguntar – Clarificar. Comentarios a un conflicto de hermanas

Wilfried Röhrig y Klaus Glas, Alemania •

Introducción: Una historia ficticia

Imagínense la siguiente situación: un gran encuentro familiar. Entre los presentes están dos hermanas. Mientras que una, llamémosla Martina, ha estado siempre presente en estos encuentros en los últimos años, la otra, digamos Petra, vuelve a ir por primera vez después de mucho tiempo. En el transcurso de la conversación, surge el tema de la madre, que lleva ya muchos años muerta. De repente Petra ataca a la “cruel y dominante” madre que “siempre la criticaba” y “nunca tenía una palabra de aliento” para ella. Se sintió feliz cuando por fin se casó y pudo dejar la casa de sus padres. El distanciamiento le hizo bien, fue el “paso correcto”. Martina “no puede creer lo que escucha”. Mamá siempre fue “cariñosa”, tan “alegre y cálida”. ¿Cómo se puede ser tan injusto con ella y desacreditarla de esa manera? A Martina le gustaba estar casa y siempre se sintió “a gusto y aceptada” allí.—

¿Cómo se comportaría usted como oyente? La primera reacción sería seguramente, querer comprender a ambas hermanas. Y mostrar empatía y comprensión. Solo así sería posible conocer las circunstancias y situaciones concretas que han dado origen a estos sentimientos y valoraciones. En ningún caso se erigiría uno en “árbitro” que le da la razón a una de las dos, bajo el lema de “punto para Petra” o “punto para Martina”. Las condenas estarían fuera de lugar. Lo principal sería, en cambio, escuchar atentamente, empatizar y comprender.

Si estas “escenas” entre las dos hermanas se repitieran posteriormente en los encuentros familiares, haciéndose crónicas, entonces cabría preguntarse –con vistas a una “mejora”- qué hay detrás de estas valoraciones e “imágenes” maternas contradictorias. ¿Qué “hijas interiores” están actuando? ¿Qué convicciones básicas, “creencias” y estrategias de manejo se han desarrollado? ¿Dónde están los “disparadores” en los que habría que trabajar? Estamos convencidos de que, a la hora de manejar la propia historia personal, hay una responsabilidad personal indelegable

 

Foto: iStock Getty Images

Referencia al libro: una primera mirada

¿Qué tiene que ver esto con el “alboroto” en torno al recientemente publicado libro “¡Al Padre se le permite!” sobre “la Hna. M. Georgina Wagner y otras Hermanas de María de Schoenstatt abusadas”? La autora, Alexandra von Teuffenbach, una profesora de Dogmática y archivista romana presenta en la documentación de archivo de su libro “¡Al Padre se le permite!” (Nordhausen: Bautz Verlag, 2020) una gran cantidad de documentos para escribir una historia de las Hermanas de María en versión “Petra”. Las mujeres críticas con Kentenich (y también los hombres críticos con él) llevan aquí la voz cantante. Casi en su totalidad, son mujeres que se han sentido marginadas por el padre José Kentenich y por la comunidad de las Hermanas de María. Desde el punto de vista de la comunidad de las Hermanas de María de Schoenstatt, son “traidoras” con las cuales había que cortar el contacto. Por el contrario, para la autora son “valientes”. Desde una perspectiva contemporánea, acusan al padre Kentenich, ante todo de abuso espiritual. El fundador del Movimiento de Schoenstatt habría mostrado en su época una conducta dominante, autoritaria y, en parte, despectiva hacia las mujeres. Con esto habría llegado a borrar deliberadamente, los límites entre él, el padre espiritual de la comunidad, y el Padre Dios.

Antes de que se exprese una crítica (justificada) al «patrón» de esta documentación de archivo, primero debe suceder lo que se ha dicho para la historia descrita al principio: mirar atentamente, asimilar y tratar de entender lo que las Hermanas que toman la palabra, han experimentado y sufrido. ¡Esto no puede ser borrado sin más! Debería ser admitido y aceptado: Sí, esto es lo que les ha sucedido a algunas mujeres concretas, Hermanas de María. Así es como lo han vivido.

Referencia al libro: una segunda mirada

Una cosa es aceptar estas experiencias subjetivas. Lo otro es permitir una visión diferente y sus correspondientes valoraciones. La autora y todos aquellos, que después de leer este libro, ya han pronunciado una «condena» sobre el Padre José Kentenich, tendrían que hacerse la pregunta justificada de cómo tratar los testimonios que arrojan una visión completamente diferente sobre el padre Kentenich. ¿Cómo se debe tratar a las personas (que aún viven) que experimentaron al padre José Kentenich como una persona comprensiva, edificante y valiosa para la historia de su vida personal? Estos testigos no deben ser puestos bajo la sospecha general de ser personalidades «patológicas», «dependientes» o «sometidas al padre».

Muy rápidamente puede surgir una presión pública que lleve a la siguiente llamada: ¿Cómo puede alguien que ha leído este libro sobre Hermanas de María abusadas seguir siendo schoenstattiano? Todo aquel que pida paciencia para examinar todas (!) las fuentes históricas disponibles o que exprese una crítica al rigor de la autora con respecto a su método de trabajo histórico-científico, rápidamente será sospechoso de ser un negacionista de los abusos. Esa persona estará en un aprieto cuando se le atribuya que no toma en serio el sufrimiento de las mujeres afectadas por el abuso.  Se podría acusar a los fieles seguidores de ser partidarios incorregibles del padre Kentenich o del Movimiento de Schoenstatt.

Proceso de aclaración: necesario y urgente

Con la mirada puesta en la «historia de las hermanas” de la introducción a este artículo, llegamos al importante punto de una «terapia» crítica. Queda pendiente un proceso de aclaración necesario, exhaustivo y detallado. Somos conscientes de que esto es extremadamente difícil en un mundo mediático «caliente».

En nuestra opinión, el proceso de aclaración debe tener en cuenta los siguientes puntos:

1Respeto mutuo

Deben omitirse suposiciones obvias o retóricamente bien disimuladas. Abogamos por reuniones formales y conversaciones personales con personas individuales, en un espíritu de mutuo aprecio.

2Actitud autocrítica

Esto se asocia con la disponibilidad para contar con que haya errores propios y apreciaciones erróneas y reconocerlos y revisarlos en cada caso concreto. El proceso de aclaración debe estar abierto a cualquier resultado.

3 Trabajo histórico riguroso

La autora se refiere en su introducción (p. 17) al historiador de la Iglesia Hubert Jedin. El estableció tres pasos importantes en el trabajo histórico: Revisar las fuentes, clasificarlas según las circunstancias de la época y evaluar e interpretar las fuentes.

[Comentario crítico sobre el libro «Vater darf das!” (“¡Al Padre se le permite!”): ¿Cuán serio es, en lo que respecta a la labor de investigación histórica, proporcionar sólo una documentación de archivo y comentar e interpretar los documentos seleccionados íntegramente de manera unilateral?]

4 Perspectiva psicológica

Puede ser útil aclarar los propios objetivos y, en lo posible, descubrir los motivos inconscientes. Palabra clave «niño interior»: ¿Qué tiene que ver, por ejemplo, con una visión demasiado poco crítica del padre Kentenich? ¿Qué motivos favorecen, en lo profundo del alma, el rechazo a rebelarse contra una figura paterna que se experimenta como dominante? ¿Cómo surge de ahí el distanciamiento o incluso el odio?

5Perspectiva de política eclesiástica

¿Qué procesos «invisibles» tienen lugar detrás del «escenario mediático»? ¿Qué orientaciones, corrientes e instituciones están tratando de distinguirse actualmente dentro de la Iglesia católica?

6Perspectiva espiritual

¿Qué es lo que Dios quiere decirnos a través de estos procesos? ¿Cuáles serían los „mandatos divinos» para cada individuo y para la Familia de Schoenstatt? ¿Hasta qué punto contamos con que María, con quien hemos sellado una alianza de amor, recorra este difícil camino con nosotros?

Riesgos y efectos secundarios

Debido a la gravedad de las acusaciones contra el padre José Kentenich, pueden surgir problemas psicológicos en casos individuales. El trasfondo psicológico es que para los miembros más antiguos de la familia de Schoenstatt, el «padre y fundador» estaba incluido (asimilado interiormente) en el yo. En casos individuales podría llegar a una sacudida de la identidad (religiosa). Por lo tanto, recomendamos a los directores o asesores del Movimiento de Schoenstatt que establezcan un espacio donde las personas que están bajo estrés puedan ser acompañadas psicológica y espiritualmente.

Una palabra sobre nosotros

Lo decimos abiertamente: somos miembros del Movimiento de Schoenstatt desde hace 50 años. Sentimos que pertenecemos al mismo en cuerpo y alma y estamos muy comprometidos. Sin embargo, nos declaramos dispuestos a hablar abierta y reflexivamente sobre el asunto aquí expuesto. Tenemos esta actitud crítica hacia los procesos sociales y políticos, así como hacia las posiciones y procesos de la Iglesia.

Esta actitud es parte de nuestra ética profesional personal como profesor (retirado) o psicoterapeuta. Queremos oponernos expresamente a un juicio y una condena precipitados.

Esperamos con interés el subsiguiente proceso de aclaración. Por un lado, por las declaraciones y publicaciones dentro del marco de Schoenstatt. Por otra parte, por el trabajo, entre otros, de la comisión independiente de expertos y por la recopilación de archivos del Vaticano en relación con la visitación papal anunciada por la autora.

Viernheim y Flieden, 30.10 2020

Wilfried Röhrig y Klaus Glas

 

Foto: Pedro M. Dillinger 2020

Original: alemán, 31.10.2020. Traducción: Juan Eduardo Villarraza, Paraná, Argentina / Rodolfo Monedero, Madrid, España @schoenstatt.org

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1 Responses

  1. Los ingenieros buscamos los ¿paraqué?, en primer lugar. Hacer un plan estratégico (los ¿qué?) y un plan táctico (¿los cómo?) junto con un plan operativo (hacerlo) sin tener claros los ¿paraqué?, es vano, justamente los paraqué justifican y explican los planes que siempre estamos haciendo, muchas veces desde la intuición.
    Esta propuesta supone que Teuffenbach busca reparar su relación, y la de las hermanas, con Schoenstatt porque si sólo se trata de cuestiones de convivencia sus intenciones parecen otras ya que todo lo ha armado ella con su grupo. Conviene saber cómo declara sus intenciones, porque por respetable que pueda ser que ella no busque el Bien Común yo no estoy disponible para poner energía en esos proyectos que existen y son intensos en el mundo actual. Todos estamos muy ocupados, colaborando intensamente para colaborarle a Dios en sus planes de redención del mundo y estamos obligados a priorizar nuestro tiempo; ahora mismo defiendo nuestro honor.

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