Publicado el 2020-07-11 In José Kentenich

“Podríamos ayudarnos mutuamente a sacar la verdad a la luz”.

Por Maria Fischer con  Ignacio Serrano del Pozo

Estábamos conversando con el profesor Ignacio Serrano, columnista destacado de schoenstatt.org, sobre su idea de entrar en diálogo con la profesora Dra. Alexandra von Teuffenbach, historiadora y autora del artículo sobre documentos encontrados en los archivos del Vaticano con denuncias de supuestos abusos de poder y en un caso, sexual, por parte del padre Kentenich. Lo queríamos hacer con la actitud que nos enseñó el padre Kentenich y que desde siempre nos guía en nuestro trabajo comunicacional en schoenstatt.org. Esa actitud la intentamos incorporar en nosotros como hijos espirituales suyos y la encontramos en sus requisitos para el diálogo: “Admitir, al menos el punto de vista de mi interlocutor. También creer, con una fe sincera, en el valor de aquello que quiere y a lo que aspira mi interlocutor.” En medio de esta conversación, salió una larga entrevista con ella, en el portal de internet de la Iglesia alemana, “con gran parte de las preguntas que yo pensaba hacerle”, comentó Ignacio Serrano. —

En la misma actitud de diálogo basado en comprensión personal – la actitud de admitir el punto de visto del otro sin hacerlo nuestro – queremos ofrecer esta entrevista, esperando que la publicación de la misma sea un aporte desde la verdad, la justicia y el amor solidario en el camino de entender qué es lo que Dios quiere de Schoenstatt en este momento.

 

Sospecha de abuso contra Kentenich: «La verdad debe salir a la luz»

Alexandra von Teuffenbach está investigando los concilios de la Iglesia. Pero durante su investigación en los Archivos del Vaticano se encontró con algo más: acusaciones de abuso contra el padre Kentenich, el fundador de Schoenstatt. ¿Qué impulsa a la investigadora? ¿Qué tan creíbles son los archivos – y qué tan creíble es Schoenstatt?

Por Felix Neumann, Ciudad del Vaticano – 08.07.2020

Hasta ahora, el fundador del Movimiento Apostólico de Schoenstatt, el padre José Kentenich, parecía estar en camino hacia la beatificación, pero nuevos hallazgos en el archivo arrojan una sombra sobre el padre del Movimiento: en los expedientes del pontificado de Pío XII (1939-1958), a los que se ha tenido acceso recientemente en los archivos del Vaticano, han surgido acusaciones de abuso. Lo ha descubierto la historiadora Alexandra von Teuffenbach, que está investigando allí la historia de los concilios.

En la entrevista nos cuenta lo que ha encontrado, cómo se enfrenta a sus hallazgos y qué espera del Movimiento de Schoenstatt. (La entrevista se realizó antes de que la diócesis de Tréveris anunciara la creación de una nueva comisión de historiadores para examinar las partes ahora accesibles de los archivos).

Pregunta: Sra. von Teuffenbach, usted está investigando en los archivos del Vaticano sobre los concilios. ¿Cómo encontró los documentos sobre el padre José Kentenich?

Alexandra von Teuffenbach: La propia Obra de Schoenstatt es responsable de esto. Hace más de quince años, escribí un artículo sobre Sebastian Tromp en una serie sobre las personalidades del concilio. Mencioné muy brevemente que fue el visitador apostólico de Schoenstatt. Recibí dos llamadas telefónicas del entorno de la Obra de Schoenstatt.  En ambas ocasiones me preguntaron con gran detalle sobre lo que sabía, dónde lo había encontrado, qué archivos había visto. Las preguntas eran tan extrañas que las recordé a pesar de que han pasado tantos años: debe haber algo. Entonces, cuando se abrieron los archivos de la época del Papa Pío XII, busqué a Tromp, que es mi campo de investigación, en cualquier caso. Rápidamente me encontré con las primeras cartas de las hermanas defendiendo a Kentenich.  En una carta al Papa se hablaba de las transgresiones morales de Kentenich, les presté atención y seguí mi búsqueda. Así es como encontré todo el expediente del Santo Oficio. Y también me quedó claro por qué Schoenstatt estaba tan interesado en mi pequeño artículo sobre Tromp.

Sobre la persona

Alexandra von Teuffenbach es una dogmatista e historiadora de la iglesia. La italiana obtuvo un doctorado con una tesis sobre la Constitución de la Iglesia del Concilio Vaticano II y actualmente está investigando el Reglamento de los Concilios Vaticanos I y II. En 2003 aprobó el examen de archivera en el Archivo Secreto del Vaticano.

Pregunta: ¿Tuvo la impresión de que todo esto ya era conocido por la Obra de Schoenstatt? ¿O el propósito de las llamadas telefónicas era comprobar los rumores?

von Teuffenbach: Sospecho que lo sabían. Finalmente encontré cartas dirigidas a la Obra. Así que puedo decir con seguridad: lo sabían entonces, al menos desde 1951. Si los expedientes han sido destruidos mientras tanto, no lo sé. No conozco los archivos de la Obra de Schoenstatt. Durante la visita apostólica, Tromp escribió una carta a los superiores de Schoenstatt explicando por qué no hay nada en el decreto de la visitación sobre las supuestas transgresiones morales: sólo porque algo no esté en el decreto no significa que no haya nada. Pero no se quería perjudicar a Schoenstatt. El hecho de que no se mencionaran las acusaciones fue, por lo tanto, un favor del Santo Oficio para con la Obra de Schoenstatt. Encontré varias cartas de obispos alemanes de esa época que no querían perder a sus sacerdotes schoenstattianos. Había un interés por parte de la Iglesia de que Schoenstatt se mantuviera. De ahí el pensamiento durante la visita: separamos la Obra del Fundador y tratamos de salvarla de esta manera. La visitación fue principalmente para las Hermanas de María, cuya contribución al cuidado pastoral y a las obras de caridad fue apreciada. El Santo Oficio se interesaba principalmente por los sacerdotes schoenstattianos.

Pregunta: Si uno quisiera preservar la Obra y separar a Kentenich de ella – ¿cómo se pudo llegar a la rehabilitación del Kentenich tan sólo quince años después con este expediente detallado?

von Teuffenbach: ¡Si es que hubo «rehabilitación»! No encontré esto en ningún archivo, y Schoenstatt no ha publicado sus documentos. La Obra siempre habla de un «decreto de anulación». Pero hasta ahora, nadie me lo ha mostrado.

Pregunta: Pero es un hecho que Kentenich pudo regresar a Alemania desde el exilio en 1965.

von Teuffenbach: Hay que considerar dos cosas.  La primera: Kentenich ya era muy viejo en ese momento. Incluso un asesino es liberado cuando es viejo y ya no representa un peligro. Pero eso no significa que no haya cometido el delito, no significa que haya habido una rehabilitación, sólo una liberación. La segunda: 1965 es todavía la época del concilio. Al final de muchos concilios hay un «año de gracia». Todos están felices de haber concluido con éxito el concilio y llega la gran ola de indultos. Esto ha sucedido antes, también sucedió en el Concilio Vaticano II- esto es parte del espíritu de un concilio. Esta podía ser una explicación. Pero no conozco ningún documento al respecto.

Pregunta: ¿Cómo son sus hallazgos? ¿Son expedientes sistemáticos o sólo un montón de notas y papeles?

von Teuffenbach: Son los «expedientes de juicio» oficiales, con todo lo que corresponde: cartas, respuestas a ellas, declaraciones a favor y en contra. A excepción de las transcripciones de documentos y actas de conversaciones, también con el padre Kentenich, apenas hay notas privadas de Tromp. En la historia oficial de Schoenstatt, a menudo parece que la visitación fue un placer privado para Tromp. Pero fue una visitación apostólica, no una visita de Tromp. Tromp tiene la tarea de asegurar las huellas. Por supuesto, el investigador también puede cometer errores. Pero eso está bajo el control de un juez de instrucción, hay un abogado, hay un juicio, y luego un veredicto. Así sucedió en el Santo Oficio. Tromp entregó sus pruebas y los consultores del Santo Oficio las revisaron. Por cierto, en ese momento, casi todos eran religiosos que podían evaluar si una carta incriminatoria de una mujer religiosa retirada era plausible o si era simplemente una cuestión de crítica. Después los documentos son enviados a la Congregación de Cardenales, y finalmente todo es presentado al Papa – y Pío XII fue uno de los que siempre quiso saber todo exactamente antes de firmar cualquier cosa. Son muchos pasos, y muy pronto, Tromp ya no tenía nada más que decir.

Pregunta: En sus publicaciones usted da una buena nota a la Iglesia; siempre se ha tratado de dar crédito a los afectados y de tomarlos en serio. ¿Es apropiada una evaluación tan positiva en vista del alcance de los supuestos hechos de Kentenich, que al final no tuvieron consecuencias para la Obra de Schoenstatt?

Von Teuffenbach: Básicamente sí. Me sorprendió la objetividad del juicio, la cantidad de voces disidentes obtenidas, incluso de personas que no pertenecían al Santo Oficio. Las excepciones se hicieron específicamente para que estas personas pudieran ver los archivos y comentarlos. Las cartas de cada una de las hermanas que se dirigieron al Papa fueron presentadas a Pío XII, y él ordenó exámenes adicionales en el margen, de vez en cuando. Las hermanas fueron tomadas muy en serio, sólo encontré un lugar con un comentario desagradable: un obispo alemán escribió mucho después de la visitación que consideraba a Tromp inadecuado como visitador, porque consideraba todo de manera demasiado racional, pero las mujeres en cuestión no eran racionales, consecuentemente, «no pueden pensar, son sólo sentimiento». En los documentos también hay muchos testigos que hablan a favor de Schoenstatt. Y hay evidencia de una campaña de Schoenstatt, pues aparecen muchas cartas que son casi idénticas, esto no fue muy inteligente.

Pregunta: La línea de defensa de la Presidencia general de la Obra de Schoenstatt es que, si las acusaciones fueran ciertas, el proceso de beatificación en 1975 nunca se habría iniciado, después de todo, hay un «nihil obstat» de la Congregación para la Doctrina de la Fe. De hecho, surge la pregunta: Si todo esto estaba tan bien documentado, ¿por qué no se le dio fin al procedimiento en 1975 inmediatamente?

von Teuffenbach: Para evaluar esto, uno debe conocer el procedimiento. Antes del «nihil obstat» no se hace una investigación de archivo. Para ello (aclarar esto ampliamente), un historiador normalmente tendría que pasar varios años investigando los documentos. Esto habría sido más fácil en el caso de Kentenich, porque los expedientes de la visitación están bien preparados y están en los archivos del Vaticano. Pero en los procesos más antiguos los documentos están dispersos por todo el mundo, la investigación previa sería demasiado costosa. Por lo tanto, el procedimiento siempre ha funcionado de tal manera que el solicitante trae los expedientes, y sobre esta base se concede un «nihil obstat». En el caso de Schoenstatt, esta declaración de ausencia de objeciones probablemente sólo es válida para los documentos que la propia Obra proporcionó. Además, es posible que no fuera la Congregación para la Doctrina de la Fe, como dijo Schoenstatt, sino la Congregación para las Causas de los Santos la que fue responsable de esto.

Pregunta: el antiguo visitador Bernhard Stein fue, entre tanto, obispo de Tréveris, de 1967 a 1980, es decir, exactamente en el tiempo entre la muerte de Kentenich y los primeros años del proceso de beatificación. ¿Por qué no habló?

von Teuffenbach: No puedo decir nada sobre eso. Estos archivos aún no son públicos en los archivos vaticanos, así que no los conozco. Pero la Obra de Schoenstatt podría tenerlos. Por lo tanto, hago aquí también un llamamiento a la Obra: entreguen los archivos y pónganlos a disposición en Internet. Esto beneficiará a todas las partes implicadas.

Pregunta: Las primeras reacciones de la Obra de Schoenstatt fueron muy a la defensiva. ¿Puede tener algún interés el Movimiento en hacer todo esto público?

von Teuffenbach: A mí me alegraría si de ello sale algo positivo para Schoenstatt, si la Obra pudiera asumir honestamente el pasado, sin tener que guardar secretos. Pero eso no tiene nada que ver con mi trabajo. Hice un estudio histórico en los archivos y no quise publicar los resultados como un artículo científico al principio. De esa manera, pude darlos a conocer a un público más amplio, como suele ocurrir con los temas de la historia contemporánea. Quería arrojar algo de luz sobre la historia de una comunidad y de una persona. Desafortunadamente, lo que leí en los archivos no era conocido por el público y, como veo por las reacciones, ni siquiera por la mayoría de los miembros de Schoenstatt.

Pregunta: Aunque Kentenich parece impecable en su comportamiento antes de 1948, desde el punto de vista de hoy, términos como «Alianza de Amor» y «Principio paternal» parecen extraños y latentemente agresivos. ¿Son sólo sensibilidades contemporáneas? ¿Fueron un problema tales elementos de la espiritualidad de Schoenstatt ya en su tiempo?

von Teuffenbach: Los conceptos son un problema en ambas visitaciones. Durante la primera visita del obispo Stein, ya se había pretendido reconsiderar algunas de las palabras porque sonaban extrañas o ambiguas para los foráneos. El problema no era principalmente la elección de las palabras, ni la pedagogía o la teología de Schoenstatt. En el centro de la crítica estaba el trato con las Hermanas de María.

Pregunta: Como historiadora, usted investiga el pasado. Desde su perspectiva y de los resultados de su investigación ¿se puede aprender para tratar el abuso en la Iglesia hoy en día?

von Teuffenbach: En el tratamiento de las acusaciones hay declaraciones que me han molestado mucho. En una reacción de Schoenstatt escuché que sólo sabían de un caso, pero la acusadora era esquizofrénica. Esta declaración significa que una mujer esquizofrénica no puede ser víctima de abusos. Lo encuentro espantoso. Por supuesto, las afectadas también pueden tener problemas psicológicos. Naturalmente, los cargos pueden ser falsos. Pero aún queda mucho por hacer para aumentar nuestra sensibilidad en el trato con las afectadas. No debemos simplemente descartar sus declaraciones.

También tengo una sugerencia de procedimiento para la Iglesia: reintroducir el antiguo «Advocatus diaboli» (NR “abogado del diablo”) en los procesos de beatificación y canonización. Este es un oponente que debe averiguar todo lo que hable en contra de la canonización. Este papel ya no existe. El procedimiento ganaría en objetividad si alguien trabajara sistemáticamente en contra.

Pregunta: Para su publicación ha elegido un artículo del diario Tagespost y una carta al periodista vaticano Sandro Magister. ¿Por qué esta forma y no una publicación científica?

von Teuffenbach: Mi artículo es sólo una introducción a una publicación científica. Al principio pensé en un artículo en una revista científica. Pero ahora que hay tanto interés, una edición de las actas del juicio me parece más adecuada. Sólo estoy buscando un editor. Los textos están editados, es sólo cuestión de impresión hasta que llegue la publicación científica.

Pregunta: En esa edición, sin embargo, sólo pueden aparecer, por el momento, los documentos abiertos en los archivos vaticanos.

von Teuffenbach: Sí. Sólo puedo pedirle a Schoenstatt que entregue el material de sus archivos y así poner la discusión sobre una base objetiva completamente nueva. Podríamos ayudarnos mutuamente a sacar la verdad a la luz.

Pregunta: ¿Cuál fue su motivación personal para hacerlo público?

von Teuffenbach: No soy una enemiga de Schoenstatt y nunca lo he sido. No me gusta poner a la gente equivocada en un pedestal y practicar el culto a la personalidad a su alrededor. Para mí era por lo tanto una cuestión de conciencia publicarlo. ¿Me quedo callada y dejo que esto continúe, o digo algo? Entonces decidí hacerlo público, sabiendo muy bien que con ello hería a personas, que pensaban toda su vida que tenían un santo ante sí. Pero es la verdad la que nos hace libres, y no un cuento de hadas.

Por Felix Neumann

 

Fuente: Portal de Internet de la Iglesia Católica en Alemania www.katholisch.de, https://www.katholisch.de/artikel/26097-missbrauchsverdacht-gegen-kentenich-die-wahrheit-muss-ans-licht

Traducido y publicado con permiso de Björn Odendahl, jefe de redacción de katholisch.de

Traducción: Paz Leiva, Madrid, España @schoenstatt.org

 

 

Requisitos para el diálogo según el Padre Kentenich

Cada diálogo requiere, como requisito indispensable, la búsqueda de lo que el padre Kentenich llama comprensión personal. Basado en esto se entiende la regla del diálogo que estableció y practicaba el padre Kentenich y cuya aplicación la espera de sus hijos espirituales y de las comunidades de Schoenstatt. Entendemos que la regla como tal es expresión, medio y seguro de una actitud de alianza, requisito previo en cada comunidad federativa y plural, o sea, más que nunca en la sociedad del siglo XXI.

Dice el mismo P. Kentenich:

“La comprensión personal presupone:

  • Seguir la argumentación (estar atento) del otro, de mi interlocutor.
  • Resonancia de mi alma. Eso es muy importante. Si sólo escucho y no proceso mis pensamientos con lo que quiere decir mi interlocutor, no podemos hablar de entendimiento. Debe haber algo que resuene dentro de mí, de lo que resuena en mi interlocutor.
  • Admitir, al menos el punto de vista de mi interlocutor.
  • También creer, con una fe sincera en el valor de aquello que quiere y a lo que aspira mi interlocutor.
  • Una firme creencia en la misión personal de mi interlocutor.” Fuente: Jornada pedagógica para ramas femeninas, 1932

 

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3 Responses

  1. sergio lopez dice:

    Me llama la atención como defiende la publicación en un diario de esto, sin antes haberse contactado con los padres o las hermanas. Ella dice que el movimiento si tiene respuestas que se las mande. Porque no lo pidió antes a fin de corroborar sus dichos antes de mandarlos al diario? Porque el título que usó de abuso sexual?. Siendo ella una mujer de la iglesia porque hace un juicio tan duro y lo publica en el diario, si supone que hay cosas que el movimiento o la iglesia tiene aún en secreto? Me parece muy raro, mas cuando no ahorra en elogios para Tromp.

  2. Marta González dice:

    Siempre es bueno que la verdad salga a la luz y que sepamos que nadie es perfecto. Todos tenemos un lado más oscuro. Por eso hay que, en el caso de los hombres, seguir la obra si es buena y no a la persona que la creó.
    Sólo podemos seguir a Dios que es perfecto.

  3. Desde lo que percibo de la entrevista, la investigadora dice que ella no le consta la resolución que absuelve al Padre porque hasta ahora no se publicó o no se liberó esos archivos, pero por el contrario asume una postura que sí el Padre es culpable y que porque no le gusta que se le haga culto a personas que no se merecen, hace público su investigación siendo consciente que puede herir a muchas personas y aún sabiendo que la denuncia puede ser falsa.
    Me lleva a pensar y ¿en qué quedamos entonces, va hacer presunción que sí ocurrió solo lo malo, pero no presunción de que sí ocurrió lo bueno?

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