PK4U, María Fischer •
“Dios es simple y sencillo en su unidad y tremendamente rico en su pluralidad”. Es una frase de la homilía del P. José María García Sepúlveda en la misa de la fiesta de la Santísima Trinidad en el santuario de Pozuelo, en Madrid, que me viene a la mente al mirar las fotos de mi visita, hace un par de días, al taller de Juan Fernández, el escultor del P. Kentenich y autor de la primera y de tantas estatuas suyas. “Los hice todas con el mismo molde”, dice, con asombro y orgullo en su voz, al mostrarme los primeros “PK4U”, los primeros bustos del P. Kentenich para un santuario hogar o para peregrinar a donde él quiera llegar. “Cada uno salió un poco diferente”. —
Todos, cada uno, son una imagen fiel del P. José Kentenich, fruto de la cercanía filial del hijo y profesionalismo del escultor, quien no solo conoció personal y profundamente al P. Kentenich (recordemos la imagen de la patata) y estudió sus rasgos con miles de fotos, sino que también se formó como retratista. Bustos de colada de bronce, todos hechos desde el mismo molde y, sin embargo, cada uno es un poco diferente.
Uno parece sonreír más, otro tiene más cara de “audaz en el riesgo”, uno algo más serio, como dispuesto a luchar por la verdad y la justicia, uno más suave, otro más paternal, otro con rasgos de libertad y libertador… Cada busto recibió un tratamiento individual al momento de poner la pátina y moldear y modelar un poco las pequeñas irregularidades que quedan después del colado. Una imagen del P. Kentenich. Uno como padre, pero plural en sus rasgos diferentes, auténticos, vitales.
¿Cómo podemos nosotros hoy vivir su carisma, a más de 50 años de su muerte y en un tiempo que es tan diferente al que él vivió? ¿Cómo podemos encarnar al P. Kentenich en nuestro propio ser, estar y quehacer, ya que eso es lo único que le mantiene vivo y actual, además de estudiar sus libros y entender sus pensamientos?, tanto más importante que los breves mensajes y videos como se estilan en los medios sociales.
En esta tarde, en el taller de Juan Fernández y su esposa María Jesús, al mirar estos bustos del P. Kentenich, se confirma lo que ya sabemos y comunicamos siempre: la respuesta no es la uniformidad ni mucho menos el control. La respuesta es “trinitaria”. Federativa. Plural.
Encarnemos, representemos, comuniquemos a nuestro padre fundador, que es simple y sencillo como PADRE y tremendamente rico en sus rasgos diversos. Encarnémoslo según nuestra vocación personal, según nuestra originalidad única y rica, y dejemos enriquecernos por los rasgos originales de tantos otros.
El padre está listo para salir ¡qué emoción!
Desde hace casi cinco años se están “moldeando” los bustos del P. Kentenich para santuarios hogar. Primero en el corazón de una hija del padre, Monina Crivelli, cofundadora de Schoenstatt.org, que un día me pidió que le solicitara a Juan Fernández una estatua del P. Kentenich para su santuario hogar. Esta solicitud estuvo durante años, silenciosamente, en el alma de Juan Fernández, hasta que 2018 salieron los primeros tres “prototipos”. Después, hasta 2020, esperando el momento de hacerlos realidad. Y ahora salen, justo en tiempos de la pandemia.
Ya hay reservas provenientes de Alemania, Argentina y Estados Unidos. El primer busto, cobijado en su bolsa de transporte, fue puesto en su caja el 10 de junio, listo para salir hacia el sur de Alemania, a donde llegará la semana próxima.
Realmente, el padre viene.
«¡El primer busto está oficialmente en camino! Es conmovedor. ¡NUESTRO PADRE ESTÁ EN CAMINO! El cielo y la tierra están involucrados”, comenta Juan Fernández.
¿Quién quiere un busto del P. Kentenich para su santuario hogar, para un curso o una comunidad, para una sala de reuniones, para llevar a encuentros o para regalar?
Encargo del busto del P. Kentenich
O enviar una hoja de encargo debidamente cumplimentada a: pk4u@schoenstatt.org
