Publicado el 2019-11-21 In José Kentenich

“Entonces hemos mostrado el camino para que la Iglesia guíe al mundo a Cristo en los nuevos tiempos”

ALEMANIA, Maria Fischer •

“Me impresiona la visión de futuro del padre Kentenich. Es emocionante y tan actual», dice Petra Stegemann, patrocinadora de la “Asociación de ayuda a la casa natal del padre Kentenich”, fundada en 2005 y presente en este 16 de noviembre de 2019 para celebrar, junto a la parroquia y el Movimiento de Schoenstatt, el cumpleaños del «mayor hijo de Gymnich», según Ludwig Schlömer, también de la asociación. —

 

Frente a la casa natal de José Kentenich

“Han venido más de los que se habían inscrito“, dice el padre Pikos, párroco de San Cuniberto, cuando como por arte de magia aparecieron más sillas y manteles en la sala parroquial. “Aquí hay personas a las que nunca he visto”, dice el padre Peter Nöthen, complacido. Durante muchos años, este sacerdote de Schoenstatt ha acompañado la vida en torno al lugar de nacimiento y la iglesia bautismal del padre Kentenich y en Gymnich ha desarrollado un acompañamiento pastoral silencioso y fructífero de las vinculaciones. Si no conoce a estas personas, es porque están allí por primera vez en este 134 cumpleaños del fundador del Movimiento de Schoenstatt mundial.

Kentenich tangible

“Numerosas personas celebrarán este día en todos los continentes y se conectarán con nosotros en sus pensamientos. Les invitamos a celebrar este evento junto con nosotros en el lugar de nacimiento, Gymnich «, decía en la invitación. Los primeros comentarios de «todos los continentes» llegarán durante la celebración a través de las redes sociales, donde se publicaron algunas fotos en vivo: de México, Argentina, Paraguay, Chile, Brasil, España. «No lo reconozco», según una mujer argentina que visitó Gymnich varias veces hace 20 años. De hecho, ha cambiado desde entonces: el hermoso jardín paisajístico con estelas sobre la vida del padre Kentenich y una maravillosa ermita, la réplica de la habitación, en el mismo lugar de la casa donde nació José Kentenich el 16 de noviembre de 1885, los dibujos de la artista local, Marion Nitsche, la vitrina con los hallazgos excavados por el desescombro del viejo pozo en el patio: fragmentos de platos viejos, tazas, vasos, botellas, varias herramientas y artículos para el hogar, un estilete …

Muchos visitantes aprovechan el tiempo para rezar en la habitación donde nació. Sólo el emplazamiento es el original; todo lo demás es recreación de cómo se supone que era este lugar hace 134 años. Hay un par de enseres de la época, pero el lugar, el lugar concreto, hace tangible a Kentenich, permite percibir la dramática historia del nacimiento de este hijo natural – como entonces se decía – de Catalina Kentenich.

Tras una oración en el jardín, frente a la ermita, se va a la casa parroquial, junto a la iglesia de San Cuniberto.

 

Recreación de la habitación donde nació en el lugar original, en la buhardilla

Un profeta con un mensaje para hoy

Se continúa con un café con bizcocho y animadas conversaciones. El padre Peter Nöthen reparte a todos un regalo de cumpleaños, un folleto con dibujos de Marion Nitsche (allí presente) y la única fotografía disponible de Catalina y José Kentenich (de 1898 o 1899), que invita al encuentro con esta mujer.

El padre Christian Maria Löhr, rector del Instituto de sacerdotes Diocesanos de Schoenstatt ha estado siempre presente, en los últimos años, en la celebración del cumpleaños; este año pronuncia la conferencia correspondiente. En una presentación llena de numerosas y extensas citas de Kentenich, desconocidas incluso para “perros viejos” del Movimiento de Schoenstatt, deja claro que este hombre y sus declaraciones casi centenarias son también de gran actualidad para la Iglesia de hoy.

Cita el contacto constante de Kentenich con sus colaboradores, su «nada sin ellos» con referencia a la familia de Schoenstatt, su rechazo a luchadores solitarios y su prioridad incondicional de servir a la causa. El camino sinodal de la Iglesia de Alemania (y del mundo, véase el Papa Francisco) de repente no suena tan nuevo.

Retrata al padre Kentenich como una persona sincera y amorosa que compromete su corazón por esta familia, esta pequeña iglesia que él construye. Buscando una iglesia cálida, dice Löhr, es útil y estimulante mirar a Kentenich.

Un fundador, un sacerdote que no vive tanto en modo “selfie”, sino que retoma y aprecia la vida interior de las personas como fuente de conocimiento, que lee en la vida concreta y sabe después de años, qué de esto y aquello sucedió en su propia vida y en la de Schoenstatt. ¿Podemos decir esto de nuestra vida?

 

Padre Peter Nöthen con el nuevo folleto

“Entonces la Iglesia está perdiendo a la humanidad moderna”

Con la última cita larga, de una conferencia del 18.10.1928, quince años después de la fundación de Schoenstatt, cobran de nuevo vida los bolígrafos. El padre Löhr deja hablar al padre Kentenich y suena como si hablara hoy:

Todas las corrientes religiosas que no descansan por lo menos sobre los hombros del clero diocesano mundial, son juzgadas como infructuosas con el correr del tiempo.

Por eso tienen un papel tan importante los sacerdotes diocesanos en nuestro Movimiento. Además, tienen que vivir hoy en medio de un mundo infectado por el paganismo. Por lo tanto, están constantemente en peligro de ser atacados por el espíritu pagano del tiempo. Es por eso que necesitamos reunirlos y traerlos aquí a nuestro santuario bajo la influencia de la querida Madre de Dios. (…) Si desde aquí, se ha de ver profundamente influenciado en la situación actual el destino de la Iglesia, entonces deberán fluir hacia fuera desde nuestro santuario, al menos otras dos grandes corrientes de gracia, todas irrigando y fructificando todo el territorio alemán y los países europeos.

Del mismo modo, aunque no tan fuerte como los sacerdotes, pero en proporciones relativamente grandes, el bien del mundo depende de la mujer. Y cualquiera que conozca el presente sabe cómo la naturaleza de la mujer ha quedado dañada hasta sus raíces más profundas y, por lo tanto, se tambalea.

Estamos ante una nueva era en la historia. Los círculos católicos más amplios ya lo reconocen. Si, como católicos, no podemos lograr apoderarnos y formar el nuevo tipo de hombre que los tiempos modernos han producido desde la invención de la máquina de vapor, entonces la Iglesia, hablando humanamente, está perdiendo a la humanidad moderna.

En la forma original en que nos educamos, el hombre nuevo, que lentamente se hace visible en el horizonte del futuro, puede ser comprendido interiormente y formado específicamente cristiano. ¿Entienden lo que quiero decir? No quiero aventurarme demasiado lejos; no quiero decir todo lo que veo y pienso; Pero quiero decir que si logramos hacer cristiano al nuevo tipo de hombre a nuestra manera y ganarlo interiormente para Dios, entonces hemos mostrado el camino para que la Iglesia guíe al mundo a Cristo en los nuevos tiempos.

Tengo la sensación de que más tarde debemos ir más adelante, como si nuestros principios y métodos educativos también fueran adecuados para dar forma al hombre de los nuevos tiempos y regalárselo a la Iglesia.

La misma ley que enfatizamos con tanta fuerza: libertad tanta como sea posible, vínculos sólo los necesarios y para ello cada vez más cultivo del espíritu es según lo veo, idónea para guiar a la humanidad moderna como la estrella de los Reyes Magos, a Belén y pararse sobre el establo hasta que todos aquellos que la han seguido se arrodillen y adoren.

 Creo que, si más tarde, los sabios expertos escriben la historia contemporánea y podemos leer en ella lo que ha sido de la pequeña planta que se ha hundido aquí en la tierra, y si percibimos que desde nuestro santuario se ha contribuido en lo esencial a la salvación del tiempo, entonces nos sorprenderá que nosotros, criaturas humanas inocentes y sencillas hayamos sido los portadores de este gran movimiento de renovación, o que desde del silencio, desde la soledad, hayamos surgido y crecido aparentemente de las mismas cosas, de acuerdo con lo que el tiempo de hoy anhela, como busca el sediento el agua fresca. No saben ustedes hasta qué punto representan ustedes mismos un nuevo tipo humano «.

18.10.1928 (Charla a las Hermanas de María)

 

Gymnich 2019

Atenta escucha

Renovación bautismal en el lugar en el que empezó todo

Un punto culminante de la santa misa en la iglesia parroquial, en la que los niños ocupan las primeras filas, es la renovación bautismal en la pila, en la que el 19 de noviembre de 1885 se bautizó a Josef Kentenich. En realidad todo comenzó aquí; todo. Aquí está el origen de la alianza de amor, en la alianza bautismal de Dios con este niño, al que muchos miraron con desprecio debido a su «defectum natalis», como también se dijo en Schoenstatt durante mucho tiempo a puerta cerrada: un niño de origen ilegítimo.

Los celebrantes se trasladan con los niños y los monaguillos a la pila bautismal y todos renuevan las promesas del bautismo.

“También en este tiempo alejado de la fe -dijo el padre Löhr en la homilía-, tenemos que cultivar la gratitud y agradecer y no olvidar que Dios conduce la historia del mundo también hoy a través de nosotros”.

Y su propuesta va probablemente más allá de esta noche, para pensar en la propia imagen en torno a la gran figura de este José Kentenich, porque como él, todos, hemos sido llamados y capacitados, en la alianza bautismal a codecidir esencialmente los destinos del mundo y la Iglesia. Verdaderamente.

 

Gymnich 2019

Original: alemán, 17.11.2019. Traducción: Paz Leiva, Madrid, España

 

Album de fotos para clickear – 16.11.2019, Gymnich

Gymnich 16.11.2019

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