COSTA RICA, Margarita Morera de Escorriola •
El pasado 16 de noviembre, en el Santuario Familia de Esperanza, un grupo de niños y niñas regalaron al padre Kentenich, un alegre canto de “cumpleaños feliz”. Con ilusión de sencillos hijos pequeños, pusieron en manos del padre, un dulce pastel, que luego compartieron como familia en fiesta.—
Y aunque el pastel estaba delicioso, el verdadero regalo que recibió el padre fundador fue la esperanza que representa cada uno de estos pequeños corazones.
Ya desde ahora, crecen de la mano de María, cobijados en el Santuario y sintiendo al padre Kentenich como el padre de todos, que está con nosotros para compartir incluso un “pedazo de pastel”.
Lo abrazan porque lo quieren
Esta alegría y sencillez de niños, que tienen la capacidad de abrazar espontáneamente al padre en su cumpleaños, nos recuerdan que el padre Kentenich es nuestro transparente del amor del buen Dios. Como bien lo expresó Laura de Llobet (una madre presente): “El padre Kentenich es familia y padre, celebramos su cumple, agradecemos profundamente su legado y renovamos nuestro compromiso con él. ¡Es que de verdad se le quiere!”.
Regalamos esperanza
Desde el santuario Familia de Esperanza, a 133 años del nacimiento del padre Kentenich, regalamos al Movimiento la esperanza de vincular muchos corazones jóvenes al Fundador.
“Entonces atraeré desde aquí los corazones jóvenes hacia mí y los educaré como instrumentos aptos en mi mano”
