Costa Rica

Publicado el 2018-09-21 In José Kentenich

¡Mami, tomémonos una foto con el padre de oro!

COSTA RICA, Michelle Ramírez •

Blanco, azul y rojo… ¡Cualquier costarricense que vea estos colores inmediatamente pensará en libertad, democracia y terruño! Plantas de café, flores tropicales, carretas típicas, más conocidas en Schoenstatt como los carros del triunfo de la Mater, racimos de plátano y cintas de esos colores. Todo eso adornó la fiesta del 197 aniversario de la independencia de Costa Rica, los cincuenta años de la partida de nuestro fundador al cielo y la bendición de la estatua del P. José Kentenich en el Santuario “Familia de Esperanza” –

¡La familia está completa!

¿Pueden imaginarse la fiesta? Niños vestidos con sus trajes típicos, puestos de comidas regionales y toldos por doquier para cubrirse del sol dorado…. Familias enteras celebrando a 30 grados de temperatura, caras de felicidad y emoción porque ya pronto podrían abrazar y contemplar la “famosa” estatua. La fiesta estaba preparada: Un desfile de banderas y símbolos para recibir al P. José Kentenich, que estaba cubierto con una tela negra amarrada con un cíngulo y, en el centro, un círculo blanco con el logo del santuario.

El asesor nacional, P. José Luis Correa, concelebró la Eucaristía con P. Francisco “Pancho” Pereira, quien visita desde Chile, y el P. Douglas Aragón, sacerdote diocesano de Schoenstatt. Unas 500 personas revivieron lo que hace poco más de un año parecía imposible: Tener un santuario filial y la estatua del P. Kentenich. ¡Ya estaba la familia completa: ¡Madre, casa y padre!

Por si fuera poco, 80 personas sellaron la alianza filial con el padre, luego de una intensa preparación, para culminar ese día tan especial.

Costa RicaUn padre de oro para la Iglesia y para los corazones jóvenes

“Una fecunda semilla familiar, ya da frutos desde la niñez… el P. Kentenich conquistando corazones jóvenes para su gran misión”, expresa Vanessa Sotela, admirada ante el gesto de Joaquín González, niño de 6 años, que le dice a su madre: “¡Mami, tomémonos una foto con el padre de oro!”. Una expresión tan genuina y tan real…. “Tenemos un padre con corazón de oro, definitivamente nuestro padre es de oro, un tesoro muy valioso que debemos seguir descubriendo”, comenta una de las jefas de rama, Charlene Ramírez.

El P. Kentenich cambió mi vida

Para Rocío Prada de Sauter fue una fiesta muy especial, incluso más que para todos los demás. Ella cuenta: “Llegó el gran día, nuestro fundador vino para quedarse con nosotros, para oírnos, guiarnos, acompañarnos, interceder por nosotros y que sepamos que tenemos un papá que nos quiere con todo su corazón. Vino para entregarnos su misión y que nosotros la llevemos a todos. Es un día muy especial para mí y mi familia. Gracias a la intercesión del P. Kentenich, yo hoy no solo puedo caminar, sino que él cambió mi vida y mi fe, aparte de la unión y solidaridad, no solo de mi familia directa, sino de toda la Familia de Schoenstatt, que ha sido lo mejor que nos ha regalado el P. Kentenich. Agradezco a Dios y pido por el escultor de la gran obra, don Juan Fernández, a quien tuve el honor de conocer junto a mi marido Rudy Sauter, porque don Juan me ha hecho conocer con mayor profundidad al P. Kentenich y me he compenetrado por las historias que me contó sobre el padre, ya que lo conoció en persona. ¡Don Juan está totalmente conectado al padre y yo quiero vivir así también!”

 

Costa Rica Estatua del Padre

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