Publicado el 2018-04-22 In José Kentenich

Schoenstatt para el siglo XXI

Si realmente creemos que el P. Kentenich era un profeta, entonces estaremos de acuerdo en que, como todos los profetas, posee una visión de los acontecimientos futuros. De la misma manera que leemos una y otra vez las profecías de los grandes profetas y las interpretamos a la luz de nuestros días, así deberíamos de hacer, de igual manera, con la vida y el testimonio de nuestro fundador, José Kentenich. —

Juan Zaforas, Madrid, España, Equipo base de schoenstatt.org •

Hace unos días, se compartió en la  Comisión base de schoenstatt.org un artículo publicado en “El País”, diario de España, sobre el tema de Big Data y el uso de datos de redes sociales para armar estrategias políticas (Cambridge Analytica, Facebook etc.). Me hizo reflexionar sobre lo que allí se decía y lo compartí. El P. José María García y Maria Fischer me animaron a profundizar más y así lo hice. Fruto de esa reflexión surgió un texto que se compartió con todo el equipo de Schoenstatt.org para buscar feedback. El título es “Schoenstatt para el siglo XXI”, creo que se lee fácil, aunque recomiendo leer varias veces para llegar al fondo del tema. Fue escrito para reflexionar  y aplicarlo a nuestro proyecto comunicacional Schoenstatt.org, pero creemos que es un tema que no se reduce a nuestro equipo y nuestro proyecto. Gracias por vuestro tiempo y compromiso responsable con la misión profética del P. Kentenich y su familia.

Schoenstatt para el siglo XXI

Si realmente creemos que el P. Kentenich era un profeta, entonces estaremos de acuerdo en que, como todos los profetas, posee una visión de los acontecimientos futuros. De la misma manera que leemos una y otra vez las profecías de los grandes profetas y las interpretamos a la luz de nuestros días, así deberíamos de hacer, de igual manera, con la vida y el testimonio de nuestro fundador, José Kentenich.

Repasemos algunos pasajes de su vida:

  • En 1912, Josef Kentenich, que se desempeñaba como profesor de latín y alemán en el Seminario Menor de los Padres Palotinos en el valle de Schoenstatt, cercano a Vallendar, es comisionado con el cargo de director espiritual del mismo.

El P. Kentenich no confía en los métodos pedagógicos que se utilizan en el Seminario y decide cambiarlos, aún a pesar de los problemas que ello le podían suponer. Su objetivo es formar personalidades firmes y libres, que vivan santamente en medio del mundo moderno, guiando a sus alumnos hacia una seria autoeducación, dándoles a la Sma. Virgen como madre y educadora.

La sociedad actual no es muy diferente a la que existía y vivó el P. Kentenich hace cien años. Han cambiado las herramientas, mucho más poderosas, rápidas y eficaces que las que había entonces (Internet, redes sociales, BigData, …), pero no ha cambiado el fondo del problema. Una sociedad desinformada, incapaz de formarse una opinión desde sus propios criterios y una falta de valores fundamentales. Veamos que pasaba en Alemania y en Europa en aquellas fechas y podremos llegar a la conclusión de que no estamos tan lejos. El P. Kentenich no era ajeno a lo que ocurría a su alrededor y decidió actuar, actuar allí donde podía y donde tenía capacidad de hacerlo, como director espiritual de un Seminario Menor de los Padres Palotinos, su trabajo y tarea diarios.

  • La primera interpretación profética nos dice que debemos actuar desde lo ordinario, desde nuestro quehacer diario, desde nuestros trabajos y tareas, tal y como hizo el P. Kentenich. Observando la realidad que nos rodea, marcando objetivos, cuestionando lo establecido si fuera necesario, modificando los métodos obsoletos y todo ello poniéndolo en manos de Dios, permaneciendo atento a la resultante creadora. Preguntémonos siempre “y ahora qué”, no demos nada por evidente, seamos críticos y fijemos nuestros objetivos.
  • Una segunda interpretación de este pasaje está en el objetivo que tenía el P. Kentenich: formar personalidades firmes y libres. Sin lugar a dudas este sería el mejor antídoto para evitar la sociedad despersonalizada que nos ha tocado vivir. Eduquemos, formemos e instruyamos a esta sociedad en ser crítica, libre, no creérselo todo, no dependiente de nada ni de nadie y mucho menos de herramientas tan sofisticadas como las que nos rodean. Preguntémonos qué hacemos en nuestro entorno respecto a la educación y formación de otros.
  • Con un grupo de jóvenes seminaristas, fundó el 19 de abril de 1914 una congregación mariana, inspirada en un modelo pedagógico muy popular dentro de la Iglesia alemana. Posteriormente, el 18 de octubre de 1914, junto a un grupo de jóvenes de la Congregación Mariana, sella una consagración, llamada Alianza de Amor, con la Santísima Virgen en una capillita situada en el jardín del Seminario y que ellos habían acondicionado como lugar de reuniones.

Este episodio es clave en el devenir de los siguientes acontecimientos y en lo que son las bases del Movimiento de Schoenstatt. Una vez que el P. Kentenich toma la decisión de actuar y se fija unos objetivos, el siguiente paso es hacer que aquellos chicos que le han sido encomendados se conviertan en una comunidad, establezcan vínculos entre ellos, compartan los objetivos, se fijen propósitos y metas. Pero la comunidad no es una comunidad cualquiera, se trata de una Congregación Mariana y culmina con una Alianza de Amor con María. Qué mejor aliada para llevar a cabo la misión emprendida.

  1. La tercera interpretación profética nos muestra que la tarea es inmensa y desde nuestra pequeñez se requiere ayuda, la primera y de la que somos herederos, es la Alianza de Amor. En la medida que la vivamos plenamente, estaremos recibiendo un buen chorro de gracias para poder llevar a cabo la tarea. Pero no olvidemos la otra parte de la visión profética. La comunidad de corazones es fundamental para lograrlo. Vivamos nuestra Alianza con María intensamente y desarrollemos vínculos en nuestra comunidad.
  • En 1919 se funda la Federación Apostólica de Schoenstattcon la intención de expandir el carisma mariano más allá de los jóvenes seminaristas palotinos. 

Poco después de finalizar la 1ª Guerra mundial, lejos de haberse agotado aquello que comenzó en el Seminario Menor en Schoenstatt, sorprende al P. Kentenich el interés despertado por hombres y mujeres que, habiendo sabido de la existencia de Schoenstatt y del P. Kentenich en el frente, se quieren sumar a esta idea. El P. Kentenich lejos de emocionarse con lo que ocurre, se muestra recelosos y precavido. Uno de estos momentos se vive en Höerde cuando ni siquiera acude al encuentro y allí surge el germen de lo que más tarde sería el Movimiento y la Federación.

  1. Cuarta interpretación profética. Hay que dejarse sorprender y confiar en Dios como niños. Hagámonos niños ante Dios y dejémonos sorprender.
  • En la década del 30, el movimiento que se estaba suscitando en torno al P. Kentenich llamó la atención del régimen nazi, al cual el P. Kentenich se opuso tenazmente desde su comienzo a través de constantes críticas. En oposición a la pedagogía de masificación social propiciada por los nacionalsocialistas, el P. Kentenich proponía una pedagogía de libertad interior y decisión personal, la cual no se adscribía ciegamente a ninguna ideología, sino que garantizaba la libertad individual y de consciencia de cada persona, a la luz de la fe y la educación mariana. 

Poco podemos añadir a lo que sucede en esta etapa. El P. Kentenich cuenta ya con una amplia comunidad, tiene una Alianza con María y tiene unos objetivos claros. Ya sólo le queda actuar aun a riesgo de lo que pueda venir, pero decide dar el salto que permita salvar a una sociedad enferma y para ello propone formar personalidades recias y libres. Repite el esquema que ya utilizó en el Seminario, pero ahora se enfrenta a una sociedad más compleja que a un grupo de jóvenes y sobre todo a una autoridad como el nacional socialismo en lugar de a sus superiores.

  1. Quinta visión profética. Los objetivos están claros desde el principio y se mantienen, los aliados son básicos, la Alianza con María y la comunidad, pero ahora hace falta mucho valor y audacia para actuar. El escenario es otro y más complejo, pero el P. Kentenich asume el riesgo, sale de su zona de confort y se enfrenta de nuevo a lo establecido. Debemos actuar con decisión y audacia, aunque ello suponga tener dificultades.
  • Tras predicar un retiro para sacerdotes, Josef Kentenich fue hecho prisionero en Coblenza en el año de 1941, y al año siguiente fue enviado al campo de concentración de Dachau. Según fuentes cercanas al sacerdote, tuvo la oportunidad de evitar su traslado al campo de concentración a través de algunas influencias, pero según su propio testimonio dado años más tarde, en su ida al Campo vislumbraba los planes de Dios para él, entregándose como prenda por la santificación de los schoenstattianos y de Alemania. Desde su visión de fe, su ida a Dachau estaba en los planes de Dios como un medio de santificación propia y santificación para su familia espiritual, la Familia de Schoenstatt. El 20 de enero de 1942, tras renunciar a la posibilidad de evitar este sufrimiento, Josef Kentenich ingresa al campo de concentración de Dachau, compartiendo el dolor de miles de judíos, prisioneros políticos, y demás personas consideradas peligrosas para el régimen de Adolf Hitler, incluyendo muchos otros sacerdotes y obispos.

Vivimos sin duda uno de los momentos más complicados de la historia del P. Kentenich y seguramente de la historia del Movimiento de Schoenstatt. Su vida estaba en juego y todos los planes se podían esfumar en un momento. El P. Kentenich ve como una voz de Dios este episodio y no hace nada por evitarlo, lo vislumbra como los planes de Dios para con él.

  1. La sexta visión profética nos plantea cómo el P. Kentenich es capaz de escuchar la voz de Dios y sus planes aún a pesar de la maldad que rodea la decisión. Esta claro que Dios se vale de cualquier circunstancia, buena o mala, para llevar a cabo los planes que tiene con cada uno de nosotros. Somos instrumentos en su mano que debemos actuar libremente, tal y como hizo el P. Kentenich, e intentar discernir cuál es el plan que Dios tiene para cada uno de nosotros. Escuchemos la voz de Dios y actuemos desde nuestra libertad tras el discernimiento.
  • La enorme influencia espiritual que el P. Kentenich fue ganando en los años posteriores al campo de concentración, así como la profundidad del vínculo que lo unía con su Fundación, comenzó a provocar incomprensiones hacia él y su obra tanto dentro de la misma como en las autoridades eclesiásticas. Los métodos pedagógicos de la espiritualidad schoenstattiana fueron puestos bajo signo de interrogación por distintas personas, debido a su contraste con las formas pedagógicas de la Iglesia anterior al Concilio Vaticano II. Si bien muchas autoridades eclesiales inclusive participaban de los retiros y la espiritualidad mariana de Schoenstatt, algunos la encontraron poco tradicional, e hicieron la petición de una visitación eclesiástica al P. Kentenich y a su movimiento. Los resultados de la visitación podrían haberse considerado como un éxito para cualquiera, puesto que aprobaba todos los contenidos y desde luego la espiritualidad del movimiento, haciendo notar simplemente que ciertos métodos pedagógicos quizás debían ser reconsiderados. La respuesta del P. Kentenich no se hizo esperar: para él, los métodos que estaban siendo puestos en duda eran precisamente los pilares de carisma del movimiento y la manera de garantizar la educación «orgánica» de la fe que él tanto buscaba. La visitación produjo una intensa correspondencia de parte del P. Kentenich a las autoridades eclesiales, resaltando la importancia de los puntos puestos en duda, y argumentando que la incomprensión de éstos era precisamente consecuencia de las fallas en la comprensión de la fe por parte de la autoridad eclesial previa al Concilio Vaticano II. Si bien, en la actualidad todas sus correcciones son admiradas, e incluso fueron consideradas en la redacción de ciertos puntos del Concilio, en su momento fueron causa de gran disgusto, y la dureza con la que Josef Kentenich se expresó de ciertos puntos ocasionaron una gran indignación de parte de algunas autoridades. La respuesta del P. Kentenich fue encontrada como desproporcionada a la simplicidad de la recomendación eclesiástica, su comportamiento crítico y energético fue tomado por algunos como un ataque, y sin ninguna argumentación, se le ordenó a Josef Kentenich separarse del Movimiento de Schoenstatt hasta que ciertos puntos fueran aclarados. La separación de su obra debía llevarse a cabo lejos de cualquiera de sus centros, por lo que fue recibido con sus hermanos palotinos en la ciudad de Milwaukee, Estados Unidos. La medida disciplinaria se convirtió en un exilio, y ciertas problemáticas prolongaron la pena por la dolorosa duración de 14 años.

Si hay algún episodio profético, sin duda es éste. El P. Kentenich a lo largo de esta etapa nos demuestra al menos dos cuestiones importantes. La primera es mantenerte en los principios que son la base de tu vida y de los objetivos fijados. Desde su libertad y aun a pesar de las consecuencias, mantiene su verdad y nada ni nadie le hace cambiarla. La segunda enseñanza que podemos sacar es la aceptación de las consecuencias de su decisión y que implica nada menos que un exilio de 14 años y la separación de su obra. Dos actitudes que nos dejan un mensaje claro de lo que es su visión profética.

  1. La séptima visión profética nos habla por tanto de mantener los principios a pesar de lo que nos pueda implicar y complicar nuestra vida. Seamos consecuentes con nuestros principios hasta el final sin pararnos en las consecuencias que pueda tener para nosotros.
  • El epitafio de su tumba, elegido por él, es una síntesis de la actitud fundamental que lo guio durante toda su vida y obra, de la intención más profunda y sincera de su corazón: «Dilexit Ecclesiam», que del latín se traduce como «Amó a la Iglesia».

Abordamos el último episodio de este repaso no exhaustivo de lo que fue la vida del fundador del Movimiento de Schoenstatt y lo terminamos con su epitafio que resume y da sentido a lo que fue su vida, Dilexit Ecclesiam. En estas dos palabras se encierra el mensaje más profético de todos los que nos dejó a través de su vida y de su obra. Nada tendría sentido si no hubiera sido hecho por amor a la Iglesia que le llevó a aceptar decisiones muy cuestionables contra él, sin que ello menoscabara su sentimiento de que todo lo hacía por la Iglesia.

  1. La octava y última visión profética tiene que ver con un amor incondicional a la Iglesia y por encima de todo. Amemos a la Iglesia por encima de todo, aunque a veces no compartamos con ella todas sus decisiones.

Reuniendo las 8 voces proféticas que nos han surgido, tenemos el siguiente esquema de trabajo:

  1. Preguntémonos siempre “y ahora qué”, no demos nada por evidente, seamos críticos y fijemos nuestros objetivos.

  2. Preguntémonos qué hacemos en nuestro entorno respecto a la educación y formación de otros.

  3. Vivamos nuestra Alianza con María intensamente y desarrollemos vínculos en nuestra comunidad.

  4. Hagámonos niños ante Dios y dejémonos sorprender.

  5. Debemos actuar con decisión y audacia, aunque ello suponga tener dificultades.

  6. Escuchemos la voz de Dios y actuemos desde nuestra libertad tras el discernimiento.

  7. Seamos consecuentes con nuestros principios hasta el final sin pararnos en las consecuencias que pueda tener para nosotros.

  8. Amemos a la Iglesia por encima de todo, aunque a veces no compartamos con ella todas sus decisiones.

Revisando estas ocho actitudes con relación a nuestra vida, la vida de nuestro grupo, la de nuestra comunidad, de nuestros proyectos, por ejemplo schoenstatt.org, podemos ver si estamos alineados o no con la visión profética de nuestro padre fundador y ello nos permitirá actualizar lo fundamental al tiempo que nos ha tocado vivir. El siglo XXI de Schoenstatt.

Schoenstatt para el siglo XXI – Juan Zaforas, Equipo base schoenstatt.org (pdf)

Etiquetas: , , , , , , ,

4 Responses

  1. Isto não são profecias, apenas percistência.

  2. Fernando Besser Mahuzier dice:

    Hace unos 10 años, tuve la alegría de compartir con el P.Gunther Boll, te en mi casa, junto a otras visitas de alto rango chilenas. Fue un honor. Había preparado unas preguntas, la primera fue: “Para mi nuestro Padre fue un profeta -esas personalidades existencialmente conectadas con Dios que saben leerlo, incluso a veces sin enteder los hechos y promesas a cabalidad; fue, también, un papá quien se acercaba se sentía empáticamente acogido desde toda eternidad y además recibía una manzana, un chocolate o algún regalo que lo hacía feliz. Mi pregunta fue si además era un genio …como Einstein. La respuesta fue caregóruca: ¡SI ! …dos ejemplos de testimonios vividos lo mostraron en la vida concreta con una capacidad total personal y empátca y una memoria y lógica sobresaliente en las conferencias de Que surja el Hombre Nuevo.

  3. Miguel Angel Rubio dice:

    Excelente el artículo, que contempla y estructura de manera muy acertada el análisis del carisma profético del P. José Kentenich.
    Personalmente le añadiría una visión profética más a las otras ocho: la confianza y la victoria. No en vano y de manera recurrente el P. Kentenich utiliza la expresión «mphcev» (Mater perfectam habebit curam et victoriam). La confianza basada en la Fe práctica en la Divina Providencia lleva siempre al P. Kentenich a la victoria.
    Esta victoria la podemos encontrar, entre otros, en los siguientes acontecimientos:
    1. Hörde. Después de la Primera Guerra Mundial y con el riesgo de que la Congregación Mariana que había fundado se deshiciera, no sólo se mantiene sino que trasciende y se amplía fuera del ámbito pallotino con la Organización Externa. María triunfa.
    2. La liberación del campo de concentración de Dachau. El fundador (y Schoenstatt) sobrevive a la persecución del nazismo. María vuelve a vencer.
    3. La rehabilitación por parte de la Iglesia tras 14 años de exilio. Otra prueba más de la victoria, tras perseverar en la fidelidad.
    El 7 de septiembre de 1968, poco antes de su muerte, escribió a la Familia de Schoenstatt donde dice «… con María, alegres en la esperanza y seguros de la victoria, hacia los tiempos más nuevos».
    La victoria es algo esencial en un profeta. Quien no cree en la victoria tiene la batalla perdida.

  4. María del Rosario Pallás dice:

    Hola. Me gusta creer en él. ¡Cierto! En toda elaboración de mito sucede algo como lo que se plantea. La trascendencia y supervivencia de una personalidad valiosa se fundamenta en la existencia de seguidores. El efecto multiplicador es necesario. Yo sólo necesitaría saber en qué consiste esa pedagogía de hace 100 años. ¿Hablaba él de profecías o queremos que sea un profeta tras ese tiempo, y para este tiempo? Mychas Gracias

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *