Publicado el 2015-02-12 In José Kentenich

Siguiendo las huellas del padre fundador en Limburgo…

ALEMANIA, Wolfgang Fella. Durante ya el séptimo fin de semana espiritual en la casa de las familias en Schoenstatt se inició nuevamente la búsqueda de huellas. Esta vez el foco se centró en la estadía de José Kentenich en Limburgo (ciudad ubicada a unos 50 km de Schoensatt) es decir, el tiempo desde 1904 hasta 1911. Y como es habitual en esta clase de eventos se contó con la participación de verdaderos expertos y se dejó que lugares importantes causaran una impresión propia. Pero antes de regresar a los tiempos antes de 1914 se tomó primero el año de fundación como tema de inicio. Haciendo una retrospectiva a la fiesta jubilar del otoño pasado, las muchas historias y experiencias profundas que compartieron los participantes de las diferentes diócesis, hicieron vivir nuevamente éste evento del siglo.

Los escalones en un momento difícil

El sábado por la mañana se contó con la presencia de la hermana M. Anngard Blum nacida en la región de Limburgo. Como ecónoma provincial de las Hermanas de María, ella tenía mucho que contar acerca de la vida de José Kentenich y su estadía en Limburgo. A través de imágenes comparativas ilustró los duros años de lucha y lucha interior desde el noviciado en 1904 hasta la ordenación en 1910. Ella describió Limburgo como el árbol en cuya corona se abrió como un nido para José Kentenich -un capricho afortunado del destino- la Comunidad de Apostolado Católico de los palotinos. La hermana Anngard continuó con la descripción de algunos pasajes de la vida de José Kentenich como rocas que en determinado momento podrían haber destruido totalmente su desarrollo, rocas que él -debido a la soledad y a una profunda necesidad interna- convirtió en peldaños, construyendo así una escalera muy poderosa. Con un estilo animado para sus oyentes, la hermana revivió el tiempo del noviciado. Recurriendo a frases del fundador y a testigos de la época recordó importantes etapas de la vida de José Kentenich y los pasos de desarrollo hasta su ordenación sacerdotal el 8 de julio de 1910, meta que por cierto solo alcanzó después de atravesar senderos muy difíciles.

Siguiendo huellas por los lugares del noviciado y la ordenación

Luego viajaron todos hasta Limburgo, hasta la casa de misiones de los palotinos, lugar donde se llevó a cabo la ordenación sacerdotal de José Kentenich. Posteriormente, el grupo pudo celebrar una misa en la llamada capilla de la Virgen, dicha capilla exteriormente se parece al santuario original, pero ya dentro se hacen visibles algunas diferencias, que no pasaron desapercibidas ante los ojos sorprendidos  de algunos participantes.

Después continuó la visita por el hermoso casco viejo de la ciudad y finalmente se tuvo la oportunidad de realizar una visita guiada muy interesante y animada por la catedral. Un poco cansados y con muchas experiencias nuevas retornó el grupo a la casa de las familias donde concluyeron el día pasando un buen rato en un restaurant típico.

Santidad, compromiso, misión y ahora ¿qué más sigue?

Y para concluir el fin de semana se cierra el círculo, retornando nuevamente a la fiesta del jubileo. A la luz de éste nuevo conocimiento: el tiempo difícil que pasó el P. Kentenich en su estadía en Limburgo, se reconsideran las palabras de envío del padre Heinrich Walter pronunciadas en octubre del 2014.

¿Cómo elijo el camino de la santidad, cómo vivo compromisos auténticos y sólidos y cómo debo tomar una decisión misionera? estas son las preguntas muy personales a los participantes, así como también su trascendencia a las familias de Schoenstatt en toda Alemania. Como un regalo especial y para finalizar, se realizó una misa en el santuario original con el padre Bernhard Schneider. Su oferta espiritual junto a la de la hermana M. Vernita Weiss ha entusiasmado nuevamente a todos los presentes y les ha permitido ganar nuevos conocimientos sobre la vida de José Kentenich. La búsqueda de sus huellas continuará el próximo año: ya sea en “el lugar de los hechos, a la vuelta de la esquina” o tal vez algún día en Belmonte o incluso hasta en Milwaukee. Claro que para esto, un solo fin de semana resultaría demasiado corto…

Original: alemán. Traducción: Gilka Aranibar, Hanover, Alemania

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ALEMANIA, Wolfgang Fella. Durante ya el séptimo fin de semana espiritual en la casa de las familias en Schoenstatt se inició nuevamente la búsqueda de huellas. Esta vez el foco se centró en la estadía de José Kentenich en Limburgo (ciudad ubicada a unos 50 km de Schoensatt) es decir, el tiempo desde 1904 hasta 1911. Y como es habitual en esta clase de eventos se contó con la participación de verdaderos expertos y se dejó que lugares importantes causaran una impresión propia. Pero antes de regresar a los tiempos antes de 1914 se tomó primero el año de fundación como tema de inicio. Haciendo una retrospectiva a la fiesta jubilar del otoño pasado, las muchas historias y experiencias profundas que compartieron los participantes de las diferentes diócesis, hicieron vivir nuevamente éste evento del siglo.

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