PAPA FRANCISCO •
«Me dan miedo los cristianos que no caminan y se encierran en su propio nicho. Es mejor proceder rengueando, cayendo a veces, pero confiando siempre en la misericordia de Dios, que ser ‘cristianos de museo’, que temen los cambios y que, una vez que recibieron un carisma o una vocación, en vez de darse al servicio de la eterna novedad del Evangelio, se defienden a sí mismos y sus propios cargos.»
Un mensaje fuerte del Papa Francisco, en la línea del Documento de Aparecida y del gran programa de su Papado, Evangeli Gaudium. Iglesia en Salida, Schoenstatt en Salida: como cada gran expresión de un deseo, de un ideal, de un compromiso, corre peligro de vaciarse de lo real, de lo concreto, y convertirse en puro eslogan, repetido como el «Amén» al fin de una predica o el «todos volvieron felices a casa» al fin de cierto tipo de artículos de Schoenstatt.
«En salida» o: Cuando las palabras dejan de interpelarnos, dejan de servir.
Cuando las palabras dejan de interpelarnos, dejan de servir. Por eso hace tan bien escuchar «Iglesia en salida» en palabras tan claras y concretas como las del Papa Francisco del 23 de junio que nos muestran cómo y en que situaciones está en riesgo la novedad de un carisma por el miedo nuestro por poder, cargos y la tentación de guardarlo en un museo.
Lo dijo el 23 de junio, cuando recibió a los participantes en la 75 Convención Internacional de la asociación de laicos, que inspira su nombre en San Junípero Serra, provenientes de varias partes del mundo, con motivo del encuentro celebrado en Roma, con el lema “Siempre adelante. El coraje de la vocación”.
“Con la alegría del Evangelio y la audacia de la misión cristiana -expresó el Papa- se han reunido para redescubrir el sentido de toda vocación cristiana: ofrecer la propia vida como don, ‘ungiendo’ a los hermanos con la ternura y la misericordia de Dios”.
