Publicado el 2015-12-04 In Francisco - Mensaje

El Papa Francisco en Uganda: “El mundo ve a África como el Continente de la Esperanza”

EL PAPA FRANCISCO EN ÁFRICA, por Sarah-Leah Pimentel •

El Papa Francisco llegó a Uganda el viernes 27 de noviembre. Según el periódico ugandés, The Observer, el Pontífice recibió una “calurosa bienvenida de los ugandeses que atestaron el aeropuerto internacional de Entebbe para recibirlo”. De acuerdo con el informe, también lo recibieron con una salva de 21 cañonazos y un grupo de danza “proporcionó el entretenimiento bailando varias danzas culturales incluyendo la danza Kiganda, Runyege, Kinywarwanda e interpretando toda clase de instrumentos musicales autóctonos, makondele, madinda entre otros”.

El Papa felicita a Uganda por acoger a refugiados

Poco después de su llegada, se reunió con el Presidente de Uganda, Yoweri Museveni , y otros miembros de la elite gobernante, Francisco felicitó a Uganda en particular, por su “preocupación excepcional por acoger a los refugiados, para que puedan reconstruir sus vidas con seguridad y con el sentido de la dignidad que proporciona el ganarse el sustento mediante un trabajo honrado”. Uganda tiene una tradición por crear espacios para refugiados de los países vecinos y más recientemente desde Burundi, donde la situación política está empeorando día a día de forma alarmante. ChimpReports informa que Uganda ha recibido cerca de 15.000 refugiados, muchos de ellos niños.

Los mártires de Uganda muestran la importancia de la fe en la vida de un país

El Papa destacó el rol de los mártires de Uganda, asesinados en el siglo XIX por profesar su fe cristiana: son verdaderos “héroes africanos” y son un llamado de atención sobre “la importancia que la fe, la rectitud moral y el compromiso con el bien común ha jugado y continúa jugando en la vida cultural, económica y política de este país”.

Sus “altos ideales”, dijo el Papa Francisco, sirven de ejemplo para que los líderes aseguren “un buen y transparente gobierno, desarrollo humano integral, una amplia participación en la vida nacional, así como una sabia y justa distribución” de los recursos del país.

Esta declaración se refiere a la manera de cómo Uganda se prepara para las elecciones del 2016 y la esperanza de muchos ugandeses por una transición pacífica del poder, pese a que el Presidente Moseveni ha estado en el cargo durante casi 30 años.

El Papa dijo que “el mundo mira a África como el continente de la esperanza” y su breve visita tenía también “la intención de llamar la atención sobre África como un todo, sus promesas, sus esperanzas, sus luchas y sus logros”.

Texto completo del discurso del Santo Padre a las autoridades civiles de Uganda

Señor Presidente,
Miembros del Gobierno,
Distinguidos Miembros del Cuerpo Diplomático,
Hermanos Obispos Señoras y Señores:

Les agradezco su amable bienvenida; me siento feliz de estar en Uganda. Mi visita a su país está orientada, sobre todo, a conmemorar el quincuagésimo aniversario de la canonización de los mártires de Uganda por mi predecesor, el Papa Pablo VI. Aunque espero que mi presencia aquí sea vista también como un signo de amistad, aprecio y aliento a todo el pueblo de esta gran nación.

Los mártires, tanto católicos como anglicanos, son verdaderos héroes nacionales. Ellos dan testimonio de los principios rectores expresados en el lema de Uganda: «Por Dios y mi país». Nos recuerdan el papel fundamental que ha tenido y sigue teniendo la fe, la rectitud moral y el compromiso por el bien común, en la vida cultural, económica y política de este país. También nos recuerdan que, a pesar de nuestros diferentes credos y convicciones, todos estamos llamados a buscar la verdad, a trabajar por la justicia y la reconciliación, y a respetarnos, protegernos y ayudarnos unos a otros como miembros de una única familia humana. Estos altos ideales son especialmente importantes en hombres y mujeres, como ustedes, que han de garantizar una buena y transparente gestión pública, un desarrollo humano integral, una amplia participación en la vida nacional, así como una distribución racional y justa de los bienes que el Creador ha otorgado con abundancia a estas tierras.

Mi visita pretende también llamar la atención sobre África en su conjunto, sus promesas, sus esperanzas, sus luchas y sus logros. El mundo mira a África como al continente de la esperanza. En efecto, Uganda ha sido bendecida por Dios con abundantes recursos naturales, que ustedes tienen el cometido de administrar con responsabilidad. Pero, sobre todo, la nación ha sido bendecida en su gente: sus familias fuertes, sus jóvenes y sus ancianos. Espero con alegría reunirme mañana con los jóvenes, para dirigirles palabras de aliento y desafío. Qué importante es ofrecerles esperanza, oportunidades de educación y empleo remunerado y, sobre todo, la oportunidad de participar plenamente en la vida de la sociedad. Pero también quisiera mencionar la bendición que ustedes tienen en las personas mayores. Ellas son la memoria viva de todos los pueblos. Siempre hay que valorar su sabiduría y experiencia como una brújula que consiente a la sociedad encontrar la dirección correcta para afrontar los desafíos del presente con integridad, sabiduría y previsión.

Aquí, en África del Este, Uganda ha mostrado una preocupación excepcional por acoger a los refugiados, para que puedan reconstruir sus vidas con seguridad y con el sentido de la dignidad que proporciona el ganarse el sustento mediante un trabajo honrado. Nuestro mundo, atrapado en guerras, violencia, y diversas formas de injusticia, es testigo de un movimiento de personas sin precedentes. La manera como los tratamos es una prueba de nuestra capacidad de humanidad, de nuestro respeto por la dignidad humana y, sobre todo, de nuestra solidaridad con estos hermanos y hermanas necesitados.

Aunque mi visita sea breve, deseo seguir alentando los muchos esfuerzos que de modo discreto se están realizando en favor de los pobres, los enfermos y todos los que pasan dificultad. En estos pequeños signos se manifiesta el alma verdadera de un pueblo. En muchos sentidos, nuestro mundo experimenta hoy un crecimiento armónico; al mismo tiempo, sin embargo, vemos con preocupación la globalización de una «cultura del descarte», que nos hace perder de vista los valores espirituales, endurece nuestros corazones ante las necesidades de los pobres y roba la esperanza a nuestros jóvenes.

Con el deseo de encontrarme con ustedes y compartir este tiempo junto, pido a Dios que usted, Señor Presidente, y todo el querido pueblo de Uganda, respondan siempre a los valores que han forjado el alma de su nación. Invoco de todo corazón sobre todos ustedes las abundantes bendiciones del Señor.

Mungu awabariki! (Que Dios los bendiga).

Fuentes: www.vatican.va, The Observer, Chimpreports

Original: Inglés. Traducción: Carmen M. Rogers, Santiago de Chile

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