Publicado el 2016-03-25 In Francisco - iniciativas y gestos

Un gesto de paz

FRANCISCO EN ROMA •

El papa Francisco lavó los pies a 12 refugiados: tres musulmanes, un hindú, tres cristianas coptas y cinco católicos (cuatro hombres y una mujer), lo hizo durante la misa de la Cena del Señor que celebró este jueves santo por la tarde en el Centro de Acogida para los Solicitantes de Asilo (CARA por sus siglas en italiano) de Castelnuovo di Porto, en las afueras de Roma, donde son acogidos 892 refugiados, de los cuales 554 son musulmanes, 337 cristianos y dos hindúes.

La misa se celebró en el patio externo del complejo y participaron también dos clérigos musulmanes, un imán que se ocupa del centro de refugiados y otro de una ciudad vecina.

El su homilía el Santo Padre señaló dos gestos: “Jesús que sirve, que lava los pies, él que era el jefe le lava los pies a los suyos, a los más pequeños, un gesto”. Y otro “el de los enemigos de Jesús, de aquellos que no quieren la paz con Jesús, que toman el dinero con el que lo traicionan, las 30 monedas”.

Y señaló que también hoy hay dos gestos: aquí “todos nosotros juntos, musulmanes, hindúes, católicos, coptos, evangélicos, hermanos, hijos del mismo Dios, que queremos vivir en paz, integrados, un gesto”. Y de otro lado “tres días atrás, un gesto de guerra, de destrucción, en una ciudad de Europa, gente que no quiere vivir en paz”.

Así “detrás de ese gesto, como detrás de Judas estaban quienes habían dado el dinero para que Jesús fuese entregado; detrás de ese otro gesto están los traficantes de armas que quieren la sangre, no la paz, que quieren la guerra, no la fraternidad”.

“Ustedes, nosotros, todos juntos –prosiguió el Santo Padre- tenemos diversas religiones, diversas culturas, pero somos hijos de un mismo Padre, hermanos”. Y explicó que “cuando yo haré el mismo gesto de Jesús, de lavar los pies a los doce, todos nosotros hacemos el gesto de la fraternidad y todos nosotros decimos, somos diversos, somos diferentes, tenemos diversas culturas y religiones, pero somos hermanos y queremos vivir en paz. Y este es el gesto que yo hago con ustedes”.

Francisco recordó que “cada uno de nosotros tiene una historia encima, cada uno de ustedes tiene una historia encima. Tantas cruces y tantos dolores, pero también tienen un corazón abierto que quiere la fraternidad”.

Por ello pidió: “Cada uno en su lengua religiosa rece al Señor para que esta fraternidad se contagie en el mundo, para que no hayan más las treinta monedas para asesinar al hermano y para que siempre haya fraternidad y bondad”.

Al despedirse, el Papa saludó una por una a las 892 personas acogidas en el centro y renovó su exhortación a vivir como hermanos:

«Ahora los quisiera saludar uno por uno, con todo el corazón le agradezco. Y sólo recordemos y hagamos ver que es hermoso vivir juntos como hermanos, con culturas, religiones y tradiciones diferentes: pero somos todos hermanos. Y ello tiene un nombre: ¡paz y amor! ¡Gracias!»

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Texto completo de la prédica (gracias a Radio Vaticano):

«Los gestos hablan más que las imágenes y las palabras. Los gestos… Hay, en esta Palabra de Dios que hemos leído, dos gestos: Jesús que sirve, que lava los pies… Él, que era el ‘jefe’, lava los pies a los otros, a los suyos, a los más pequeños. Un gesto.

El segundo gesto: Judas que va donde los enemigos de Jesús, aquellos que no quieren la paz con Jesús, a recoger el dinero con el que lo ha traicionado, las 30 monedas. Dos gestos. También hoy, aquí, hay dos gestos: éste, todos nosotros, juntos: musulmanes, hindúes, católicos, coptos, evangélicos, pero hermanos, hijos del mismo Dios, que queremos vivir en paz, integrados. Un gesto.

Hace tres días, un gesto de guerra, de destrucción en una ciudad de Europa, de gente que no quiere vivir en paz. Pero detrás de ese gesto, así como detrás de Judas había otros. Detrás de Judas estaban los que dieron el dinero para que Jesús fuera entregado. Detrás de ese gesto, están los fabricantes, los traficantes de armas que quieren sangre, no quieren la paz; que quieren la guerra, no la hermandad.

Dos gestos, el mismo Jesús que lava los pies, Judas que vende a Jesús por dinero. Ustedes, nosotros, todos juntos, diversas religiones, diversas culturas, pero hijos del mismo Padre, hermanos. Y allá, pobrecitos ellos, que compran las armas para destruir la hermandad.

Hoy, en este momento, cuando haré el mismo gesto de Jesús de lavar los pies a doce de ustedes, todos estamos haciendo el gesto de hermandad y todos decimos: somos diferentes, tenemos diferentes culturas y religiones, pero somos hermanos y queremos vivir en paz.

Y éste es el gesto que yo hago con ustedes. Cada uno de nosotros tiene una historia encima, cada uno de ustedes tiene una historia encima. Tantas cruces, tantos dolores; pero también tiene un corazón abierto que quiere la hermandad. Cada uno, en su lengua religiosa, rece al Señor para que esta hermandad se contagie en el mundo, para que ya nunca haya 30 monedas para matar al hermano, para que siempre haya hermandad y bondad. Así sea.»

 

Fuente: VIS/Aica/RV

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