Publicado el 2013-07-21 In Francisco - iniciativas y gestos

Nunca me he sentido tan Iglesia dentro de la Alianza solidaria

mda. “La primera encíclica de Francisco”: así se llama a la visita de Francisco a la isla siciliana de Lampedusa, el 8 de julio de 2013. Una visita llena de palabras y gestos tan sencillos como claros y proféticos. “Creo que nunca me he sentido tan Iglesia dentro de la Alianza solidaria”, dijo María Paz Leiva, de Madrid.

Pero me gustaría que nos hiciésemos una tercera pregunta:

“¿Quién de nosotros ha llorado por este hecho y por hechos como éste?”.

¿Quién ha llorado por la muerte de estos hermanos y hermanas?

¿Quién ha llorado por esas personas que iban en la barca?

¿Por las madres jóvenes que llevaban a sus hijos?

¿Por estos hombres que deseaban algo para mantener a sus propias familias?

Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia de llorar, de “sufrir con”: ¡la globalización de la indiferencia nos ha quitado la capacidad de llorar!

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Francisco en Lampedusa, con sus palabras y gestos, abrió dimensiones profundas de la alianza solidaria, que es algo muy de schoenstatt.org – sea con santuarios afectados por inundaciones como Lourdes, sea con países y sus pueblos afectados por terremotos, sea con miembros de nuestra familia de Schoenstatt que sufren enfermedades, momentos de dolor y de injusticia, sea con los pobres, los inmigrantes, los sin techos, los niños de la calle…  Lampedusa mostró una dimensión más profunda: Alianza solidaria es oración, son donaciones, es ayuda concreta para construir casas sencillas para familias pobres en Paraguay o ir al encuentro de las personas en la calle como en el proyecto Encuentro en Madrid. Y es algo más: es lo que Francisco destacó el 8 de julio en Lampedusa y que tal vez sea el «alma» de la alianza solidaria: dejarse tocar, mover por el dolor ajeno… hacerlo suyo y así hacerlo solidario…

Vida real “en comunión con la visita del Papa Francisco a Lampedusa”

Fue noticia en los diarios del mundo: después de escuchar las palabras de Francisco a seminaristas y novicios el 6 de julio, donde habló de sentirse mal al ver a sacerdotes con los smartphones más nuevos y autos más lujosos, un sacerdote en Colombia vendió su Mercedes de lujo.

El 18 de julio en la ciudad italiana de Módena, en la iglesia de la Pomposa, se celebró una vigilia de oración por las víctimas de la emigración. La vigilia fue organizada por la diócesis de Módena-Nonantola, “en comunión con la visita del Papa Francisco a Lampedusa”. Durante esa visita a esa isla, el Santo Padre había dicho: “Pedimos perdón por la indiferencia hacia tantos hermanos y hermanas, te pedimos, Padre, perdón por quien se ha acomodado y se ha cerrado en su propio bienestar que anestesia el corazón, te pedimos perdón por aquellos que con sus decisiones a nivel mundial han creado situaciones que llevan a estos dramas”.

“Acogiendo el espíritu de perdón y de compasión del Papa Francisco -dice un comunicado de la diócesis- invitamos a todos los ciudadanos, modeneses e inmigrantes, a rezar por las víctimas de las travesías de la esperanza en el mar Mediterráneo y en las otras vías que recorren tantas personas que huyen de la guerra, de las persecuciones, de las discriminaciones y de las catástrofes del medio ambiente”. Un paso sencillo, pero un paso enorme. Es la fuerza plasmadora, no solo «entusiasmadora» de los  palabras y gestos de Francisco. Surge algo concreto, algo real, algo visible, palpable. Se repite el misterio de Nazaret. Es el Espíritu Santo.

Concretizando la alianza de amor

Con su prédica en Lampedusa, Francisco está “abriendo nuestros pequeños horizontes y concretizando la Alianza de Amor”, comentaba Tita Andras.

“Es realmente un mensaje que provoca y que conmueve. Lamentablemente, la situación de inmigrantes muriendo, ocurre día a día en las fronteras de México y Estados Unidos y justo por las mismas razones”, dice Celina Garza, de San Antonio, Texas. “Seres humanos buscando una vida mejor para sí mismos y sus familias. La oración del Santo Padre pidiendo perdón debe ser la nuestra también…”. Marilyn Pfeiffer de Paradise, Texas, complementa: “¿Cómo podemos ayudar? Siento la miseria de los inmigrantes mexicanos en nuestro país, los muchos que trabajan tan duro y para ganar tan, tan poco…”.

“Nos hace ver la realidad que estamos viviendo y que debemos superar centrados en la alianza solidaria”, dice Agda Grupe, de Argentina.

No va más el “no te metas”

“Realmente me llegó al corazón”, escribe Rosita Ciola, misionera de la Campaña de la Virgen Peregrina en Argentina. “Siento que es un llamado a todos los hombres del mundo: no va más el «no te metas» ¡¡¡Hay que involucrarse!!! Hay que salir de nuestros cascarones y mirar un poco más lo que pasa a nuestro alrededor. Hay que sentirse responsable de cada hermano que sufre atropellos, que es sometido a abusos, a injusticias. No importa si lo que podemos hacer es pequeño o grande, lo importante es hacerlo; sólo así estaremos trabajando por un mundo nuevo, un mundo fraterno, esto es lo que nos pide nuestro Papa, tenemos que ser artífices del mundo que queremos vivir y del mundo que le dejaremos a nuestros hijos y a nuestros nietos. Acompañemos al Papa Francisco con nuestras oraciones y también con nuestros actos porque la misión que Dios le ha confiado es demasiado grande. Claro que voy a ser transmisora de este mensaje, siento la necesidad de hacerlo y también un enorme compromiso moral…”. Fue en estos días que Rosita Ciola se ha hecho “promotora” de la iniciativa de financiar casas sencillas para familias que viven en la calle en Paraguay…

Don Joao Pozzobon decía en 1965, al finalizar el Concilio Vaticano II estas palabras que hoy resuenan muy actuales:
«Agradezco a Dios por el hecho de existir en este tiempo de grandes acontecimientos de la Santa Iglesia. Si el Santo Padre y los Obispos han tenido el coraje de mover el mundo entero, ¿yo voy a quedarme aquí parado? ¡NO! Así veo mi tarea. A través de la Madre y Reina, Dios ha querido que yo me encuentre con el pueblo humilde, dándole también una oportunidad y abriendo caminos a nuestros sacerdotes.»

Cultura de alianza

El autor del libro “El santo social”, Dr. Carlos Eduardo Ferré de la Federación de Familias en Argentina, dice: “Creo que el significado que tiene que el primer viaje del Papa haya sido para solidarizarse con los que sufren, no sólo por tener que emigrar de sus países sino por ser rechazados por los países hacia los que se dirigen, es un cuestionamiento que no sólo nos atañe a nosotros sino a la Comunidad Internacional.

En lo que a nosotros concierne coincido también que tiene todo que ver con nuestra propuesta de una cultura de la alianza. Es un desafío para los miembros de nuestro Movimiento que en general ocupamos un lugar en la sociedad desde donde se puede intentar cambiar esta realidad no sólo con paliativos sino con una acción profética de la misma magnitud que cuando defendemos la vida por nacer. Hacernos cargo de esta realidad también es defender la vida y puede ser que cuando nos encontremos al lado de otros hombres y mujeres de buena voluntad que compartan la causa de estos refugiados sociales y políticos, nos comprendan más en nuestros desvelos por la vida no nacida”.

Cuando Francisco habla de la globalización de la indiferencia, vamos con y por él, a la globalización de la alianza solidaria…

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mda. “La primera encíclica de Francisco”: así se llama a la visita de Francisco a la isla siciliana de Lampedusa, el 8 de julio de 2013. Una visita llena de palabras y gestos tan sencillos como claros y proféticos. “Creo que nunca me he sentido tan Iglesia dentro de la Alianza solidaria”, dijo María Paz Leiva, de Madrid.

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