CHILE, Gonzalo Díaz y Barbara Brain •
“Te invitamos con mucha esperanza a movilizarnos unidos en este Pentecostés. En momentos tan cruciales de la Iglesia, queremos pedirle al Espíritu Santo que nos renueve con su luz, calor y fuerza y nos haga testigos creíbles del evangelio.” —
Con este llamado, simple y directo, desde un pequeño grupo de miembros del Movimiento de Schoenstatt chileno, se inició un reguero de entusiasmo en múltiples círculos de nuestra alicaída Iglesia chilena. Golpeada por los casos de abusos de distintos consagrados, y, peor aún, por una política de encubrimiento de las autoridades eclesiales extendida por años, la deserción y desilusión de miembros de la Iglesia se hizo potente, patente y muy amplia.
Pero el corazón de la fe, en una gran mayoría, seguía latiendo, con mayor o menor fuerza. Esa llamita fue la que impulsó el llamado. ¿Por qué no hacemos algo para reencender la fe en nuestra Iglesia? ¿Y qué podemos hacer nosotros…? Una conversación más, como seguramente ya hubo muchas, se concretó en un llamado telefónico a otro y a otro y a otro de distintos movimientos, instituciones, parroquias, etc; y el llamado a manifestarnos públicamente se convirtió en un gran “¡SÍ, yo voy!»
En la calle, en el centro de la ciudad
Confiamos que este sábado 8 de junio, vigilia de Pentecostés, muchos cristianos nos reunamos para un acto de oración e imploración, de perdón y esperanza, en el centro de la ciudad, para contagiarnos nuevamente por la alegría del mensaje verdadero del evangelio, ese que no impone normas, sino un solo mandato de amor. Cristo vive y supera la muerte, todo tipo de muerte.
Con mucho cariño
P. Raniero Cantalamessa
Si es la voluntad de Dios, mañana se dará un pequeño paso hacia la redirección de una Iglesia renovada y reanimada. Si eso no pasa, es que habrá otras instancias y oportunidades más adelante. Lo que suceda a futuro, es y será tarea exclusiva del Espíritu Santo, que habrá escogido a sus nuevos apóstoles para esta nueva etapa de la Iglesia.
Gran iniciativa de Iglesia unida. El Espíritu Santo está muy presente en estos momentos. Su irrupción es fundamental y siempre está cuando su Iglesia lo necesita. Magnanimidad que lleva a la Unidad a través de los vinculos.