CHILE, cmr. Recibimos autorización expresa para la publicación de esta crónica en schoenstatt.org. Miles de personas llegaron en la tarde del 30 de julio para participar en la marcha por los Valores de la Familia. “Viento, lluvia y luego 15.000 manifestantes. La mano de Dios se ha hecho presente”.
Los medios dicen que éramos mil, dos mil o más de cinco mil. Los enemigos de la familia y el matrimonio las han emprendido contra nosotros en la web con calumnias e insultos, porque saben que fue un testimonio imborrable.
Dios ha estado con nosotros -como siempre lo está- y estamos alegres. En el fondo somos siempre victoriosos, nada más que tenemos pereza de salir a proclamarlo a los 4 vientos. Bendito sea Dios, por la valentía de todos. Estoy seguro que la mano de Dios se ha hecho presente clarísimamente: viento, lluvia y luego 15.000 manifestantes. Este triunfo ha hecho crecer la moral de los chilenos a favor de la vida y la familia. Este ha sido un hito importantísimo, un punto de inflexión para Transformar a Chile.
Al menos no llueve…
Llegué a las 3 de la tarde: parecía que sería otra típica marcha de «conservadores» por el bajo número de asistentes. Al principio apenas llenábamos el espacio inicial. Me tuve que ir a recoger a mis hijas y volví a las 3:45. Me encontré a un amigo y ya había crecido bastante, pero no lo suficiente.
Mi amigo, que sabe de movilizaciones y marchas, me dijo «lo encuentro poco». Para ese momento le dije: yo estoy sorprendido pues pensé que iban a ser menos. Entonces, mi amigo calculaba un poco más de dos mil. El frío no ayudaba, el viento menos, pero al menos, pensábamos, no llueve.
Sin embargo seguía llegando gente y la marcha se aprestaba a arrancar. Comentábamos: “aunque no seamos multitudes vale la pena manifestarse”.
Para ese instante llegó una contra manifestación del movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh). La intención era clara: intimidar, ofender y provocar; pues de este lado había familias, niños y muchos cristianos.
La marcha empezó…
La marcha empezó y se tomó la Alameda vereda norte. Parecía temerario: una marcha por la Alameda desde Plaza Italia hasta La Moneda por el tamaño, por el ancho de la calle… Difícil llenarla…
Sin embargo, en ese momento pasaron dos cosas: empezó a llover cada vez más fuerte pero la gente incluyendo niños no se iban… Seguía ahí.
Y lo segundo y más sorprendente: empezó a crecer la marcha de forma impresionante… Al llegar a la Universidad de Chile decidimos detenernos para apreciar y no lo podíamos creer… eran 10 calles de marcha llena, con lluvia y todo, más de 15.000.
No recuerdo en Chile una marcha por temas valóricos como vida, familia, con esa cantidad de gente. En la marcha que hace semanas se había realizado a favor del “matrimonio” homosexual había 12.000 y ese día no había llovido…
Una periodista que estuvo en ambas marchas me dice que la marcha de hoy había sido ligeramente más numerosa que la de los que piden “matrimonio” homosexual… Y eso que en nuestra marcha no había asistido ni convocado gente de la farándula, ex ministros de estado y personajes públicos…
Una colaboración interconfesional
Y finalmente otra cosa llamativa… En la marcha de hoy era evidente la presencia de católicos y evangélicos… Una colaboración inter confesional ejemplar.
A los que fueron: que experiencia tan impactante que hemos podido vivir… La mano de Dios se notó.
Y a quienes no fueron, no saben de lo que se perdieron… se perdieron la oportunidad de dejar de cambiar el mundo, se perdieron la oportunidad de hacer historia.
Fuente: Muévete Chile
Estuve ahí, y me quedé con la sensación de que algo nada bueno debe estar pasando en nuestro país para que algunas, en verdad varias, personas se sientan con el derecho de atacar salvajemente a personas que opinan distinto a ellas.
Esto lo he visto en distintas circunstancias pero ese fin de semana lo viví más cerca que nunca. En la marcha convocada por los valores y la familia había un grupo de manifestantes contrarios a las ideas de quienes marchábamos pacificamente con nuestros hijos, quienes debieron escuchar insultos que nunca antes habían oído. Cuando uno de mis hijos me preguntó porque lo hacían, sólo se me ocurrió decirle que lo hacían porque pensaban distinto.
Ahora veo como bloggeros y twitteros atacan frontalmente y en duros términos a los organizadores de la marcha. Vuelvo a preguntarme ¿por qué?. Pero ahora le doy más vueltas al asunto. ¿Por qué tanta odiosidad? Hemos visto a distintos grupos manifestar sus ideales en marchas ¿Que produce que para algunos esta marcha en particular no deba realizarse?.
No tengo la respuesta, sólo el dolor de sentir en carne propia la odiosidad de algunos "tolerantes" intolerantes a la familia.
Sigamos luchando por la Familia constituida como Dios nos pensó desde sus orígenes, desde la Creación!!!!.
Luchemos por ella y por su unión entre los cónyuges e hijos cada uno desde su lugar de trabajo y desde su vocación.