Publicado el 2009-10-09 In Dilexit ecclesiam

Giordani: un nuevo paso en el proceso de beatificación

Igino GiordaniMovimiento de los Focolares. «Una piedra angular para la Iglesia, para el Movimiento de los Focolares y para la diócesis». Así definió el obispo de Frascati, Mons. Raffaello Martinelli el proceso de beatificación en curso de Igino Giordani, que ahora proseguirá en la sede vaticana. Interviniendo en el transcurso de la ceremonia conclusiva de la fase diocesana, por él presidida el domingo 27 de septiembre, el obispo recién electo, recordó de Giordani el sobrenombre que le dio Chiara Lubich, la fundadora de los Focolares: Foco, «porque – dijo – estaba lleno del Espíritu de Dios que lo impulsaba a ser un testigo en todas partes».

 

Sesión de clausuraLa ceremonia tuvo lugar en la sede internacional del Movimiento de los Focolares en Rocca di Papa, donde descansan los restos mortales de Giordani y de Chiara. Allí, Igino Giordani, después de la muerte de su amada esposa, Mya, vivió los últimos 6 años de su vida.

Cuatro años de investigación

El trabajo de investigación que duró 4 años, produjo 2500 páginas de actas, conclusiones de los estudios de historiadores y teólogos de 100 libros, 4000 artículos y 16.000 páginas inéditas. Para el juez del Tribunal Eclesiástico Diocesano, Mons. Francesco Tasciotti ha sido un trabajo no sólo de tipo jurídico, sino sobre todo espiritual: «Hemos descubierto – dijo – una personalidad tan rica y versátil, de respiro católico, universal, que ha sabido comprender y vivir la integridad de la vocación cristiana en sus distintas formas de modo increíble».

La figura de Giordani fue descrita sucintamente por la presidente de los Focolares, María Voce. Delineó el papel que tuvo en la Iglesia, anticipándose al Concilio sobre temas de laicado y de ecumenismo, tanto que hubo quien lo citó como el padre Giordani, pensando que «tenía que haber sido al menos un jesuita». Giordani «si era padre, pero de 4 hijos» y había obtenido su formación «directamente de los Padres de la Iglesia y de la vida de los santos». De no menos relieve su compromiso político «vivido desde el nacimiento del Partido Popular junto con Sturzo» y «sus luchas por la democracia y la libertad durante los años del régimen totalitario».

«La semilla de todas las vocaciones laicales»

Sesión de clausuraUn bagaje riquísimo que desemboca en una página nueva, quizás menos conocida, sobre la cual se detiene María Voce: «Se abre con el encuentro singular de Igino Giordani con Chiara Lubich, en 1948, 5 años después del nacimiento de los Focolares. Giordani representa para la fundadora de los Focolares «la humanidad», esa humanidad lacerada por las guerras, trastornada por las divisiones mundiales, angustiada por el materialismo, la cual, sedienta de comunión y fraternidad, grita la necesidad de unidad. Chiara misma llegó a decir que él, «más que los demás, tenía una gracia especial» para comprender la novedad y amplitud del carisma de unidad que Dios le donó y de lo que podía significar en la historia de la familia humana. La fundadora de los Focolares lo considera «la semilla de todas las vocaciones laicales» que poco a poco se fueron desarrollando en el Movimiento. Lo reconoce como «cofundador»».

Tales frutos no podían ser generados sino con el precio de virtudes heroicas, que han tenido un primer reconocimiento del Tribunal Eclesiástico Diocesano, y que ahora serán verificadas por parte del Vaticano.

www.focolare.org

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