Publicado el 2014-11-21 In Vida en alianza

La habitación de la República Checa en Roma o: cuando todo un Movimiento de Schoenstatt arde por Belmonte…

ROMA, mda. Australia, Suiza, Alemania, República Checa: si se tratara de la Copa Mundial de Fútbol, estos cuatro estarían en las semifinales. O en los Juegos Olímpicos estarían en el podio con medalla y en la “entrega de premios”. Seguidos muy de cerca por Filipinas, Burundi y México y el resto ha quedado atrás… Australia, Suiza, Alemania y la República Checa: estos cuatro países ya han financiado completamente su habitación en el Centro Internacional de Schoenstatt en Roma, Belmonte. Australia y la República Checa están en el proceso de planear el diseño de la cruz típica del país, el marco del cuadro de la Virgen de Schoenstatt y otro símbolo típico de su país. Los peregrinos de la República Checa, quienes llegaron a Belmonte el sábado después de la Audiencia del Jubileo con el Papa Francisco, tenían sólo un inconveniente: no poder visitar “su” habitación. Y quién escucha su historia, puede entender el por qué.

El centro de visitas y de encuentro DOMUS PATER KENTENICH tiene 31 habitaciones para huéspedes. Estas habitaciones llevan el nombre de los países, en los que existe un santuario en el año del Jubileo 2014. Cuando se bendijo el “Santuario de todos nosotros” en septiembre del 2004, se llevó al santuario la riqueza de los países en las innumerables y originales vasijas. Diez años más tarde se invitó a los países a poner en “su” habitación de la Casa del Padre, un signo visible de su riqueza. Para el que viva alguna vez en esta habitación, “vivirá” también en el corazón y en la vida de un país con su misión y su cultura tan original. Belmonte tiene que ser el regalo de todos los países, una casa de todos los pueblos y culturas en Alianza de Amor. Donde cada uno pueda ser como es y todos puedan vivir bajo un mismo techo, juntos, reunidos, los unos con los otros, sintiéndose en casa. “En nuestro trabajo por los peregrinos en Belmonte en octubre, pudimos vivir algo de eso y ahora nos podemos imaginar, lo que Belmonte será algún día”, así lo comentó Norbert Jehle, Alemania, el domingo pasado. El que se aloje en la habitación de Paraguay, deberá sentir algo y experimentar la alegría que significa construir la Nación de Dios en el corazón de América y poner en práctica la visión de las Misiones Jesuitas. Por este motivo, los jóvenes de Paraguay donaron los primeros 150 Euros para su habitación. El que se aloje en la habitación de Burundi, será llevado por la gracia de un joven y creciente movimiento que hace su contribución al proceso de paz en el país. Y el que pueda alojarse en la habitación de la República Checa, vivirá la historia de un país, donde las semillas de Schoenstatt fueron sembradas hace muchos años y que sobrevivió una de las persecuciones de cristianos más duras de los últimos tiempos…y este país se enteró de un regalo al Padre Kentenich, que él no pudo regalar después a otros.

Ésta es nuestra habitación

En un día tranquilo de la semana después de las celebraciones del Jubileo, el P. Frantisek Jirazek, República Checa, que se encuentra trabajando por algunos meses en Belmonte, caminó junto con la autora de este artículo, por los lugares de la casa clausurados para los peregrinos y le mostró a ella la habitación checa. Justo al lado se encuentran las columnas 202 y 203, regalo de los Sacerdotes Diocesanos y del Movimiento de Schoenstatt de la República Checa.

En la habitación, los trabajadores habían organizado un rincón con una mesa, sillas y botellas. “Aquí todos se sentirán a gusto”, así lo comentó el P. Frantisek.

Él señaló el dintel, donde todavía se pueden apreciar las muchas firmas y dibujos que dejaron los niños. La habitación checa en Belmonte, que ya está pagada hace tiempo, no es sólo una idea de una par de sacerdotes diocesanos, en verdad no es una idea, sino es vida.

Allí arde todo un movimiento por el santuario de todos nosotros en Roma y por el Centro Internacional de Schoenstatt en el corazón de la Iglesia y allí surge como por sí misma, creatividad y compromiso. Y entusiasmo que contagia, mientras el P. Frantisek cuenta en esta habitación la historia de Schoenstatt en la República Checa, la historia del vínculo con Roma y Belmonte y por qué el “Niñito Jesús de Praga” tiene que estar presente de todos modos en esta habitación.

Una historia llena de dramatismo

La historia de Schoenstatt en la República Checa se remonta al tiempo de la fundación. En el otoño de 1921 se fundó el primer grupo de la Federación Apostólica fuera de Alemania, en Praga; el día de Todos los Santos de 1921, A. Groß, que estudió un año en Praga, fundó un grupo entre los candidatos al sacerdocio, como se puede leer en la revista MTA (año 1922, pág. 28-29). A comienzos de los años treinta, el P. Ferdinand Kastner SAC, fue el que, desde Silesia, tomó contacto con los estudiantes en Königgrätz (Hradec Králové). Petr Stepanek selló en 1934 en Schoenstatt la Alianza de Amor. Los estudiantes y jóvenes sacerdotes se reunían con regularidad y en el año 1939 comenzaron a buscar un lugar, un santuario donde la Santísima Virgen pudiese actuar tal como lo hacía en Schoenstatt. Debido a que uno de ellos era capellán en ese lugar, se decidieron por una pequeña capilla en Rokole, su santuario secreto, el que se mantuvo durante la guerra y la persecución comunista, como el centro de gracias del Movimiento de Schoenstatt checo. “No es una réplica del santuario y tampoco tiene un altar original, esta corriente llegó más tarde, pero para nosotros representa nuestro Santuario Original en la República Checa”, así lo dijo el P. Frantisek. Generaciones de schoenstattianos crecieron a la sombra de este santuario, donde perduró la imagen tradicional peregrina y una pequeña imagen de la MTA escondida, representó el vínculo visible con el Santuario Original. Poco después de que las primeras Hermanas de María, que fueron formadas en Suiza, fueran enviadas en 1947 por el Padre Kentenich a la República Checa, el comunismo subió al poder y para Schoenstatt comenzó un duro tiempo de persecución, haciendo del contacto hacia el exterior algo prácticamente imposible. Recién después de la “Revolución de Terciopelo” en el año 1989 se desarrollaron los vínculos más fuertes. En el año 1997 se bendijo el primer santuario idéntico al original en la República Checa. Pero incluso antes de la revolución, un grupo de schoenstattianos viajó a Roma…

“Este es el terreno, donde algún día se erigirá un santuario y nosotros queremos ser parte de esa historia”

Era el 12 de noviembre de 1989, unos días antes del estallido de la Revolución de Terciopelo. Ese día, el Papa Juan Pablo II canonizó a Inés de Bohemia en una solemne ceremonia y en presencia de miles de peregrinos checos y eslovacos. Lo inconcebible de esta oportunidad de ir a la canonización a Roma, aún resuena en las narraciones de los schoenstattianos checos. Y este pequeño grupo peregrinó en esos días también a Belmonte. Un terreno a las afueras de Roma, una ermita y una naturaleza salvaje. Pero: “Este es el terreno, donde algún día se erigirá un santuario y nosotros queremos ser parte de esa historia”. Esta visita es el comienzo de una vinculación que permaneció. “Es nuestro regalo al Padre y a la Iglesia y no está pagado”, dijo el P. Frantisek, como siempre lo hizo de manera tan motivadora. “¡Mi corazón arde por eso!”. Y no solamente el suyo. Muchos vinieron a la bendición y casi todos los años hay peregrinos de la República Checa en Belmonte. Cuando se comenzó a construir la Domus Pater Kentenich y ya se sabía cuál era la habitación checa, entonces comenzó el trabajo para encontrar el financiamiento y para que las personas que en un futuro alojen en esta habitación puedan sumergirse en la corriente de la original historia checa de alianza y de gracias. Y el Niñito Jesús de Praga es parte de esta idea.

El Niñito Jesús de Praga

El Niñito Jesús de Praga es una de las imágenes milagrosas de Jesús más conocida en el mundo entero. Se encuentra en la Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria (Kostel Panny Marie Vítězné) en el Monasterio de las Carmelitas en Praga. La estatua es una figura de cera de 45 cm de tamaño, data desde el tiempo del Renacimiento y representa al Niñito Jesús a la edad de tres años. Ella es la obra de un desconocido artista del siglo XVI, es original de España y forma parte central de la identidad nacional y católica checa. Su vinculación con Roma viene de la historia, su vinculación con Schoenstatt la puede adivinar tal vez aquel que ha visitado el dormitorio del Padre Kentenich en la Casa de Formación en Schoenstatt y ha visto allí la estatua del Niñito Jesús de Praga. Es uno de los últimos regalos que recibió el Padre Kentenich – el 21 de agosto de 1968, de parte de las Hermanas de María de la República Checa. “Él no tuvo más la oportunidad de volver a regalarla”, dijo el P. Frantisek. Más de una vez, peregrinos checos llevaron un “Niñito Jesús de Praga” a Roma. Ahora debería estar en la “habitación checa” de Belmonte, “de alguna manera la pondré en la pared, ya se me ocurrirá algo”. Y porque el Padre Kentenich no pudo volver a regalar “su” Niñito Jesús, la Familia de Schoenstatt checa se lo regala nuevamente y para siempre a él y a su familia y a todos los que alguna vez se encuentren en Belmonte.

Y será un poco difícil decidir en el futuro en qué habitación voy a querer alojarme: en la habitación de Australia con la maravillosa cruz aborigen o en la habitación de la República Checa con esta historia y con el Niñito Jesús de Praga…

Y tal vez en el futuro sea aún más difícil, cuando lleguen otros países…y hará bien simplemente dejarse sorprender, porque el Espíritu Santo sabe mejor cuáles gracias de cuál país uno necesita más.

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ROMA, mda. Australia, Suiza, Alemania, República Checa: si se tratara de la Copa Mundial de Fútbol, estos cuatro estarían en las semifinales. O en los Juegos Olímpicos estarían en el podio con medalla y en la “entrega de premios”. Seguidos muy de cerca por Filipinas, Burundi y México y el resto ha quedado atrás… Australia, Suiza, Alemania y la República Checa: estos cuatro países ya han financiado completamente su habitación en el Centro Internacional de Schoenstatt en Roma, Belmonte. Australia y la República Checa están en el proceso de planear el diseño de la cruz típica del país, el marco del cuadro de la Virgen de Schoenstatt y otro símbolo típico de su país. Los peregrinos de la República Checa, quienes llegaron a Belmonte el sábado después de la Audiencia del Jubileo con el Papa Francisco, tenían sólo un inconveniente: no poder visitar “su” habitación. Y quién escucha su historia, puede entender el por qué.

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