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Publicado el 2023-03-06 In Abusos, Prevención, Voces del tiempo

No basta pedir perdón

ABUSOS EN LA IGLESIA, Roberto M. González • 

Iniciando el mes de Marzo, el Papa Francisco nos presenta un nuevo video para rezar en este mes por las víctimas de abuso. —

¿Que nos pide concretamente el Papa? Nos invita a no quedarnos callados ante cualquier situación de abuso, de la naturaleza que sea. Recordemos que no solamente el abuso sexual existe, sino también el abuso de conciencia que es el inicio y síntoma de otras formas de abuso.

Nos pide que oremos por todas aquellas víctimas, aquí también debemos pensar en aquellos que no han podido denunciar, o los que lo han hecho pero la iglesia no ha actuado en consecuencia de ello.

“Pedir perdón es bueno para las víctimas, pero son ellas las que tienen que estar “en el centro” de todo

Aquí no basta con pedir perdón, no es suficiente, no es y nunca lo será, pues las consecuencias que las victimas deben cargar es mucho más grande que sus propias cruces. Como cristianos, debemos acompañarlos, no solo para “reparar el daño”, pues el proceso de salir adelante luego de un abuso puede llevar años y no se soluciona solo con psicólogos, sino con amistades y redes de apoyo, que por más que uno no sepa todo lo que han pasado el hecho de solo estar y rezar por esa persona puede hacer toda la diferencia.

La prevención es la mejor herramienta que tenemos

II Congreso Latinoamericano “ATENDER, INFORMAR, COMUNICAR: Claves para una gestión eficaz en los casos de abuso sexual”.Parte del pedir perdón, es aceptar que ha sucedido, aceptándolo y comprometiéndonos que haremos lo posible que otros casos no ocurran, aquí la prevención juega un papel muy importante, crear protocolos y líneas guías, pero que estas no queden en el papel, sino que todos y cada uno de los miembros de la iglesia debemos conocerlos y saber cómo actuar frente a una situación.

Hoy todos tenemos las posibilidades de acceder a la información, diferentes diócesis y organizaciones como el CEPROME, entre otras, apoyan y dictan capacitaciones a todos aquellos interesados en conocer y crear líneas guías de prevención. Por ejemplo, en este mes de marzo se realiza el Segundo Congreso Latinoamericano de Prevención del CEPROME en Asunción, Paraguay.

Justamente en esta semana ha salido un informe de la diócesis de Mainz, Alemania, sobre las denuncias y procesos de investigación de abusos sexuales, que abarcan el periodo de los últimos tres obispos, el informe tiene más de 1000 páginas, no quiero hacer referencia al contenido, pues aquí lo importante y destacable es la responsabilidad de investigar los hechos, como un incentivo para el futuro, de nuevo trabajar en la prevención.

La prevención es la mejor herramienta que tenemos, pues con la formación correcta de toda la comunidad eclesial, desde obispos hasta laicos, todos sin distinción de jerarquías, podemos crear espacios seguros dentro y fuera de la iglesia, en todos los lugares donde desarrollemos nuestra vida diaria.

Si tenemos la prevención y nuestros protocolos al día, podemos ayudar a que la estigmatización, el miedo y vergüenza de denunciar los casos de abuso y toda injusticia dentro y fuera de la iglesia, sea menos fácil de esconder y ayudar de nuevo a las víctimas y sus familias a cicatrizar esas heridas.

¿Por qué nos cuesta hablar entonces sobre la prevención de abusos?

No es un tema fácil ni agradable de hablarlo, pero no podemos continuar ocultando una realidad que ocurrió y ocurre en nuestra sociedad, pero para crear estos espacios seguros y disminuir el riesgo la única forma es, hablarlo, pues si no lo hacemos nos convertiremos en cómplices indirectos de estos hechos; por no haber sido formados y ayudado a otros a formarse en la prevención, atención, información y comunicación.

Todo esto no es nada nuevo para la sociedad actual, pues no es otra cosa que Compliance, Programas de Integridad Institucional, Sistema de Gestión de Calidad (ISO), Programas de prevención de criminalidad e inclusive postpenitenciario.

Si hoy aplicamos y trabajamos en estos programas para evitar el lavado de dinero, tráfico de drogas, armas, lucha contra la criminalidad organizada, sellos de garantías de calidad empresarial y de Responsabilidad Social Empresarial, entre otros, ¿por qué nos cuesta hablar entonces sobre la prevención de abusos?

¿Acaso el tráfico de drogas, armas y dinero es más importante que las personas? Si, existe también tratados internacionales para la prevención de trata de personas en todas sus formas, pero igualmente este tema resulta más difícil de hablarlo que la droga, armas y dinero. ¿Estamos haciendo lo suficiente para crear sociedades seguras para todos? Es la pregunta que hoy debemos plantearnos.

Mensaje del Papa Francisco
Ante los abusos, especialmente los cometidos por miembros de la Iglesia, no basta pedir perdón.

Pedir perdón es necesario, pero no basta. Pedir perdón es bueno para las víctimas, pero son ellas las que tienen que estar “en el centro” de todo.

Su dolor, sus daños psicológicos pueden empezar a sanar si encuentran respuestas; acciones concretas para reparar los horrores que han sufrido y prevenir que no se repitan.

La Iglesia no puede tratar de esconder la tragedia de los abusos, sean del tipo que sean. Tampoco cuando los abusos se dan en las familias, en los clubs, en otro tipo de instituciones.

La Iglesia tiene que ser un ejemplo para ayudar a resolverlos, sacarlos a la luz en la sociedad y en las familias. Es la Iglesia la que tiene que ofrecer espacios seguros para escuchar a las víctimas, acompañarlas psicológicamente y protegerlas. Oremos por los que sufren a causa del mal recibido por parte de los miembros de la comunidad eclesial: para que encuentren en la misma Iglesia una respuesta concreta a su dolor y a su sufrimiento.

no basta pedir perdón


Roberto M. González

Abogado por la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción de Paraguay. LL.M. por la Johannes Gutenberg Universität – Mainz con énfasis en Derecho Penal Adolescente.

Se desempeñó como; Abogado Junior y miembro del equipo de Coordinación en el “Programa Voluntarios Legales Abogacía Pro bono” del CIDSEP-UC; miembro del equipo de la Pastoral Penitenciaria “Visitación de María” del Centro Educativo Itaugua y voluntario de “Casa Madre de Tuparenda”. Fue Auditor y Capacitador del Arzobispado de Asunción en temas de Educación Católica y Prevención de Abusos.

Trabajó en un Juzgado Civil de la Capital y luego en Cámara de Apelación Penal, Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de Paraguay y por último en el Consejo de Superintendencia de la Corte Suprema de Justicia de Paraguay. En la Universidad Católica fue Coordinador del Turno Noche del Curso de Admisión y luego Vicedirector Académico de la Facultad de Derecho filial Asunción.

Actualmente se encuentra trabajando en el Kreuzberg-Bonn, Centro de Formación Internacional e Intercambio Cultural, especializado en la enseñanza de alemán como lengua extranjera, en la Ciudad de Bonn, Alemania.

Es miembro del Instituto Secular “Hermanos de María de Schoenstatt” desde el 2017.

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