PORTUGAL, Lena Castro Valente •
A principios de 2022, se publicó en schoenstatt.org un artículo de mi autoría que informaba sobre la creación de una Comisión Independiente, a petición de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP), para la investigación de los abusos perpetrados por sacerdotes, agentes de pastoral, scouts y otros, a niños «dentro de la vida y actividades de la Iglesia en Portugal en los últimos 50 años». Pasó un año y la Comisión Independiente, como había prometido, entregó el informe a la CEP. —
El 13 de febrero de este año, en una conferencia de prensa, la Comisión Independiente (CI) entregó a la CEP el Informe Final que había estado preparando durante un año. Esta comisión, como mencioné en su momento, estaba formada por personas del más alto nivel técnico y profesional de la sociedad portuguesa: «Forman parte de la Comisión el Doctor en Psiquiatría del Niño y del Adolescente Pedro Strecht, que será su coordinador, así como el Consejero Juez Laborinho Lúcio, ex Ministro de Justicia, Ana Nunes de Almeida, socióloga e investigadora del Instituto de Ciencias Sociales de la Universidad de Lisboa; Daniel Sampaio, psiquiatra, profesor titular jubilado de la Facultad de Medicina de Lisboa; Filipa Tavares, asistente social y terapeuta familiar; Catarina Vasconcelos, cineasta».
La conferencia de prensa fue muy elogiada en todos los ámbitos de la sociedad portuguesa (creyentes y no creyentes), al igual que la respuesta del presidente del CEP, Mons. José Ornelas.
“Vientos de cambio… soplados por el Espíritu Santo”
Este fue el título que di al artículo que escribí lleno de esperanza, la misma esperanza que llenaba los corazones, sobre todo de los fieles católicos portugueses, creyendo que estábamos pasando la página de la ocultación y la no rendición de cuentas y comenzando la página de la transparencia, la honestidad intelectual y la voluntad de seguir las líneas trazadas por el papa Francisco para actuar en estos tenebrosos casos.
No por casualidad, en este mes de marzo, Francisco retoma este tema y lo convierte en el Vídeo del Mes.
Después de todo, ¿qué vientos soplan en Portugal en este mes de marzo?
La CEP se reunió en Fátima el día 3 de este mes, después de haber analizado las conclusiones del CI para deliberar el camino a seguir en este Vía Crucis de los inocentes. Y, reunida en sesión plenaria, llegó a varias conclusiones que se hicieron públicas ese mismo día en una conferencia de prensa.
Mons. José Ornelas intervino interpretando el sentir de la CEP y los vientos dejaron de ser vientos de cambio y soplaron en dirección contraria.
Alarma social
En este momento en Portugal, este es uno de los temas más hablados y escritos. Hay una enorme agitación que involucra a todos -creyentes y no creyentes- y la Iglesia portuguesa sale muy mal parada.
Al fin y al cabo, ¿realmente quería la CEP constituir esta comisión y hacer pública esta letanía de infamias perpetradas contra niños inocentes -la edad media de los abusados es de 11,2 años-?
Uno de los puntos más repulsivos es que, hace unos días, la CEP recibió de la CI una lista con 100 nombres de abusadores aún activos. Los obispos la rechazaron porque quieren que los denunciantes se presenten, diciendo que es sólo una lista de nombres. Esta afirmación fue rápidamente desmentida por el profesor Daniel Sampaio, afirmando que la Iglesia portuguesa está en posesión de una gran cantidad de información que le permite actuar sin demora. Algunos obispos que han salido a la palestra pública sobre el asunto descartan la suspensión preventiva de sacerdotes.
Preguntados algunos obispos sobre este asunto, tenemos este tipo de respuesta:
- Manuel Clemente: Sólo la Santa Sede puede hacer la suspensión (algo que el obispo auxiliar de Braga, Mons. Nuno Almeida negó).
- João Marcos: Para el obispo de Beja, D. João Marcos, los sacerdotes sospechosos de abusos sexuales que muestren arrepentimiento y reparen los actos cometidos pueden ser perdonados por la Iglesia. «Todos somos pecadores, todos somos limitados, todos tenemos faltas. Esta forma de actuar no es muy católica. En la Iglesia católica existe el perdón», afirmó el clérigo. Este mismo obispo que, reconoció que no recibió el CI porque se le «olvidó».
«¡Señor Jesucristo, Cordero de Dios, asciende nuevamente a la cruz!» (Hacia el Padre, 32)
¿Cual es la finalidad de esta publicación? ¿Revelar las debilidades humanas de miembros de la Iglesia? ¿Manifestar la frustración por no haber sido valorado el trabajo de un año? … ¿Qué se espera que haga el lector?
«Hacia el Padre» (se refiere a la Familia de Schoenstatt, pero vale aún más para la Iglesia):
583 Sus arrugas,
faltas y debilidades
nunca destruirán mi respeto por ella;
no permitiré jamás
que sus limitaciones humanas
me aparten
del gran amor que le profeso.
584 Lo que hacia fuera
no pueda aumentar su honra,
siempre me guardaré de publicarlo;
sobre ello extiendo
un manto de silencio
y lo expío
con una vida de santidad.